…Y LLEGÓ EL COLAPSO

…Y LLEGÓ EL COLAPSO

Hay algunos pequeños, insignificantes, síntomas que hacen presagiar que eventos históricos anteriores, como la caída del Imperio Romano, puede que sean un chiste de patio de colegio en comparación con lo que parece que está llegando, y por llegar. Élites pegándose entre sí, cada una con su propio proyecto de dominación (llámalo Gran Reinicio de los atlantistas globalistas, llámalo Z de los euroasiáticos, llámalo Gran Infraestructura o Nueva Ruta de la Seda, de las facciones chinas… cada cual tiene el suyo ), y encalomándonos una concatenación de crisis como no se han visto en siglos, por ver quién se lleva el gato al agua y varios signos de que como no espabile el personal, nos vamos todos a la mierda, eso sí, sostenible, inclusiva y resiliente. Repasemos esos signos para quien aun no se haya dado cuenta (¡ay! Esos ombligos).

La banca internacional se prepara para una ola de disturbios sin precedentes en los países occidentales

Los bancos y los fondos de inversiones de todo el mundo se preparan para un recrudecimiento “sin precedentes” de los disturbios civiles en Estados Unidos, Reino Unido y Europa, ya que la subida de los precios de la energía y los alimentos eleva el coste de la vida a niveles astronómicos.

La información procede del jefe de un equipo que proporciona asesoramiento a bancos, compañías de seguros y otras instituciones financieras. La información se considera altamente sensible.

Los planificadores de emergencias de las principales instituciones financieras creen que los “niveles peligrosos” de colapso social en Occidente son ahora inevitables e inminentes. Es probable que se produzca un estallido de disturbios civiles en cualquier momento de este año, pero más probablemente en los próximos meses, cuando el impacto de la crisis del coste de la vida empiece a saturar las vidas de “todos”.

Los principales bancos del mundo, incluidos los de Estados Unidos, Reino Unido y Europa Occidental, están pidiendo a sus directivos que empiecen a planificar activamente cómo responderán al impacto de las perturbaciones financieras provocadas por un episodio prolongado de disturbios civiles.

Mientras que el aumento de los disturbios civiles en los países en desarrollo ha sido discutido abiertamente por las principales instituciones como la ONU, el Banco Mundial, el FMI y otras, es la primera vez en los últimos años que las expectativas de un próximo colapso social en las sociedades occidentales se atribuyen a los grandes bancos y empresas de inversión. “Todos los grandes bancos saben que la crisis del coste de la vida está fuera de control”, dijo un alto consejero financiero.

 

“La pandemia fue bastante mala y puso de manifiesto que ciertos grupos de personas iban a estar más afectados, los pobres, las minorías, etc. Pero la combinación de las crisis energética y alimentaria es un punto de inflexión que llevará a las sociedades occidentales al límite. Esto repercutirá en todos. Las clases medias acomodadas tendrán dificultades para comprar alimentos básicos y pagar sus facturas. Por lo tanto, prevemos niveles peligrosos de disturbios civiles que podrían escalar hasta convertirse en una crisis social sin precedentes”.

La advertencia se produce cuando el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, afirmó que las subidas “apocalípticas” de los precios de los alimentos y la energía, junto con la inflación más alta de los últimos 30 años, provocarían un “choque muy fuerte en los ingresos”, haciendo subir el desempleo y reduciendo el gasto de los hogares.

Pero eso sólo araña la superficie del problema. El banquero estadounidense advirtió que la actual crisis está a punto de sumir al público en general, incluidas las clases medias, en una pobreza creciente. Peor aún, el conjunto de herramientas económicas convencionales para hacer frente a la volatilidad financiera estaba agotado: “No queda nada en el conjunto de herramientas del sistema financiero existente. Nos estamos quedando sin opciones. Sólo veo que la situación empeora”.

El ejecutivo dijo que había sido informado de la planificación interna de varios bancos en conversaciones con colegas de alto nivel en las últimas semanas. Sus advertencias forman parte de un análisis que desarrollé en 2017 en el que sostenía que era probable que en los próximos años reapareciera, de forma más intensa, una combinación de crisis energética, alimentaria y de deuda similar a la que vimos en el periodo previo al desplome financiero de 2008. Yo había advertido que el sistema mundial estaba en medio de un proceso de colapso prolongado, con el actual paradigma dominado por los combustibles fósiles colapsando en una espiral de rendimientos decrecientes. Aunque esperaba que esta convergencia de la crisis mundial se produjera antes, se retrasó por el impacto de la pandemia, que redujo temporalmente la demanda y el consumo mundiales.

Un aumento importante de los disturbios civiles este año sería coherente con la tendencia al aumento de la violencia política en la última década, desde el colapso financiero de 2008, como documenta el Índice de Paz Global del Instituto para la Economía y la Paz. Entre 2011 y 2019 las protestas, huelgas y disturbios en todo el mundo aumentaron un 244 por cien y siguieron aumentando en 2020 durante la pandemia.

