 
		
	Caso Scala: jaque mate al anarquismo español
 En 1980 fueron juzgados los tres implicados. Un testigo que vio llegar a un hombre a la discoteca con un maletín horas antes del atentado -regentaba un kiosko de prensa frente a la sala- murió de un tiro en su puesto de trabajo. Nadie vio a los implicados, no había pruebas ni testigos,  la policía “limpió” la sala con la rapidez de un rayo, en solo 24 horas y sin mandato judicial. Denegaron la petición que hizo la CNT de enviar a peritos independientes para revisar la sala. Sin pruebas, sin mayores indicios fueron condenados a 17 años de los 300 que pidió el fiscal. El mismo fiscal que comentó lo injusto de la condena por falta de pruebas e indicios, pero que él no se jugaba la carrera por defender a tres inocentes que fueron cabeza de turco.
En 1980 fueron juzgados los tres implicados. Un testigo que vio llegar a un hombre a la discoteca con un maletín horas antes del atentado -regentaba un kiosko de prensa frente a la sala- murió de un tiro en su puesto de trabajo. Nadie vio a los implicados, no había pruebas ni testigos,  la policía “limpió” la sala con la rapidez de un rayo, en solo 24 horas y sin mandato judicial. Denegaron la petición que hizo la CNT de enviar a peritos independientes para revisar la sala. Sin pruebas, sin mayores indicios fueron condenados a 17 años de los 300 que pidió el fiscal. El mismo fiscal que comentó lo injusto de la condena por falta de pruebas e indicios, pero que él no se jugaba la carrera por defender a tres inocentes que fueron cabeza de turco.
 


 Reportaje televisivo sobre la huelga general que en 1934 se organizó contra el gobierno de las derechas durante la II República española, que derivó en un momento insurreccional en Asturias, auspiciado por el sólido movimiento obrero curtido durante las décadas precedentes en las cuencas mineras
Reportaje televisivo sobre la huelga general que en 1934 se organizó contra el gobierno de las derechas durante la II República española, que derivó en un momento insurreccional en Asturias, auspiciado por el sólido movimiento obrero curtido durante las décadas precedentes en las cuencas mineras
 Documental sobre el cierre de los Astilleros Euskalduna a finales de la década de los 80. Recoge el punto de vista de las mujeres que se incorporaron a la lucha de los trabajadores en defensa de la fábrica y del puesto de trabajo.
Documental sobre el cierre de los Astilleros Euskalduna a finales de la década de los 80. Recoge el punto de vista de las mujeres que se incorporaron a la lucha de los trabajadores en defensa de la fábrica y del puesto de trabajo.




