ASESINADOS POR LA INDUSTRIA FARMACEÚTICA

El presente artículo versa sobre las terribles consecuencias de la guerra de patentes entre la industria farmaceútica y los estados. Para los directivos de la industria farmaceútica, la actual situación de salud pública del mundo, es normal y conveniente: las farmaceúticas están permitiendo quemueran muchas personas simplemente por ganar un poco mas de dinero. La muerte anual de millones de personas en el mundo, por falta de acceso a los tratamientos médicos que necesitan para vivir (enfermedades prevenibles, tratables y curables) es una auténtica inmoralidad.

Resultado de imagen de INDUSTRIA FARMACEÚTICALa industria farmaceútica es una industria de inversión: cotiza en la Bolsa y se debe a sus accionistas. Aunque hacen un esfuerzo de marketing para vendernos que son empresas preocupadas por nuestra salud, eso no es cierto en absoluto. Son empresas que tienen unos objetos de consumo llamados medicamentos que la Humanidad considera esenciales y que tienen que vender con el mayor beneficio posible. Dentro de esa lógica del Capital, la industria farmaceútica es un éxito de dinero. Desde el punto de vista humano y social hacen las cosas muy mal.Venden los productos muy caros a los que lo necesitan en el Sur. Y en Occidente hacen lo contrario: vender medicamentos a los que no los necesitan en muchos casos.

Por ejemplo, la epidemia del SIDA se extendió por el mundo en los años ochenta. Occidente se enteró cuando la comunidad gay del Norte fue especialmente afectada. Pero el precio humano pagado en otros países era mucho mayor. La gran tragedia del SIDA no se produjo en las ciudades de Occidente sino en los países empobrecidos de Asia y África. A pesar de los avances y la lucha contra esta enfermedad así sigue en el Sur. Son muertes silenciadas: el año pasado murieron 1600000 personas de SIDA, 1500000 de tuberculosis o, por ejemplo, 600000 personas (el 90% niños) de malaria (un niño muerto por minuto de una enfermedad perfectamente curable).

Es una crisis humanitaria que ha matado generaciones enteras de gente en países pobres. Afecta especialmente a los países empobrecidos y, a la vez, reproduce su pobreza (mano de obra que no puede trabajar, talento perdido, etc).

Apareció un nuevo tratamiento (los retrovirales) que permitían controlar la enfermedad pero con un precio prohibitivo que se ha podido reducir desde el principio. Es una cuestión de voluntad empresarial. Los precios de los medicamentos se ponen según la renta media de los países. Pero en la India, por ejemplo, un país con enormes desigualdades, se hace con millones de personas por debajo de la media que no pueden pagar, y arriba gente muy ricaque sube el precio. Habría que tener la sensibilidad humanitaria suficiente para poner precios según la renta de las personas. La industria farmaceútica recurre al mito de que la investigación para el desarrollo de medicamentos es hipercara y de eso vienen los precios caros. Efectivamente, el costo de inversión es caro. Pero eso ya está premiado al darles la patente que es el derecho a tener el monopolio sobre la venta del medicamento durante 20 años y al precio que quieran. Durante ese tiempo se obtiene el retorno de la inversión e ingentes beneficios. La industria farmaceútica es de las mas poderosas del mundo y, no contenta con el período de patente, quiere prolongarlo a costa de la salud pública de los países que no pueden pagar ese precio. Y de una manera absurda, porque saca sus beneficios de los países ricos (EEUU, Europa, Japón, Canadá,etc). Pero con sucesivas maniobras intentan perpetuar su privilegio en países con pocos recursos por ambición desmedida. Aquí se da el enfrentamiento entre intereses comerciales y salud pública. Intentan el reverdecimiento de las patentes.

Las farmaceúticas se aprovechan del mecanismo de patentes (que conjugaría en teoría los intereses públicos con la industria) para usarlo en su propio favor influyendo en la legislación. Una cuestión del medicamento es que el marcar los precios es muy poco transparente. Las inversiones están hinchadas contablemente para presionar que los precios sean caros. La industria tiene lobbys muy poderosos y, cuando no consiguen lo que quieren, entablan juicios retardantes.

También se presiona a los países a no usar la claúsula de romper la patente cuando se trata de un problema de emergencia sanitaria. Esta claúsula está en las legislaciones de casi todos los países pero ninguno se atrevea utilizarla. Hay una norma de la Organización Mundial del Comercio (Declaración de Doha) por la que todos los países al tratar las normas farmaceúticas se tienen  que aplicar en colaborar con la salud pública y estando los medicamentos al acceso de todos. Pero la industria sigue empleando muchas formas de presión para perpetuar sus beneficios.

El coste real de los tratamientos ha pasado de 12.000 euros a unos 100 por persona y sin perjudicar a la industria que obtiene beneficios. El margen de maniobra económico es brutal. En el Capitalismo se ensalza la libre competencia, pero las patentes son monopolios, paralizan en los tribunales la transformación de privados en genéricos, etc Por otrolado, la mayor parte de los medicamentos son los “Me too” (que han tenido éxito y se ha acabadola patente; se copian y, sin novedad terapeútica, se vuelven a patentar a un precio alto). El Capitalismo libre no existe pues lo que interesa a la industria es el monopolio.

También desde Occidente solo se mira por los propios intereses sin importar las consecuencias en el resto del mundo. Occidente, salvo en las crisis humanitarias mediáticas que agitan conciencias, dejan a los enfermos del Sur a su suerte.

Hay mucha desinformación y dar a conocer estas cosas sirven para informar y censurar a los poderosos. La gente ha de saber cómo juegan con nuestra salud. Una sociedad desinformada no cuestiona ni reclama y la industria es poderosa.

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