1º DE MAYO DE 2022: CONTRA LA GUERRA Y EL ENCARECIMIENTO DE LA VIDA, SOLIDARIDAD Y APOYO MUTUO

1.º de mayo de 2022: Contra la guerra y el encarecimiento de la vida, solidaridad y apoyo mutuo

La guerra y el negocio de la muerte

Tras largas semanas de tensión militar, y el inicio de la invasión rusa en la guerra que se desarrolla en Ucrania desde hace ya varios años, se dio un nuevo paso en un interminable conflicto que, con toda seguridad, seguirá enquistado. Los que salimos perdiendo en los conflictos bélicos somos la gente humilde y trabajadora. Tenemos que engrosar los ejércitos, sufrimos los bombardeos, sufrimos las humillaciones y la miseria, nos vemos forzados a emigrar y enfrentarnos al desarraigo social, sufrimos el aumento de la pobreza y las enfermedades, y la represión de los Estados si nos movilizamos en contra de las campañas bélicas.Miles de militares y mercenarios han perecido en el conflicto, millones de personas han sido asesinadas o están siendo desplazadas, y cientos de personas han sido detenidas en Rusia por movilizarse contra la guerra. Los medios de comunicación en España se dedican a lavar la cara a los neonazis y fascistas del batallón Azov, fortaleciendo la estrategia de la OTAN con el fascismo más violento y peligroso, obviando las humillaciones, el autoritarismo y la coerción que están perpetrando también ellos contra la población civil, y fortaleciendo el papel de la extrema derecha, dándole protagonismo, en detrimento de la población ucrania.

Mientras, los gobiernos aumentan la inversión en la industria de la guerra y de la muerte, beneficiando a la industria armamentística en detrimento de la inversión en bienestar social. En España, importantes empresas del sector como Airbus, Indra, Navantia, Santa Bárbara Sistemas, etc., realizaron ventas directas en 2019 al Ministerio de Defensa y a otros países por un importe de 6654 millones de euros, así como 1664 millones de euros a través de terceras empresas o subcontratas. España se sitúa como quinto mayor proveedor internacional de armamento del mundo.

El aumento de la inversión militar y la reducción consiguiente de la inversión social llevan a la incapacidad del Estado de cubrir las necesidades de las personas. Esto trae consigo el recorte drástico de derechos y libertades, y la agudización del autoritarismo por parte de la maquinaría coercitiva del Estado (ejército y policía), y el ejercicio de la represión y el miedo.

Contra las guerras, el negocio de la muerte, y los intereses nacionalistas de los poderes económicos y políticos, los anarquistas abogamos por la desmilitarización, la abolición de los ejércitos y de los cuerpos represivos. ¡Ni un hombre ni un arma para el Estado!

La precarización y el encarecimiento de la vida después de la pandemia

Dos años han pasado ya desde el inicio de la pandemia del SARS-CoV-2 y su enfermedad, la COVID-19. La ideología y la lógica que han imperado en la gestión de la crisis han sido las del neoliberalismo. Se ha llevado a cabo una aceleración del desmantelamiento de la sanidad pública y de otros servicios esenciales en beneficio de la mercantilización de la sanidad por las empresas privadas. Estas se han visto beneficiadas, por una parte, gracias al aumento de su clientela debido a la gestión de la Comunidad de Madrid en materia sanitaria con el cierre de ambulatorios y centros de especialidades, cierres de camas de hospitales, cierre de servicios de urgencias, aumento de las listas de esperas, precarización del personal y reducción de los recursos. Y, por otra parte, al beneficiarse de la pasividad e inacción del gobierno central a la hora de expropiar hospitales para ponerlos al servicio de las personas más vulnerables.

El resultado de la crisis sanitaria y la guerra ha sido el aumento de la brecha social existente en detrimento de la clase trabajadora. Ha aumentado la precariedad laboral y el trabajo sumergido, han aumentado los accidentes laborales, y ha aumentado el precio de los bienes y los servicios básicos. Sin embargo, a las rentas más altas, la crisis les afecta de un modo muy diferente. Al contrario que los trabajadores, en estos dos años de pandemia y crisis ha aumentado su patrimonio un 11 %, haciéndose aún más ricos mientras aumenta la pobreza de la clase trabajadora.

Las redes de solidaridad y apoyo mutuo son las que han servido de colchón a quienes más sufrimos esta situación. La solidaridad, el apoyo mutuo, la asociación es algo intrínseco al ser humano, tanto para apoyar a las personas que más lo necesitan, como para defender nuestros intereses como trabajadores ante el aumento de la brecha social. Solo organizados podremos tener capacidad política propia, resistir la ofensiva neoliberal que promueven las grandes élites empresariales y los poderes económicos (gestionado por los poderes políticos), superar el miedo a la represión, los recortes sociales, los recortes de derechos y libertades, y ver la necesidad de hacer frente al Estado y a su hegemonía.

Contra la subida de los alimentos y los servicios básicos
Por la autoorganización de los trabajadores y la ruptura de la paz social
Por la anarquía

Grupo Anarquista Tierra
Federación Anarquista Ibéric

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