AUTORIA: Arnaud Delalande, Grégory Mardon y Hubert Prolongeau
Este cómic, con unas ilustraciones muy sencillas y agradables de seguir, nos narra a través del personaje Carlos, los grandes cambios que hubo en Francia en las industrias (Renault y France telecom entre otras) que llevaron a la deshumanización de los trabajos.
El cómic es muy ameno de leer, y engancha desde el primer momento. Con una breve introducción en donde hablan de un juicio, lo siguiente es narrarnos qué es aquello que se juzga. De repente te sumerge en la vida de Carlos un ingeniero que consigue su sueño; trabajar diseñando coches. Pero de sueño poco a poco se convierte en una pesadilla pegajosa, que atrapa a a su protagonista (y ya de paso al lector), que ve como cada vez hay más elementos que se añaden a su mundo laboral. Estos nuevos elementos se venden como diseñados para facilitar el trabajo, pero en realidad van a ser trampas para deshumanizarlo y llevar al protagonista al fatal desenlace.
El que se anime a su lectura irá avanzando por cosas que todos los trabajadores hemos sufrido alguna vez: instalaciones “muy útiles”… para controlar al trabajador, pero no para facilitar su trabajo. Uso indebido de la tecnología, como mails constantes, software directamente caótico y con más fallos que una escopeta de feria, objetivos de producción irrealizables, y jefes que saben del trabajo menos que una ameba. Poco a poco, vas sumergiéndote en esa desesperación del personaje, y no llegas a caer nunca en la tan manida frase “pues haberlo dejado”.
Una lectura muy buena, un mensaje muy claro, y una perfecta descripción de cuáles son los grandes males laborales hoy en día, y cómo seguimos arrastrándolos.