LAS “GORDIBUENAS” Y EL RITUAL DE SALVACIÓN

Las “Gordibuenas” y el ritual de salvaciónMagda PiñeyroEste texto fue originalmente publicado en el blog La doble efehttp://ladobleefe.blogspot.com.es/Empecemos con algo simple: hay una graaaaaan diferencia entre romper la norma y agrandarla.Agrandaruna norma implica que más gente quepa dentro de ella (aunque siga habiendo gente fuera de ella);romperla norma es romperla de raíz para que no haya nadie ni fuera ni dentro.Siempre que hay movimientos políticos, sociales, culturales, que quieren romper determinadas normas, hay un grupo de personas que, aunque en un principio parece que quieren romper la norma también, al final terminan agrandándola para caber al menos ellxs, porque ven la posibilidad clara de “normalizarse” y entrar al privilegiado terreno de losnormaleso lanormalidad, y no se resisten a ello.A esto le llamo”ritual de la salvación”: a ese común momento en el que -de repente- un grupo que estaba unido en una lucha concreta se ve escindido porque unxs cuantxs vieron la oportunidad propia, el rayito de luz y esperanza, la ventana abierta en la casa de la normalidad y el privilegio, y se metieron de lleno dejando al resto del grupo afuera (porque bien es sabido que no cabemos todxs allí).Algo así pasa por ejemplo con los homosexuales que se casan, y forman familias burguesas, y son blanquitos, europeos y tienen pasta (¡y a veces son conductores de tv!) y la gente los “perdona” porque dice “¡vaya! ¡parecían raritos! ¡pero son casi como nosotros!… ¡y hasta salen en la

tele!”… esos homosexuales que hasta se pueden dar el lujo de ser de derechas y apoyar a partidos que defenestran a personas como ellos pero de clase baja (da igual que ataquen a mis iguales, que total a mí el dinero me salva, ¡¡estoy salvado!!). ¡Ouch!También pasa con la clase media dentro del capitalismo. Cuando las papas queman y estamos en una crisis económica bestial (como ahora mismito), no dejan de oírse propuestas que se ajustan a la perfección a la clase media: ¡¡queremos volver a tener nuestros privilegios de clase media joder!! Pero las propuestas de la clase baja (esa clase que, haya crisis o no, es pobre igual) de cambiar todo de raíz, no son escuchadas NUNCA. Las cosas que escuchamos son algo así como “tengo una carrera ytres másters y aún así tengo que emigrar”, o “tengo una carrera ytres másters y aún así tengo que trabajar en Mc Donalds”… es decir:¡No quiero ser pobre!¡Que pa’eso he estudiao! ¡Devuélveme mi privilegio!(vamos, que el problema no es el curro de mierda en el McDonalds o emigrar.. el problema es que lo tenga que hacer YO).Y así también ocurre con ser emigrante: no es lo mismo ser un español en Alemania que un negro que llega en patera… ¡¡¡por favor!!! ¡¡¡no confundamos las cosas!!! (nótese la ironía). Y encontramos mucha gente que, siendo europeo emigrante, o teniendo familia emigrante por Europa, critica luego espantado que haya un montón de africanos queriendo cruzar la valla de Melilla (¡¡¡miraver si encima nos traen el ébola!!!)*Llegadxs a este punto, mejor ir dejando claras varias cuestiones:1. Hay una clara la diferencia entre buscar tu hueco en la privilegiada normalidad y romper de lleno con la norma.2. Mucha gente confunde luchar por cuestiones justas con luchar por “salvar su propio culo”.3. El privilegio aporta ciertas comodidades, y vivir en la periferia (económica, política, cultural, corporal, sexual, etc.) es una maldita mierda (lo sabemos). De ahí venga, probablemente, el éxito de las propuestas no radicales de “salvémonos al menos unos cuantos y que el resto se las arregle”.Parece ser que esto está ocurriendo en el feminismo también**, sobre todo en un ambiente en el que desdeStop Gordofobia estamos metidas de lleno:la lucha contra la violencia estética.Los cuerpos disidentes, másespecíficamentelasgordas, estamos reclamandoexistencia, y hay mucha gente, muchas webs y muchos