 “Mientras la columna Durruti avanzaba hacia Aragón, encontró en el camino un campamento de gitanos. Familias enteras acampadas al aire libre. Era inquietante porque a esta gente no le preocupaba en lo más mínimo la posición del frente y pasaban de un lado a otro cuando se les ocurría. No se excluía la posibilidad de que fueran utilizados como espías a favor de Franco. Durruti reflexionó sobre el problema. Después fue a ver a los gitanos y les dijo: `Para empezar, señores, os cambiaréis de ropa y os vestiréis como nosotros´. Por aquel entonces los milicianos usaban monos, a pesar del calor del mes de julio. Los gitanos no estaban precisamente entusiasmados. `¡Sacaos esos trapos! Llevaréis la misma ropa que llevan los obreros´. Los gitanos notaron que Durruti no estaba para bromas, y se mudaron sin chistar. Pero eso no fue todo. `Ahora, ya que lleváis ropas de trabajador, también podéis trabajar´, prosiguió Durruti. Y allí fue el llanto y el rechinar de dientes. `Los campesinos del lugar han fundado una colectividad y han decidido construir un camino para que su pueblo pueda comunicarse con la carretera principal. Aquí tenéis vuestras palas y picos, ¡vamos!´. A los gitanos no les quedaba otra alternativa. Y de cuando en cuando venía Durruti a ver cómo seguía el trabajo. Se alegró infinitamente de haber logradio que los gitanos usaran las manos. `Allí está el señor Durruti´, susurraban los gitanos con su acento andaluz, y levantaban la mano con el saludo antifascista, es decir, levantaban los brazos con el puño cerrado, y Durruti comprendía muy bien lo que querían decir con eso”.
“Mientras la columna Durruti avanzaba hacia Aragón, encontró en el camino un campamento de gitanos. Familias enteras acampadas al aire libre. Era inquietante porque a esta gente no le preocupaba en lo más mínimo la posición del frente y pasaban de un lado a otro cuando se les ocurría. No se excluía la posibilidad de que fueran utilizados como espías a favor de Franco. Durruti reflexionó sobre el problema. Después fue a ver a los gitanos y les dijo: `Para empezar, señores, os cambiaréis de ropa y os vestiréis como nosotros´. Por aquel entonces los milicianos usaban monos, a pesar del calor del mes de julio. Los gitanos no estaban precisamente entusiasmados. `¡Sacaos esos trapos! Llevaréis la misma ropa que llevan los obreros´. Los gitanos notaron que Durruti no estaba para bromas, y se mudaron sin chistar. Pero eso no fue todo. `Ahora, ya que lleváis ropas de trabajador, también podéis trabajar´, prosiguió Durruti. Y allí fue el llanto y el rechinar de dientes. `Los campesinos del lugar han fundado una colectividad y han decidido construir un camino para que su pueblo pueda comunicarse con la carretera principal. Aquí tenéis vuestras palas y picos, ¡vamos!´. A los gitanos no les quedaba otra alternativa. Y de cuando en cuando venía Durruti a ver cómo seguía el trabajo. Se alegró infinitamente de haber logradio que los gitanos usaran las manos. `Allí está el señor Durruti´, susurraban los gitanos con su acento andaluz, y levantaban la mano con el saludo antifascista, es decir, levantaban los brazos con el puño cerrado, y Durruti comprendía muy bien lo que querían decir con eso”. Hélène Chatelain, la directora del documental Néstor Makhno, un campesino de Ucrania , narra los avatares del movimiento libertario makhnovista y recoge los testimonios de historiadores y de familiares de los protagonistas que después de haber sido silenciados durante los años del terror comunista recobran la palabra y recuerdan lo que el poder quiso silenciar.
Hélène Chatelain, la directora del documental Néstor Makhno, un campesino de Ucrania , narra los avatares del movimiento libertario makhnovista y recoge los testimonios de historiadores y de familiares de los protagonistas que después de haber sido silenciados durante los años del terror comunista recobran la palabra y recuerdan lo que el poder quiso silenciar. Salvador Seguí Rubiñals, conocido como «el Noi del Sucre» (el chico del azúcar), en memoria de su pasado como niño esclavizado, nació en Lérida el 23 de diciembre de 1890, y representa la figura de un militante de una gran personalidad humana y política. En él se unirán en síntesis admirable, la lucidez y el espíritu revolucionario, la ponderación más sobria, y un gran amor al Ideal.
Salvador Seguí Rubiñals, conocido como «el Noi del Sucre» (el chico del azúcar), en memoria de su pasado como niño esclavizado, nació en Lérida el 23 de diciembre de 1890, y representa la figura de un militante de una gran personalidad humana y política. En él se unirán en síntesis admirable, la lucidez y el espíritu revolucionario, la ponderación más sobria, y un gran amor al Ideal. Se cumplen 30 años de la retención del presidente de Forjas y Aceros por los obreros de la fábrica la víspera de su toma de posesión como consejero de Transportes y Obras Públicas del Gobierno Vasco y de la rendición de un grupo de guardiaciviles en un callejón sin salida de la capital de Campoo.
Se cumplen 30 años de la retención del presidente de Forjas y Aceros por los obreros de la fábrica la víspera de su toma de posesión como consejero de Transportes y Obras Públicas del Gobierno Vasco y de la rendición de un grupo de guardiaciviles en un callejón sin salida de la capital de Campoo.