Las últimas cifras del Índice de Paz Global muestran que la paz mundial se ha deteriorado por novena vez consecutiva en un 0,07 por cien, y se ha deteriorado en general en los últimos 15 años. Ya se han producido manifestaciones violentas y disturbios en 158 países, más del 80 por cien del mundo. Esta tendencia a la escalada de los disturbios civiles forma parte de un patrón sistémico de malestar social, en el que varios países expresan simultáneamente su descontento, su ira y sus demandas de cambio.

Esta tendencia al alza no comenzó hace 15 años. También forma parte de una tendencia al alza de la violencia política mucho más larga, que se ha acelerado especialmente desde la década de 1970, cuando la economía mundial entró en una fase de “sobregiro” ecológico.

La creciente inestabilidad del sistema mundial sugiere que está entrando en un periodo de cambios rápidos y drásticos, en el que las industrias e instituciones políticas existentes están perdiendo el control. Aunque la perspectiva de una mayor inestabilidad es desalentadora, el debilitamiento del statu quo abre un nuevo espacio de oportunidades para explorar alternativas antes impensables.

Los gestores del paradigma existente no ven esta oportunidad. En particular, no pueden reconocer que el bucle de retroalimentación de la aceleración de las crisis energética, económica y alimentaria se está intensificando porque las industrias dominantes de estos sectores, que hacen un uso intensivo del carbono, están económicamente obsoletas, con enormes consecuencias geopolíticas a medida que se deshacen ante nuestros ojos.

Impotencia ante una subida ‘apocalíptica’ de los precios de los alimentos a escala mundial

Esta alarma de disturbios civiles, emitida, también por el Banco de Inglaterra, viene derivada en gran parte de la estimación de esta misma institución – y de otras como el Foro Económico Mundial o la revista The Economist – sobre la inminente escasez alimentaria por el aumento de precios. Andrew Bailey, gobernador del Banco de Inglaterra, ha advertido de una subida “apocalíptica” de los precios de los alimentos a escala mundial y se ha mostrado “impotente” ante la espiral de la inflación. Ayer el precio del trigo subió un 6 por ciento en el mercado mundial.

La situación está provocada por fuerzas del mercado mundial que escapan a su control, explicó Bailey a los diputados de la Comisión del Tesoro de la Cámara de los Comunes, según informa el diario Telegraph.

Los precios están subiendo al ritmo más rápido de los últimos 30 años, creando un “choque de ingresos muy grande” que se espera que se intensifique en los próximos meses con el riesgo de una inflación de dos dígitos antes de que termine el año.

Naturalmente, Rusia es, una vez más, culpable porque bloquea las exportaciones agrarias ucranianas, especialmente trigo y aceite de cocina. Rusia está bloqueada, pero no puede bloquear.

“El [riesgo] sobre el que voy a sonar bastante apocalíptico, supongo, es la comida. Ucrania tiene reservas de alimentos, pero no puede venderlos por el momento. Aunque [el Ministro de Finanzas de Ucrania] es optimista en cuanto a la siembra de cultivos, dijo que, tal como están las cosas, no tenemos forma de enviarlos, y la situación está empeorando. Esto es una gran preocupación. No es sólo una preocupación importante para este país, sino para el mundo en desarrollo. No soy un estratega militar ni mucho menos, pero cualquier cosa que se pueda hacer para ayudar a Ucrania a enviar sus alimentos sería una gran contribución”, dijo Bailey a los diputados.

Sin embargo, la inflación despegó el año pasado, antes de la guerra actual, y el Banco de Inglaterra permaneció cruzado de brazos, negándose a subir los tipos de interés.

En cuanto las movilizaciones populares contra la carestía salten a la calle, aumentará la presión sobre el gobierno para que aumente las ayudas econòmicas para aliviar el coste de la vida. Habrá más gastos, menos ingresos y, en consecuencia, más déficit público.

El gobernador también admitió que el banco tiene pocas esperanzas de volver a situar la inflación en su objetivo del 2 por cien, ya que los precios han subido ya un 7 por cien y esperan nuevas subidas en los próximos meses. A la pregunta de los diputados sobre si se sentía “impotente” para controlar la inflación, Bailey dijo que sí.

“Es un lugar muy, muy, más que incómodo -estoy tratando de encontrar una palabra aún más dura que esa- es un lugar muy, muy difícil de estar. Predecir una inflación del 10 por cien y decir que no hay mucho que podamos hacer sobre el 80 por cien de esa inflación, puedo decir que es una situación extremadamente difícil de vivir. Tenemos que reconocer la realidad de la situación a la que nos enfrentamos”, concluyó.

Cabe añadir que los gobiernos no pueden hacer nada tampoco porque la mayoría de las subidas de precios actuales proceden de los mercados mundiales.

