El resultado de las elecciones en Andalucía es inequívoco: la mitad de la población no fue a votar. Si atendemos a segmentos etarios los porcentajes conducen a más de un 60% de abstención entre la población más joven. La participación es cosa de la gente más mayor que suele votar a sus pagadores.

Este contundente resultado debería ahogar cualquier posterior análisis del reparto de escaños y porcentajes de sufragios. Es ya un tema menor porque la legitimidad de los electos y electas queda en solfa. En el caso de Andalucía, de las 109 bancas del parlamento deberían quedar -vistos lo resultados- al menos 54 sin ocupar, pero Falsimedia mira para otro lado, olvida intencionadamente el dato y así hasta la próxima. Por cierto, hoy en Francia, en la segunda vuelta de las elecciones la abstención ha superado el 54%, con barrios de emigrantes y clase obrera que ha alcanzado hasta el 80%. También allí mira para otro lado.

La izquierda institucional ni quiere saber de preguntas fundamentales, ¿por qué se abstiene tanta gente joven?¿por qué no confían en ellos?¿qué errores han cometido para que esto suceda?¿qué hacer?

Las respuestas llevarían a admitir que esa izquierda reformista ha decidido suicidarse, compitiendo de un modo desigual dentro del sistema sin cuestionarlo, y así las cosas, los que siguen votando lo hacen por el original y no la copia. Por los administradores de siempre, que son corruptos pero pelillos a la mar.

Dicho esto, lo ocurrido (entre los que votaron) en Andalucía lleva a algunas consideraciones:

Los partidos que apoyan y defienden el Régimen del 78, alcanzan casi el 90% de los votos.

El PP es visto como un partido con un Juanma (¡qué coloquiales nos salieron las derechas!) Moreno de buenos modales, y eso parece bastar incluso a los que votaron al PSOE en otras ocasiones. Da igual uno que otro, confirman estos electores, y son los que deciden mayorías.

El PSOE y UP no pueden sacar rédito a la defensa numantina que hacen en Madrid del gobierno de Sánchez porque el descontento es generalizado (precio de gasolina, en los súper, empleos precarios, viviendas inasequibles, etc, etc). No se enteran que nadie les cree.

En el caso de UP, con apenas 5 escaños y un 7% de electores, el desmoronamiento es absoluto, similar al ocurrido en Castilla y León hace unos meses. Su papel en el ejecutivo central solo se entiende a partir de cientos de salarios que generan entre allegados (los llaman colaboradores y asesores).

Vox obtiene algo más de 400.000 votos. No suben lo que querían porque el voto útil a sus hermanos del PP los ha topeado. De todos modos, no hay que olvidar esa cantidad enorme de fascistas declarados.

C´s no existe. Rivera se fue cuando el barco empezó a hundirse, y ya van por el fondo del mar. El PP se quedó con el tesoro.

Adelante Andalucía, de Teresa Rodríguez, obtiene presencia en el parlamento. La mezcla de anticapitalismo trotskista y andalucismo les ha dado 2 representantes.