Las empresas del Reino Unido están colapsando al ritmo más rápido desde el apogeo de la crisis financiera mundial, ya que el aumento de las facturas de energía ha llevado a miles de empresas a la quiebra.

Hubo más de 5600 insolvencias en Inglaterra y Gales en el segundo trimestre, el nivel más alto desde 2009, según la Oficina de Estadísticas Nacionales.

El fuerte aumento en las facturas de energía se citó como el mayor problema para las empresas, mientras que las dificultades para pagar la deuda, el aumento de los costos de las materias primas y las interrupciones en la cadena de suministro también pasaron factura.

Si bien la restricción financiera ha afectado a todas las empresas, la construcción, el comercio minorista y los servicios de alojamiento y alimentación sufrieron el mayor número de insolvencias en la primera mitad del año.

El Gobierno ha esbozado el apoyo para ayudar a las empresas y organismos del sector público que luchan con sus facturas de energía. Sin embargo, el programa para empresas tendrá una duración de solo seis meses, a diferencia del programa de dos años destinado a los hogares.

Las insolvencias se desplomaron en 2020 cuando el Gobierno brindó apoyo para proteger a las empresas durante la pandemia. Pero desde entonces, la cantidad de fallas ha aumentado considerablemente a medida que las empresas se enfrentan a nuevos desafíos incluso después de que terminaron los bloqueos.