Yo nací, como tantas personas en este mundo, de padre desconocido. Mi madre me dio a luz en un sitio de esos oficiales, técnicos, según me ha dicho mi hermana. Una casa fría que descomponía a todas las pobres madres que hacían hijos sin permiso de la autoridad.
Para comprender a Kasilda y a su entorno es preciso despojarla del mito solo así se puede llegar a su esencia. Kasilda es una permanente explosión de sentimientos. Anarquista, gitana, feminista, internacionalista, vasca, pero ante todo Kasilda es pasión.
ANARQUISMOSANTIFASCISMOBLOQUE6TERRIT La Sexta Columna descubre a Octavio Alberola «La única muerte admitida era la de Franco» Por Rojo Y Negro Publicado