Estas historias cotidianas son las que los impulsores del museo pretenden que se vayan ampliando, un contenido que “da un matiz diferente de lo que es el sufrimiento de la guerra y la experiencia de la gente más allá de los clichés. La guerra como la vive la inmensa mayoría de la gente, una tragedia tremenda llena de incertidumbre, dolor, esperanzas y miedo”, concluye Cazorla