colectivos, visibilizando este tipo de lucha. ¿Qué pasa? Que, tristemente (consciente o inconscientemente) ya se está viendo el tufo de”salvémonos las que podamos”y elbody positivitydel cuerpo gordo se está convirtiendo en un nuevo sesgo de belleza entre las propias gordas.Me explico: el concepto degordibuenaha entrado cómodamente en nuestro vocabulario, visibilizándose una “gordita” (es decir, una piba que no es delgada, pero tampoco es gordísima) que se viste bien, sabe sacarse partido, se maquilla,está empoderada, es simpática… Y, además, agreguemos que el surgimiento de este concepto ha estado muy relacionado con páginas de moda que publican consejos de belleza, de ropa, calzado,etc.Está de sobra decir que donde haya una gorda empoderada yo soy feliz; se vista como se vista. Pero el problema está en que nuevamentese está creando una categoría excluyente(esta vez entre las gordas):si existe lagordibuena, existe automáticamente lagordimala(nuestra cultura, nuestro mundo y nuestro lenguaje funcionan -lamentablemente- así: parejas de opuestos, binarismos… si existe uno, existe el otro…o como plantea Derrida, una “presencia” genera una “ausencia”).Hay artículos en los que se ha pretendido definir -de buen rollo y en tono humorístico-a lagordibuena, y se ha hablado de caras bonitas, cuerpos gordos pero bien formados, simpatía, sacarse partido, etc. Pero, en mi opinión, hay que ir más allá: podemos ser gordas en tacones o gordas en chándal sin caer en categorizarnos como buenas/guapas o malas/feas por ello, y podemos ir todas a romper la norma maquilladas o de cara lavada.A mi modo de ver la “gordibuena” implica muchas cosas negativas para la visibilización de las gordas en su conjunto, por ejemplo:1. La exigencia de una apariencia determinada (por lo generallasgordibuenasson las que se “sacan partido” a través de maquillaje, ropa bonita, etc) y con ello es asociable a unaclase socialdeterminada (yo, por ejemplo, no tengo dinero para comprarme ropa bonita, ni complementos, ni tiempo, ni na).2. La exigencia de unaedaddeterminada (por lo leído y visto hasta ahora, se asocia lagordibuenaa la juventud, nunca vi que se hablara de unagordibuenade 50 años…)3. La exigencia de unagordura limitada(no he visto JAMÁS una foto de una chica etiquetadacomogordibuenaque yo la vea y diga automáticamente, “es GORDA”, así, con todas las letras… suelen ser

grandes, exhuberantes, entradas en carnes, pero no GORDAS… son más una Tara Lynn que una Beth Ditto).4. Suele implicar ciertaproporcionalidad, lo que nos trae a la memoria toda la historia de la “matematización estética” desde los griegos hasta nuestros días, donde la propoción del cuerpo humano se establecía como medida primordial de la belleza (nunca vi como imagen de lagordibuenaa una gorda de espalda ancha y piernas delgaditas, o una gorda de enorme culo y espalda pequeña, etc… incluso la “proporcionalidad” sale como característica de lagordibuenaen un artículo de la ya conocida página weloversize).5.No molestar a los ojos (sobre todo a los masculinos): lagordibuenaes fácilmente aceptable hasta por el tipo al que le gustan las delgadas.. son bonitas de cara, cuerpos un poco más gorditos que los delgados pero no mucho, son coquetas, simpáticas… no unas gordas deformes amargadas que encima ni se sacan partido… lo que además, por cierto,nos culpabiliza/responsabiliza a las gordas por no gustar a los demás, en vez de señalar a los cánones como culpables (¡es ella! ¡que no se saca partido!) y hasta cierto punto puede llegar a justificar la discriminación que sufrimos.6. Exigiraceptación:la mayoría de los artículos que leo referidos alasgordibuenasparecen decir “¡quiérenos por favor!” “acéptanos en tu club de bellas”, haciendo que todo gire en torno NUEVAMENTE a la aceptación de los demás sobre mi cuerpo… sin embargo, a mi modo de ver,lo necesario para romper con la norma es decir “aquí estoy y si no te gusta, TE JODES”implicando por un lado que si se da lano-aceptaciónal menos no nos destruya y, por otro, que la exigencia sea de respeto -no de aceptación- mientras tomamos el espacio público empoderadas y sin escondernos.En conclusión, lagordibuenaes una gorda que cumple ciertos cánones de belleza oficialmente establecidos a la que se le “perdona” su gorduray por eso -por cumplir todos los demás criterios- le es permitido entrar al “club de las bellas” (las privilegiadas de la norma). En este sentido, se amplía la norma y caben unas cuantas gordas, pero el resto de gordas seguimos quedando fuera, seguimos siendo señaladas, humilladas, discriminadas, etc. Ya sea porque no tenemos una cara bonita, porque vamos en chándal o mono de obra, porque somos trabajadoras del hogar con manchas de lejía o comida por todas partes, porque no tenemos pasta para hacernos una limpieza de cutis o para comprar ropa bonita, porque ya no somos jovencitas, porque somos viejas, tenemos canas, estrías, la tripa caída, somos desproporcionadas o mucho más gordas de lo aceptado, tenemos celulitis o lo que sea… pero quedamos afuera, COMO SIEMPRE.

¿Que hay muchas pibas a las que esto les viene bien para su baja autoestima? ¡Por supuesto! Suponemos que habrá muchas pibas a la que la vida les será mucho más fácil de este modo, y serán mucho más felices en su día a día mirándose al espejo o caminando por la calle sintiéndosegordibuenas, iguales a las de la revista… pero ésta, amigxs, no es nuestra lucha.Nuestra lucha NO es ampliar la norma estética. Es destruirla.O cabemos todas, o que no quepa nadie.#StopGordofobia

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