EL 40% DE LA TIERRA DEL MUNDO YA SE ENCUENTRA DEGRADADA. “NO MIRES ARRIBA”

El 40% de la tierra del mundo ya se encuentra degradada. “No mires arriba”

Otra noticia alarmante pero no deja de ser una noticia más. Ya son muchas las noticias como éstas, casi siempre edulcoradas, que a pesar de la gravedad solo logran ocupar las portadas de los medios de comunicación durante 24 horas pero no movilizar conciencias. Mucho menos determina decisiones y acciones por parte de los Estados o cambios radicales en las políticas públicas.

El ser humano está acelerando el daño al planeta con la sobreexplotación de los recursos naturales y ha provocado que al menos el 40 por ciento de la tierra de todo el mundo está clasificada como degradada. Lo informa de la ONU.

La reacción mundial ante esta información suele ser la misma que si hubieran anunciado que cambiarán el color de la pintura de las paredes de los despachos para hacer las reuniones. O sea, ninguna. Se está normalizando la debacle. Las noticias dicen algunas cosas pero las acciones de los gobiernos las niegan. Muchas advertencias de organismos internacionales o de los expertos y expertas, pero ninguna acción. Ninguna.

La gestión actual de los recursos de la Tierra, como el suelo, el agua y la biodiversidad, amenaza la salud y la supervivencia de muchas especies, incluida la humana, advierte el informe de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD).

El cultivo intensivo es el único que se encuentra en los planes de los Estados capitalistas, no contemplan otro. De hecho es el único que sustenta el sistema. Y es el que finalmente acabará con el sistema. Y con el planeta. Y con todos nosotros y nosotras.

El informe también alerta que la sobreexplotación de las tierras amenaza con degradar una superficie del tamaño de Sudamérica en menos de tres décadas, por lo cual recuperar un uso sostenible de los suelos es cuestión de “supervivencia”.

Hablan en un absoluto delirio de un panorama para el 2050. ¿Acaso a este ritmo existirá algo en el año 2050? La rapidez con la que se degradan las condiciones planetarias indican que trazar el panorama para el 2050 es pura entelequia. Un mero ejercicio especulativo poco sustentado en los hechos y datos duros.

El documento proyecta las consecuencias de tres escenarios posibles hasta el año 2050: el mantenimiento de la situación actual, la restauración de 50 millones de kilómetros cuadrados de tierra y el aumento de las medidas de restauración mediante la conservación de zonas naturales importantes para las funciones específicas de los ecosistemas.   Si nada cambia, la UNCCD alerta de que para 2050 unos 16 millones de kilómetros cuadrados de suelo, un área equivalente al tamaño de toda Sudamérica, se degradarán de forma continua.

Sigue el discurso elíptico para describir la situación. Tan elíptico como inútil. Habla de peligros y riesgos desconocidos… para el año 2050…

El segundo informe de Perspectiva Global de la Tierra alerta de que la humanidad nunca se había enfrentado a unos riesgos y peligros “tan conocidos y desconocidos que interactúan en un mundo hiperconectado y rápidamente cambiante”.

Claro que se subestiman las advertencias y los datos que se ofrecen. El sistema está decidido a seguir avanzando a toda costa y el costo es la destrucción. Claro que podemos subestimarlo porque lo estamos haciendo. No tienen ningún plan de frenar. Mencionan en su informe la “supervivencia y la prosperidad”.  ¿Prosperidad? ¿De qué están hablando?

“No podemos permitirnos subestimar la escala y el impacto de estas amenazas existenciales”, insiste el documento de la UNCCD. “Seguir como hasta ahora no es un camino viable para nuestra supervivencia y prosperidad”, añade.

Si alguna vez se reaccionara, que no solo es inimaginable sino que ya es tarde, ante lo que vayamos a enfrentarnos no tendremos forma de “conservar, restaurar y reutilizar los recursos”. Ya no habrá recursos. No sabemos que habrá.

El informe hace hincapié en la importancia de “conservar, restaurar y reutilizar” los recursos de la Tierra de una forma sostenible.

Y aquí, supongo que con muy buenas intenciones, nos explican que se degradará un suelo que no será apto para actividades agropecuarias. Pero… qué decir ante la calificación de que las técnicas utilizadas para las explotaciones agropecuarias a veces no son las óptimas. Esto ya no es cuestión de ingenuidad ni se pueden evaluar las intenciones del discurso, esto se trata de hipocresía sin más. Manipulación, ocultamiento e hipocresía dado que ya conocemos que TODAS las técnicas de explotación agrícola intensiva solo generan destrucción del suelo y contaminación.

Andrea Meza Murillo, secretaria ejecutiva de la UNCCD explicó que, cuando se usa suelo que “no es apto para actividades agropecuarias, va a haber un patrón de degradación. También las técnicas que se utilizan en los sistemas agroproductivos a veces no son óptimas. Tenemos que lograr evolucionar hacia esquemas sostenibles”.

El sector alimentario es responsable del 80 por ciento de la deforestación y usa el 70 por ciento del agua dulce del mundo. Además, es el principal motor de extinción de las especies.

Al menos el 70 por ciento del suelo libre de hielo en el mundo fue transformado para su uso por el ser humano (infraestructuras, alojamiento, agricultura), y la mayoría se encuentra degradado, lo que hace que baje su rendimiento.

“No queda ya mucha tierra”, explicó por su parte Barron Orr, responsable de la UNCCD. “Y, sin embargo, seguimos viendo un ritmo alto de cambios de usos”.

Si, no queda ya mucha tierra, pero el mecanismo es el de “no mires arriba” y parece que sin perspectiva de cambio.

Fiona Harvey en The Guardian expresa de manera clara “El daño creciente, causado principalmente por la producción de alimentos, pone en riesgo la capacidad de alimentar a la creciente población del planeta“.  Y agrego que a esto se suma la crisis alimentaria causada por otro tipo de factores tales como la crisis energética, la falta y aumento de precio de fertilizantes para la  industria agropecuaria y la menguante producción y distribución de las materias primas.

Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la convención de la ONU dice: “La agricultura moderna ha alterado la faz del planeta, más que cualquier otra actividad humana. Necesitamos repensar urgentemente nuestros sistemas alimentarios globales, que son responsables del 80 % de la deforestación, el 70 % del uso de agua dulce y la principal causa de la pérdida de biodiversidad terrestre”.  Ya lo sabemos, ya se sabe hace décadas, se advierte y se denuncia, pero señor Thiaw, como usted ya sabe seguramente: Ya es tarde. Perdimos la oportunidad

Y no sabéis la rabia y la tristeza infinita que genera pensar y comunicar esto.

Diana Cordero

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