Los culpables son una pequeña élite: el 1% más rico del planeta emite más CO2 que el 50% más pobre
Por Javier F. Ferrero
La huella de carbono del 50 % más pobre se mantendrá muy por debajo de este nivel
Aunque quiera hacerse entender a la población lo contrario, no todos los seres humanos tienen el mismo grado de responsabilidad en el cambio climático. El 1% de la población más rica del planeta cada vez libera más CO2 en comparación con los más pobres y si se quiere lograr el objetivo de no sobrepasar el aumento de 1,5 grados en 2030, el umbral máximo fijado en el Acuerdo de París, tienen que reducir su consumo un 97%.
Un estudio de Oxfam Intermon, el Instituto Ambiental de Estocolmo (SEI) y el Instituto de Política Ambiental Europea (IEEP), pone este dato de relieve y señala además que el aumento de emisiones de CO2 por parte de Los multimillonarios es una tendencia que se mantiene desde hace 30 años.
En 2015, los Gobiernos acordaron el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales. Sin embargo, los actuales compromisos para reducir las emisiones son insuficientes para lograrlo. Para alcanzar este objetivo, sería necesario que, para el año 2030, cada habitante de la Tierra emitiese un promedio de tan solo 2,3 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a aproximadamente la mitad de la actual huella de carbono media.
Pero el informe destaca tres puntos clave: La primera es que la mitad más pobre de la población mundial seguirá produciendo emisiones muy por debajo de los niveles requeridos para no superar 1,5 °C. En segundo lugar, las emisiones del 1 % y 10 % más ricos serán 30 y 9 veces superiores a los niveles requeridos, respectivamente. Y en tercer lugar, una persona del 1 % más rico debería reducir sus actuales emisiones en torno a un 97 % para poder lograr el nivel de emisiones requerido.
«Los culpables son una pequeña élite»
Tim Gore, autor del informe y responsable del programa de economía baja en carbono y circular del IEEP, afirma que «la brecha en las emisiones para mantener vivo el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 °C no es el resultado de los patrones de consumo de la mayor parte de la población mundial. Por el contrario, es un reflejo del exceso de emisiones de una pequeña élite, la más rica del planeta. Para acabar con esta desigualdad en las emisiones para el año 2030, es necesario que los Gobiernos dirijan sus medidas a los más ricos, quienes más contaminan. Las crisis climática y de desigualdad debe abordarse de forma conjunta. Esto incluye adoptar medidas para limitar tanto las emisiones generadas por artículos y servicios de lujo como megayates, jets privados y viajes al espacio, como las inversiones intensivas en carbono como, por ejemplo, la adquisición de acciones de compañías de combustibles fósiles».
Emily Ghosh, científica del Stockholm Environment Institute, incide en que «nuestra investigación evidencia el reto de garantizar una distribución más equitativa del presupuesto global de carbono restante y cada vez menor. Si continuamos en la misma línea, se mantendrán las graves desigualdades en ingresos y emisiones en la población mundial, poniendo en cuestión el principio de equidad en el que se fundamenta el Acuerdo de París. Los esfuerzos de los Gobiernos para reducir las emisiones deben basarse urgentemente en un análisis de la desigualdad en las emisiones».
Yates, aviones privados y combustibles fósiles
Entre las práctica más nocivas para el medio ambiente de la población más rica se señala el uso de yates privados, que son responsables individualmente de unas 7.000 toneladas de CO2 por año y los viajes en avión. Pero además también se cuestionan las inversiones y movimientos financieros de las grandes fortunas, en particular en el sector de los combustibles fósiles.
Capitulo aparte merecen algunas aventuras y actividades de los multimillonarios del planeta como los viajes al espacio, que en los últimos meses han protagonizado Jeff Bezos, Richard Branson o Elon Musk. De acuerdo con un reciente informe de Lucas Chancel, las emisiones de carbono por pasajero de un vuelo al espacio de 11 minutos se estiman en al menos 75 toneladas. Quienes forman parte de los mil millones de personas más pobres del planeta emiten menos de una tonelada de carbono al año.