En contraste con el sombrío fatalismo de las instituciones financieras establecidas -que no ven ninguna salida a una crisis de la que son en gran parte responsables-, las nuevas visiones e ideas para la transformación económica, junto con la continua aceleración de los principales trastornos tecnológicos en la energía, el transporte y los alimentos, sugieren que el propio colapso del paradigma existente abre el camino para un avance hacia un nuevo sistema. Pero los ciudadanos, incluidos los que trabajan en el sector financiero, tienen que ser capaces de ver esta oportunidad antes de poder aprovecharla.

La gran pregunta es ¿podrán aprovecharla?. Las élites, aunque chapuceras, tienen bastante bien atadas sus opciones, pues juegan la carta del miedo, en versión peste del siglo XXI: las “pandemias”. COVID 19 y sus infinita variantes y subvariantes, gripe aviar, SIDA (provocado por vacunas), resurrección de la viruela, virus Marburg, etc, suenan o bien a más guerra biológica contra la población o bien a encubrir la verdadera guerra biológica, la de las vacunas y sus efectos secundarios – a los que hay que sumar hepatitis infantiles, miocarditis en jóvenes, cánceres en adutos e inmunodeficiencias varias -, los cuales podrían estar tratando de encubrir con esta estrategia del terror de más y más pandemias. Para los aficionados a las pelís de miedo, aun tenemos la guerra y sus derivados en forma de crisis energéticas – ya daban la tarara con el apagón antes de la guerra de Ucrania -, económicas y demás. Es en estas condiciones cuando se vislumbra más que nunca que todo esto está más que preparado. Sobre todo por el pequeño detalle de tener vacunas antes de las enfermedades (viruela, pese a estar erradicada en Europa en los 80), o solamente unos pocos meses después (covid). Para muestra, un botón (pero claro, todo esto no son más que elucubraciones de conspiranoicos) y de color rojigualda:

En 2019 el Ministerio de Defensa adquirió dos millones de vacunas contra la viruela, erradicada en 1980

El Ministerio de Defensa y la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) suscribieron un convenio por el cual el Ejército custodiaría una reserva de dos millones de dosis de vacuna ACAM 2000 contra el virus de la viruela, una enfermedad erradicada en 1980, según la disposición 12545, publicada en el BOE.

De acuerdo con la resolución, la AEMPS adquirió en junio de ese año dos millones de dosis de vacuna ACAM 2000 contra el virus de la viruela, la cual se presenta como un liofilizado, y debía ser conservada a la temperatura de -20 ºC ± 5 ºC; el lote incluía 20.800 viales de disolvente para la reconstitución de la vacuna liofilizada y de 2.100.000 agujas bifurcadas para llevar a cabo su administración en el proceso de vacunación.

La viruela del mono es endémica en reservorios animales en África subsahariana, mientras que su epidemiología humana parece estar cambiando. La viruela del simio en animales pequeños importados de Ghana como mascotas exóticas fue el origen de un supuesto brote de viruela del simio humano en Estados Unidos en 2003. Surgieron casos en Reino Unido en 2018 y 2019, Israel en 2018 y Singapur en 2019.

Un grupo ad hoc y no oficial de expertos interesados ​​se reunió para considerar estos temas en , casualidades de la vida, Chatham House, Londres, en junio de 2019, con el fin de revisar los datos disponibles e identificar las lagunas en la investigación relacionada con la viruela del simio.

El cónclave reunió a un reservado grupo de expertos para revisar el estado de la enfermedad de la viruela del simio humano. En el grupo había epidemiólogos con sede en el Reino Unido y los Estados Unidos, epidemiólogos de campo con sede en Nigeria y la República Democrática del Congo, donde se estaban produciendo los brotes, expertos en genómica y evolución de virus ADN y observadores, cómo no, de una empresa farmacéutica que ya estaba desarrollando y comercializando una vacuna no replicante para las indicaciones contra la viruela y la viruela del simio: la empresa Emergent Biosolutions, productora en su día de la polémica ‘vacuna’ contra el antrax y que en España proveé al Ejército “vacunas para operaciones de paz”.

La fabricante, considerada en los pliegos de contratación del Estado en España como una PYME, es quien tiene la patente de esta vacuna que se anticipó, dos años antes, al “brote”.

Si a esto le sumamos los simulacros, incluso un año antes, de la nueva enfermedad de moda, podemos afirmar a la espera de que caiga el meteorito – profetizado hace un año por la NASA para mayo de 2022 -, emerja Godzila de las profundidades o llegue la invasión extraterrestre, que los poderosos nos van a dar un hostiazo de proporciones bíblicas, como se suele decir. ¡Ah!, no nos olvidemos del cambio climático ¡por dios!

Llegan tiempos muy negros en los que no será posible aguantarse y esperar.

TerraIndomita

 

Fuentes

mpr21.info

Nafeez Ahmed 

Telegraph

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