La discriminación jurídica es una situación con la que convive a diario demasiada gente. La situación de muchas personas migrantes es de una vida normal bajo el acoso de las fuerzas de seguridad del estado, lo que les genera mucho estrés, pues no saben nunca donde van a acabar. Esto en cuanto a la gente sin documentación legal. Los documentados saben que cualquier tropiezo con la autoridad los puede poner fuera de juego. Se producen prácticas como abusos, lesiones, vejaciones, etc por parte de las fuerzas de seguridad del estado o por parte de otros ciudadanos. Es una práctica habitual que muchas personas no llegan a denunciar y que no llegan así al conocimiento de la opinión pública informada. La situación es muy grave en toda Europa y, en España, ha habido fallecimientos en Centros de Detención al retener personas objeto de una actuación policial por el solo motivo de su color de piel. Pero esto es lo normal en la mayoría del mundo. Nos creemos que la ley impera en todo el mundo y no es así en absoluto. Creemos que los Derechos Humanos son algo inherente con lo que nos van a respetar en todo momento y no es así en absoluto. Los Derechos Humanos tienen unos deberes que son el de hacer respetar tus propios derechos y defenderlos cueste lo que cueste. En esa labor debemos de estar. No todos somos iguales en la sociedad. Todos sabemos en que parte de la sociedad estamos y podemos pensar que estamos a salvo de que nos pasen estas cosas. Pero estamos en un tobogán en el que el imperio de la ley cada vez es menor. Cada vez se defienden mas a unos sectores de la población frente a los demás. Cada vez una mayoría va siendo marginada y se encuentra en una pendiente de indefensión ante los poderes fácticos que le imponen su fuerza.
Los sectores desfavorecidos y vulnerables de la sociedad tienen sus derechos no reconocidos y este no reconocimiento aumenta de forma rápida. La minoría que puede considerarse a salvo de este problema es muy pequeña. No solo hay que defender los propios derechos sino que también los de todos. Los sectores mayoritarios son vejados por el color de su piel pero este problema también afecta a los autóctonos. Los derechos se están reduciendo. El Estado de Derecho se está perdiendo por el neoliberalismo radical donde lo que importa es el mercado y no las personas. En occidente hay muchos fallecimientos en comisarías y prisiones (sobredosis, ahorcamientos, etc).
Hay una mezcla de desprecio a los mas pobres y diferentes. El desprecio al otro está teñido de desprecio al pobre. Es un rechazo al mas indefenso, al que tiene menos posibilidades de defenderse. Hay racismo como la herramienta con la que el poder hace que llegue la muerte. Es una herramienta para someter a la gente. Filosóficamente es la negación de otra persona. Cuando se niega a otra persona, se le niega su capacidad de ser un individuo. Cuando eres reconocido tienes la capacidad de ser individuo, en si y para si. ¿Por qué los occidentales nos damos el derecho de expoliar África? Por que lo primero que hicimos fue negar su humanidad desde un punto de vista filosófico, religioso, etc Al negarles ser seres humanos podemos hacer lo que queramos con ellos. Creamos la herramienta del racismo para poder expoliarlos. Los estados corruptos crean toda una cultura racista para someter a sectores sociales e imposibilitarlos para que salgan de su postración. La mayoría van a permanecer marginados en guetos con unas fuerzas fácticas e ideológicas que garanticen que no salgan de su lugar. Se crean prejuicios ideológicos muy asentados para justificar la conculcación de derechos (viven de la teta del estado, no trabajan, etc). Pero el odio interclasista está generado y buscado específicamente. Por ello hay que criticar al poder que genera la herramienta del racismo. Si no nos dividen y nos vencen.
No hay diferencias en las vidas de los pobres. El racismo divide comunidades para que se enfrenten entre si y no se unan los de abajo contra los de arriba. Una de las formas mas eficaces para ejercer el poder es negar la humanidad del otro. Lo vemos en España cuando personas descalifican a personas de otras razas o condiciones sociales. Este es el problema junto a la filosofía del tanto tienes, tanto vales. El problema no es de color o cultura sino de pobres contra ricos, de opresores contra oprimidos. La visibilización de la diferencia solo es una cuestión aún mas manipulable por el poder. Los medios de comunicación usan estas técnicas para amenazar, para avisar, para inculcar que esto es lo que te pasa cuando no te integras, no sirves, no vales, no eres útil al Sistema. No es tanto el problema de la raza sino el de explotado/explotador.
Es un mecanismo de refuerzo de la jerarquía social y es mas patente en sociedades más jerárquicas, aunque ninguna se libre de esto. Todas las sociedades actuales, en diferente grado, están manchadas por la conculcación sistemática de los Derechos Humanos. En el último informe de Amnistía Internacional hay 141 estados que practican la tortura y los otros 50 no vienen por que no se puede tener acceso a los datos, no porque no exista la tortura. En Europa nos consideramos países privilegiados en Derechos Humanos, pero es a base de la conculcación de los derechos de otros continentes, por no hablar de nuestro pasado. Lo grave es cuando se niegan esas violaciones de Derechos Humanos. Por que además hay miedo para denunciarlas. Incluso hay gente que se cree que estas cosas no pasan y suceden todos lo días. La ciudadanía ha de defender los Derechos Humanos, que provienen de la justicia moral humana que no se corresponde con lo legal. Todos sabemos que el estado puede imponer normas injustas. Los Derechos Humanos no los podemos ver como algo inherente, hay que trabajarlos. Los medios de comunicación solo reflejan los aspectos de la mayoría no rutinarios sino negativos, amenazantes para la minoría que está en el poder, e inculcan miedo y odio hacia la mayoría. Cada vez que se desconoce al otro, mas miedo da y mas horrible te parece. Y en el miedo se basa el poder.
Las nuevas tecnologías pueden probar la verdad de los asuntos referidos y la sociedad puede resistir las violaciones. Hoy disponemos de documentación gracias a la tecnología para visibilizar la realidad. Pero los tribunales de justicia no admiten las imágenes como pruebas. Hay sentencias judiciales que afirman el derecho ciudadano a grabar abusos policiales si no ponen en riesgo la vida de los policías. Se puede grabar e increpar.
