Nuestra señora del perpetuo mosqueo

Autoría: Che-chu

«La idolatría, además de ser un negocio obsceno, contraviene la voluntad del sanguinario Yahvé, a pesar de que según predica la secta católica, este personaje sea su vaca sagrada más preciada. Por desgracia, en un tema tan trascendental y a la vez tan embaucador como la religión, el ser humano acostumbra a creerse todo lo que le cuentan, sin razonar ni contrastar nada. Aceptando, con total mansedumbre, el famoso; «Creer en lo que no vimos.» Frase que utiliza la secta católica, para metersela doblada a sus seguidores. Viendo su satánica trayectoria, rebosante de todo tipo de interesadas maldades, no hay duda de que el único Dios al que reconoce como verdadero la secta católica, se llama dinero. Y a él le rinden diariamente sus jerarcas, fervorosa pleitesía, para que nunca les abandone. Obedeciendo siempre a su enfermiza codicia, la secta católica ha cambiado el primero de los mandamientos que aparece en las Tablas de la Ley, que según la saga judía, Yahvé entregó a Moisés en el monte Sinaí y que textualmente dice; «No harás para ti escultura, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni de lo que está abajo en la tierra, ni de lo que está en las aguas debajo de la tierra; no te inclinarás a ellas ni las servirás.» Por otro mucho menos comprometedor; Amarás a Dios sobre todas las cosas.»