ETAPA OSCURA PARA LA HUMANIDAD

Etapa Oscura Para La Humanidad

La semiparalización industrial y comercial a escala planetaria gracias a la emergencia sanitaria, ha ocasionado inflación, endeudamiento, desempleo (ha servido como excusa absurda para ejecutar despidos masivos), pobreza, miseria y hambre, profundizando la crisis socioeconómica que afecta a la mayoría desde hace algunas décadas.

En términos generales se puede afirmar que con un saldo parcial de millones de pequeñas y medianas empresas quebradas o debilitadas, de aparatos productivos estatales destruidos en buena medida, de centenares de millones de desempleados, de crecientes recortes salariales y sociales, de un altísimo costo de la vida y una pobreza y miseria quizá sin precedentes, la pandemia por el coronavirus, en cuyo origen y expansión global está metida la mano de los poderosos con la intención de provocar cambios profundos, ha sido un claro  punto de inflexión o coyuntura en la historia, y el inicio de un periodo bien oscuro para la humanidad. Periodo en el que, de no reaccionar enérgica y masivamente los oprimidos de la Tierra, o de no haber una o varias catástrofes naturales, biológicas o militares incontrolables para las élites, el alto capitalismo convertido en una corporocracia totalitaria, se consolidará y dominará todos los aspectos de la vida pública y privada del ser humano, hasta el punto que el agua dulce y otros recursos naturales-cotidianos vitales llegarían a ser mercancías de acceso imposible para una importante parte de la población mundial.

En los años oscuros por venir sin duda las élites y los Gobiernos en el marco del neoliberalismo, querrán someter a su voluntad al resto de la humanidad, reduciéndola a la nada en cuanto a la conciencia, al pensamiento crítico, a la libertad en general, al empoderamiento y a otros elementos que se supone caracterizan lo humano para cada individuo y para los pueblos. Se impondría lo supranacional, los Estados quedarían sujetos a los intereses globales, el dinero sería más dios y más idolatrado que nunca y su propiedad se concentraría en un número cada vez más reducido de individuos, que no dudarían en hacer lo que consideren necesario para asegurar la consolidación y perpetuidad del orden mundial totalitario-corporocrático, incluso reducir la población económicamente nula o insignificante mediante guerras interimperialistas como la que podría denominarse III guerra mundial (que se vislumbra entre Estados Unidos, China, Rusia y sus aliados), y por medio de pandemias más devastadoras que la actual, por ejemplo. Saben bien las mentes tenebrosas que gobiernan la Tierra, que las catástrofes y crisis planificadas y controlables en diversos ámbitos  son perfectos aliados para obtener notables beneficios económicos, para controlar mejor a la mayoría, para tratar de perjudicar a otros poderosos (naciones influyentes y corporaciones, como en el caso actual de Estados Unidos a China o viceversa), para violar derechos  humanos de forma abierta y descarada, para sumir a casi todos los habitantes del orbe en un enorme caos y estado de indefensión, y  para causar tragedias y pobreza, miseria, muerte y desesperanza a más no poder.

A muchos aún sorprende que una parte de la humanidad sea capaz de aprovechar desastres de diferente índole para alcanzar objetivos individualistas-mezquinos, específicamente económicos-financieros, sobre todo cuando se trata de emergencias sanitarias como la que hoy azota a la Tierra. Pero la realidad histórica demuestra que para los poderosos prácticamente no ha habido límites respecto a sus intereses, y en nuestros días además de poder generar crisis de manera intencional, se benefician ampliamente de los desarrollos y resultados de éstas. En verdad las élites han sido unas escorias a quienes  ha importado nada el bienestar del resto de sus semejantes; acumular y reproducir capital ha sido lo único que los ha motivado, y para ello han actuado de la forma más egoísta y perversa posible.

 

www.rubenhernandezinternacional.blogspot.com

Share