LA HISTORIA DEL MIEDO

La desigualdad social tiene terribles consecuencias hoy en dia. Hay una desazón o sensación de tirantez permanente en las sociedades del mundo entero. El desequilibrio entre los que tienen mucho y los que no tienen nada genera miedo en los dos lados. Se tiene mas noticia del miedo de los poseedores de bienes. Se habla menos del miedo de los otros. Los sectores privilegiados piden mano dura por sentirse amenazados. Pero ni la mano dura ni  la violencia son la solución. Se ha creado un clima social de permanente inseguridad. Los sectores privilegiados junto a la clase media o media baja, que tienen algo, se sienten amenazados. La cuestión es como pasar de este diagnóstico tan claro del miedo general que existe a tratar de encontrar soluciones que tienen que ver con una reestructuración social.

La segregación social de los ricos dentro de sus fortalezas y, por otro lado, los pobres ahí afuera esperando no se sabe qué, están muy extendidos. Los sectores dominantes han ido encontrando estrategias urbanísticas y arquitectónicas para separarse, atrincherarse y protegerse. Hay un temor a que los sectores populares terminen caóticamente o anárquicamente controlando la vida de los poderosos.

Resultado de imagen de miedo           En realidad, no ocurre nada concreto perola impresión es muy inquietante. Puede pasar cualquier cosa en cualquier momento. La violencia está por debajo de la superficie a punto de subir y, cuando menos se espera va a saltar en el sitio mas inesperado. Esto tiene que ver con la realidad y con la comunicación mediática. Los medios de comunicación hacen mucho por el miedo. Es una permanente reiteración en los programas de televisión y noticieros de hechos violentos, asesinatos, linchamientos, etc se crea sistemáticamente en la gente la idea generalizada de que se vive en un estado de inseguridad permanente. Al existir la desigualdad hay un conflicto social que posee formas violentas con el ataque a la propiedad y a las personas. Pero en gran medida los medios de comunicación colaboran para que esto sea así. En vez de buscar la racionalización o un mensaje de serenar los ánimos, de que son casos acotados, o que la solución es social, jurídica y política, la idea es de seguridad permanente. Ante cualquier alarma crean pánico generalizado.

En realidad las verdaderas víctimas de la violencia y de la delincuencia son las clases mas desfavorecidas. La percepción es que son los de arriba los mas perjudicados, pero, en realidad, son los de abajo. Los de arriba tienen mas poder, incidencia y son dueños del mensaje dominante. Tienen guardias y a la policía y no son los mas perjudicados. El tratamiento por los medios de esta realidad viene dado por el hecho del crimen como mercancía periodística, como la fama o los amores de celebridades, y la oposición al gobierno azuzando a los sectores medios de alarma, precaución o peligro, con el delito. El crimen en muchos países se ha convertido en una pieza más de demanda política. Cuando el crimen se lleva al discurso político, y se agita, los riesgos son muy altos pues aparecen determinados sectores que piden mecanismos autoritarios, aumentar la concentración de poder, aumentar medidas represivas, aumentar la pérdida de garantías y libertades, etc.

La crisis aumenta las desigualdades y, estos valores se expanden también por occidente. Este tipo de situaciones son nuestro futuro.

Esta situación es preocupante porque las dos mitades están íntimamente relacionadas. Los ricos no pueden funcionar en sus fortalezas sin la gente que trabaja dentro que vive fuera. Y la gente de fuera no pueden vivir sin los sueldos que les dan trabajando para los ricos. La desigualdad genera tensión pero deja patente la interdependencia entre ricos y pobres. Antes pasaba esto mismo en un marco industrial y ahora es con otro tipo de sectores. El empresario industrial sentía la amenaza de la protesta obrera. No podía prescindir de los obreros porque los necesitaba para la producción fabril, ni los obreros podían prescindir de esa fuente de trabajo, pero, al mismo tiempo, generaban lucha de clases, recelos e inquietud. Actualmente esto mismo se da en un marco urbano entre la marginalidad de algunos y gente poderosa. Es algo que ocurre en una sociedad posindustrial de servicios.

Esta interdependencia no se va a acabar y la escalada de miedo acaba por perjudicar a las dos partes. La cuestión es cómo se combate esta tendencia. La desigualdad tiende a crecer en el Capitalismo. Las clases existen y hay lucha y conflicto. Hay que superar la sociedad basada en el beneficio, el lucro y el egoísmo por una sociedad mas solidaria.

En España tenemos las vallas de Ceuta y Melilla pero también, y cada vez mas, internamente entre ricos y pobres. El Capitalismo financiero no crea nada mas que acumulación desigualitaria. El miedo lleva al lado oscuro.

Alfredo Velasco

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