¡INSUMISIÓN A TODAS LAS GUERRAS!

¡Insumisión a todas las guerras!

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Somos quienes durante las últimas décadas del siglo XX y principios del siglo XXI participamos en la campaña antimilitarista contra el Servicio Militar Obligatorio y la Prestación Sustitutoria en el Reino de España. Fuimos decenas de miles de personas, apoyadas por millones, en una movilización popular histórica que conquistó el derecho a la objeción de conciencia y que acabó con la servidumbre vergonzosa de la «mili». Una comunidad desobediente y antipatriarcal que se enfrentó al reclutamiento forzoso, a miles de juicios, a la persecución y a la cárcel; y que se sostuvo gracias al apoyo mutuo y, en gran medida, a la lucha de las mujeres antimilitaristas. Ayer, como hoy, reivindicamos la insumisión a la guerra, y una humanidad liberada del autoritarismo y de los ejércitos. Luchamos entonces, y luchamos ahora, contra todas las injusticias que provocan las guerras y por la eliminación de sus causas.

Mientras los Estados adornan la barbarie de la guerra con su propaganda patriótica, insistimos en el derecho universal a renunciar a las armas y a que las personas decidan libremente su destino. Nadie debería verse obligado a elegir entre uno y otro lado del matadero.

El Gobierno ucraniano ha establecido el reclutamiento forzoso para los hombres de entre 18 y 60 años, convirtiendo en clandestinos a miles de jóvenes y adultos que se niegan a combatir, y a los que las bandas paramilitares detienen en controles de carretera y a la salida de las ciudades. El Gobierno ruso engaña y coacciona a los soldados para que no abandonen las filas de su armada. La Unión Europea niega asilo político a los desertores de ambos bandos, envía armas a la zona y anuncia el incremento de su presupuesto militar. La guerra acelera la crisis energética y medioambiental global, y amenaza aún más la economía de las personas vulnerables y de los países empobrecidos.

Nos negamos a obedecer pasivamente sin ofrecer resistencia. Nos negamos a compadecer a las víctimas de las guerras sin protestar. Rechazamos la masculinidad forjada en la figura y el mito del guerrero, la colonización patriarcal de nuestras mentes y cuerpos. No queremos convertirnos en seres dañinos y peligrosos, capaces de cometer toda clase de humillaciones y maltratos. No queremos ser cómplices de la violencia sexual contra mujeres de todas las edades, ni del asesinato de personas pequeñas, enfermas o mayores indefensas. Las soluciones que generan más violencia perpetúan la dominación.

EXIGIMOS el cese de la invasión rusa, la retirada de las tropas de ocupación, y el respeto a la voluntad de quienes viven en las diferentes zonas de Ucrania para decidir su futuro en libertad, respetando los derechos de todas las minorías.

EXIGIMOS que la Unión Europea y el Reino de España en particular acepten las peticiones de asilo de quienes desertan de la guerra o huyen del reclutamiento obligatorio, de acuerdo al derecho universal a la objeción de conciencia. Matar en una guerra no es un «deber cívico».

EXIGIMOS que la Unión Europea acoja sin restricciones a todas las personas que vengan huyendo de cualquier guerra que haya en el mundo. Rechazamos el racismo y la crueldad de las fronteras.

EXIGIMOS que cese el envío de armas y tropas de países de la OTAN a la zona, el desmantelamiento de los paraísos fiscales donde blanquean sus beneficios las industrias de armamento y las oligarquías europeas, y la desmilitarización del conflicto. Los crímenes de guerra anteriores de cualquiera de las partes no justifican ninguna intervención sangrienta más: echar más leña al fuego no es la solución.

ANIMAMOS a las poblaciones civiles de los territorios en guerra a resistirse al odio social, y a apoyar a los soldados y desertores que se nieguen a participar en la matanza.

APOYAMOS a quienes en Ucrania y Rusia se autoorganizan con fines pacíficos, emplean medios de lucha incruentos, practican la desobediencia civil y la defensa noviolenta, y padecen la represión política por oponerse a la guerra; en especial, a los movimientos antimilitaristas y feministas de aquellas tierras.

LLAMAMOS a organizar una red europea de apoyo a pacifistas y desertores que desobedezcan a la guerra en Ucrania y que sufran persecución política.

DESOBEDECEREMOS las leyes españolas y europeas las veces que haga falta, para acoger en nuestras casas a pacifistas y desertores de Rusia y Ucrania.

Acabar con todas las guerras es acabar con la dictadura del sistema económico capitalista que las provoca y se beneficia de ellas. Se equivocan quienes creen que alargar esta guerra de Ucrania, cuyos antecedentes más cercanos se remontan a 2014, traerá algún tipo de beneficio para nadie: solo servirá para producir más sufrimiento y para alimentar el fascismo en todos los rincones del planeta.

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