EGOLOGÍA(III): ¿Y VOSOTROS QUÉ PROPONÉIS?

Egología (III): ¿Y vosotros qué proponéis?

Segundo capítulo del ensayo “Egología”.

Primer capítulo: https://www.briega.org/es/especial/egologia-ii-paradojicas-fuentes-ecologia

Prólogo: https://www.briega.org/es/especial/egologia-ecologia-individualismo-busq…

¡Algo se mueve! Un poco por todas partes están surgiendo las “alternativas”. Aquí una cafetería asociativa propone una vida de pueblo más intensa que las habituales tardes frente a la tele. Allá un molino eólico es construido con los esfuerzos de los habitantes y es explotado sin depender de la ayuda de una multinacional de la energía. En otro sitio semillas antiguas y variadas mantienen la diversidad hortícola y una parte se ofrece a los países del sur. Una manifestación mensual de ciclistas combate la cultura del coche y promueve la “bicirevolución”. Consumidores de alimentos reunidos en asociación, se comprometen a comprar la cosecha de una productora de hortalizas ecológicas recién instalada en las tierras de una cooperativa y retiradas del circuito especulativo. En una tienda gratis, cada uno puede aportar objetos que ya no necesita y volver a casa contento con libros, muebles o ropa de segunda mano. Un taller de reparaciones acompaña a aquellos que prefieren intentar dar una segunda vida a sus objetos antes que volver a comprarlos nuevos. Una cooperativa ofrece a festivales que sustituyan sus baños químicos por baños secos que huelen bien a serrín. En un comedor sin productos de origen animal y con cocineros voluntarios, se ofrecen platos cocinados a precio libre (lo que cada uno puede o quiera pagar). Un huerto urbano es recuperado en un terreno abandonado de una ciudad por una “guerrilla jardinera” y los vecinos echan una mano verde. Un taller de fabricación de objetos caseros permite ofrecer regalos en navidad que tienen más sentido y no provienen de fábricas lejanas dónde se explota a los obreros. Todas estas iniciativas dibujan un mundo más ecológico y solidario. Ponen en común medios materiales y humanos, están abiertas a todo el mundo, reivindican y recuperan espacios, se inscriben fuera de la economía o bien en una economía social y solidaria, cambian un poco o mucho la vida, o por lo menos la vida de las personas que participan en esos proyectos. “Sí, pero ¿qué es lo que proponéis?” Se solía reprochar antes a los militantes que se quejaban. “Pues todo esto…”.

Una alternativa, es una elección entre dos opciones. En el vocabulario político contemporáneo, ávido de alternancias y de cambios, cuando no se trata de reapropiaciones hipócritas de gramáticas revolucionarias, las “alternativas” se han convertido en iniciativas concretas, tintadas de ecología o de solidaridad. Llevadas por “simples ciudadanos” o pequeños emprendedores que tienen la convicción de cambiar las cosas desde ya y en su entorno más inmediato. Después de unas cuantas décadas discretas, hoy en día son fruto de una producción editorial o cinematográfica más importante. Se habla de ellas en los periódicos, en libros, en documentales. La veterana revista Silence da voz desde 1982 a las “alternativas” en los campos de la ecología, el feminismo y la no-violencia. Difunde iniciativas concretas, como las campañas militantes, y no oculta la conflictividad inseparable del cambio social que promueve. Passerelles éco, el boletín de la red de ecoaldeas, pone a disposición fichas prácticas y una gran cantidad de contactos mientras que el mensual L´Âge de faire presenta al gran público acciones estimulantes y positivas. Desde la vuelta al mundo de dos jóvenes emprendedores en 80 hommes pour changer le monde, que presentaba proyectos “originales” y fácilmente “reproducibles”, los tours de horizontes son legión: Un millon de révolutions tranquiles de Bénédicte Manier, Les Défricheurs de Éric Dupin, ¡Cambian el mundo! 1001 iniciativas de transición ecológica de Rob Hopkins, el creador de las ciudades en transición, Le Tour de France des alternatives de Emmanuel Daniel, escrito para la web Reporterre.net que tiene un tiene una importante sección dedicada a las iniciativas positivas. Las “alternativas” también asaltan la gran pantalla. Coline Serreau comienza el baile con Soluciones locales para un desorden global (2010), dedicado a las cuestiones agrícolas, balances y soluciones. Le siguen Isabelle Frémeaux y John Jordan, que exploran comunidades radicales, en un mundo tintado de ciencia ficción, en Los Senderos de la utopía (2012). En 2014, Marie-Monique Robin saca ¡Sagrado crecimiento! Un año más tarde, se produce el boom, con el filme Mañana (2015) de Cyril Dion y Mélanie Laurent, que supera el millón de entradas. La bióloga ecofeminista india Vandana Shiva, el campesino argelino Pierre Rabhi o Rob Hopkins, quienes ya no necesitan ni presentación, intervienen con frecuencia en estos documentales que promueven un mensaje positivo, ejemplos concretos y poca conflictividad. Hoy en día es el propio Cyril Dion quien muestra al gran público las “alternativas”. Coproductor de un famoso documental, promotor del movimiento de transición ecológica Colibris de Pierre Rabhi, origen de dos colecciones en la editorial Actes Sud, promueve una ecología sin conflicto, en la que los actores económicos también llevan a cabo su propia transición y asumen, siempre dentro del marco capitalista, su “responsabilidad social y medioambiental”.

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