Reformada la ley, reformada la trampa.
Ahora van a cambiar el nombre y Reglamento de las prisiones para personas trabajadoras no europeas -salvo que sean de Suiza, claro-. Pero por muchos cambios en el Reglamento o en la Ley, toda dominación es abusiva por definición y carece de autocrítica constructiva. La moral peniten- ciaria no suele actuar contra los privilegios de cualquier clase, más bien los perpetua como si fueran inevitables (Repsol, Bankia, etc), ni contra los llamados delitos (si en prevención se usa la formación del espíritu nacional en lugar de una co-educación en libertad).
Cambian las formas pero no el fondo. Ni evi- tará el incumplimiento de los principios de excepción y proporción del internamiento, o incluso torturas impunes a menores (http://www.masvoces.org/Siguen-las-denun- cias-de-maltrato). Otro ejemplo: el Sindicato Unificado de Policía Nacional se quejó de que el gobierno les restó hasta 500 al año en nóminas a quienes incumplían el cupo diario de personas sin papeles detenidas… y el gobierno ha reformado el cupo, admitiendo que antes del 20-N existían redadas, pero que ya no son raciales… Sin embargo en las calles siguen las redadas racistas y clasistas (http://brigadasve- cinales-ddhh.blogspot.com). Hace unos mesesse despenalizó el top-manta, pero siguen incautando su material policialmente, multán- doles o como el caso de Mustapha el Marrakchi, torturándole -ver nº 54 Especial nov.
2011 (www.berguedallibertari.org/pesolnou ). Las leyes se interpretan de manera diferente por parte de sus redactores y de quienes no podemos eludirla (como el conseller Blasco, corrupto en nombre del apoyo a la inmigración, pero impune), tanto entre quienes negamos cualquier cultura penal, como quienes esperan del aparato legal la coherencia entre los princi- pios éticos en que dicen basarse y la letra pequeña que nos aplican, generación tras gene- ración, de distintas formas.
En realidad toda la clase trabajadora mundial somos migrantes en potencia: ayer, hoy o mañana. Repetimos errores históricos asu- miendo como necesarias unas fronteras diseña- das por oligarquías, en nombre del bien de la nación, para mantener privilegios de todo tipo. Nos intentan contagiar un sentimiento posesivo nada saludable: ¿Por qué exigirles que se inte- gren en esta sociedad, donde la gente más enri- quecida paga menos porcentaje de impuestos que nosotras? ¿Integración es asimilación?
¿Acaso somos superiores? También generamos problemas de convivencia quienes hemos nacido aquí, respecto a otras culturas distintas, por ejemplo: ¿cómo vamos a explicarnos mejor contra el velo islámico, si en vez de convivir con respeto, se les multa sin reconocer los velos occidentales? (http://sites.google.com/site/casildarodriga- nez/lo-que-se-oculta-tras-la-cuestion-del- velo-islamico).
Los nacionalismos culturales son útiles, mientras no sean exclusivistas… pero cualquier Estado lo es, a su manera (¿qué es “ser español” salvo por el DNI?). No siempre emigra quien quiere prosperar sino quien consigue escapar de unas políticas injustas para vivir políticas injustas en otro país… como el maltrato que recibió en parte la emigración española, legal y tam- bién ilegal, en postguerra, fuera y dentro de “España” (documentales:http://www.rtve.es/alacarta/videos/in forme-semanal/informe-semanal-vida-maleta/607147/ http://www.rtve.es/alacarta/videos/camino-a-casa/)
Prepotencia, explotación, redadas, deporta- ciones, ocultación mediática y demás actitudes patrióticas se autojustifican sosteniendo que económica, cultural o policialmente …pueden ser un riesgo para la seguridad nacional… o sea, más mitos para dividirnos y someternos en elaciones de dominación de todo tipo que con- sentimos y reproducimos socialmente como si fueran inevitables.
¿Por qué niegan permisos de residencia y tra- bajo, por Derecho o por racismo? O el Derecho nos mantiene racistas y clasistas, en mayor o menor medida, según nuestra capacidad de rebeldía o sumisión. ¿Con qué Derecho hay evasión de capitales a Suiza, se invade Libia, Afganistán, o se fabrican aquí y se venden armas a Somalia, endeudándoles? O que en otoño por ley se negará a las personas sin papeles la asistencia sanitaria gratuita, excepto urgencias (www.sanidadparatodos.org), o la inevitable privatización de hospitales estatales, el co-pago, o la inevitable reducción de regula- rizaciones por arraigo y el consiguiente aumento de personas expulsables de Europa, o los inevitables desahucios con o sin dación en pago…
Una de las principales causas de crisis ali- mentarias, en cualquier lugar y época, es la cre- encia en la propiedad privada y acumulativa en oposición a la biodiversidad de colectivos en mayor armonía con el medio… No las hemos provocado estas crisis quienes vivimos más en precario, aunque colaboremos o asumamos, con o sin envidia, en proceso migratorio o no.
Cualquier parecido entre la búsqueda de jus- ticia social y todo tipo de formas exclusivistas de entender la vida, institucional o individual- mente, es pura coincidencia.
Ninguna prisión es justificable O que el Derecho no se detenga en la puerta de su facultad… porque en todo Estado de Derecho, los miembros de la clase trabajadora somos libres sobre el papel legal solo si renuniamos a ser libres, y dependiendo de nuestra rebeldía o sumisión. Y no solo la clase trabaja- dora: si una mujer decide abortar depende en cada época del grado de permisividad del apa- rato legislativo patriarcal. ¿Acaso abortar es un capricho? No, entonces ¿por qué se empeñan en criminalizarlo, por Derecho o por misoginia? O el Derecho nos mantiene misóginos, en mayor o menor medida, según nuestra capaci- dad de rebeldía o sumisión.
Algunas personas en las asambleas de barrios aparecidas tras el 15M, o en algunas O“n”G, en grupos de afinidad anarquistas, etc., desde las imperfecciones humanas, intentamos defender una autogestión anti-autoritaria no solo económica, sabiendo que siempre exis- tirán injusticias, pero también respuestas desde la insumisión porque vivimos realidades no siempre inevitables, o al menos intentamos contribuir a que no lo sean tanto…
Por ejemplo: el último martes de cada mes a las 19.30h concentración en la puerta del CIE (Avd. Dr. Waskman – Valencia).
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