Verano de fuego capitalista
En su libro, La Doctrina del Shock, Naomi Klein explica que cuando hay un desastre (inundaciones, incendios, guerras, terremotos), enseguida se presentan especuladores a hacer negocios con las pérdidas y sufrimiento de la gente afectada.
Eso se vio con el huracán Katerina en Nueva Orleans en el 2005, en el que los especuladores, después del huracán, echaron abajo escuelas públicas y construyeron escuelas de élite y arrasaron lo que quedaba de las viviendas públicas y construyeron casas de lujo, mientras los inquilinos eran evacuados a albergues en otros estados.
Este verano entre todos los mega incendios que han habido, en el de Maui (Hawaii), hemos visto un ejemplo del fuego capitalista. En cuanto empezó el primer incendio, agentes inmobiliarios se pusieron a ofrecer, a los que estaban perdiendo sus casas y sus plantaciones, dinero por sus tierras aun antes de que hubiera llegado la ayuda federal.
Y hay cosas sospechosas en los incendios de Maui: los especuladores contactaron a los afectados para comprar sus tierras un día después de que empezará el primer incendio (9 de agosto 2023) que ha matado a cientos de ciudadanos y ocasionado la desaparición de mil.
La otra cosa sospechosa es que, aunque en Maui hay agua suficiente para regar campos de golf, jardines de mansiones y hoteles de lujo, no hay agua para combatir los incendios. Esto es el producto de décadas de neocolonialismo en Hawaii.
Los agentes inmobiliarios, en este tiempo de gran trauma, se están saltando las leyes, robando las tierras de los ciudadanos y su agua.
