EL FORO ECONÓMICO MUNDIAL Y LA OMC IMPULSAN LA “IDENTIDAD DIGITAL MUNDIAL PARA LAS PERSONAS Y LAS COSAS”

El Foro Económico Mundial y la OMC impulsan la “identidad digital mundial para las personas y las cosas”

Un futuro distópico propuesto.

La obsesión del Foro Económico Mundial por la digitalización, pero también por la digitalización como medio de vigilancia y control, queda patente en otro documento del grupo.

En esta ocasión, el FEM se une a la Organización Mundial del Comercio (OMC) para redactar sus reflexiones sobre cómo debería ser el futuro del comercio y, en última instancia, de la humanidad.

El informe conjunto, titulado The Promise of TradeTech: Policy Approaches to Harness Trade Digitalization (La promesa de la tecnología comercial: enfoques políticos para aprovechar la digitalización del comercio), se publicó en abril y trata de la digitalización integral del comercio, incluyendo un marco de certificación de la identidad digital que, por supuesto, sería global y se aplicaría a los objetos físicos y digitales, pero también a las personas, es decir, a las personas físicas.

Incluso ahora, cuando las pandemias, el caos en la cadena de suministro y muchas tendencias geopolíticas claves demuestran que el apogeo de la globalización ha terminado, este concepto sigue firmemente arraigado en el pensamiento del FEM, con sede en Davos, y, según parece, de la OMC, también con sede en Suiza.

El informe explica la necesidad de construir una “digitalización del comercio de extremo a extremo” -en la que las personas físicas y jurídicas y los objetos son tratados por igual-, con los llamados silos de identidad, o dominios de identidad, que ya no son viables. En otras palabras, los sistemas de identificación interoperables deben volverse “globales”.

El “líder espiritual” del FEM y su fundador, Klaus Schwab, escribió en 2017 en su libro La cuarta revolución industrial que las personas y los movimientos pronto serían tratados de la misma manera que “cualquier paquete, palé o contenedor”, estos objetos físicos eran rastreados en ese momento únicamente mediante etiquetas, sensores y transmisores de identificación por radiofrecuencia (RFID).

Esta idea parece haber madurado entretanto, con una serie de iniciativas de identificación y seguimiento digital que han surgido en la reunión de Davos de este año. El nuevo informe del FEM/OMC señala que la trazabilidad permite controlar no sólo el movimiento y la ubicación, sino también el rendimiento y la contribución a “una economía circular mundial”.

El FEM ha dado un nombre a este grupo de tecnologías: TradeTech. Se trata de la cadena de bloques, la inteligencia artificial (IA) y el internet de las cosas (IoT), pero el uso de la palabra “comercio” puede inducir a error a algunos, ya que no se trata solo de identificar y rastrear productos. A no ser que las personas sean tratadas también como productos, “digitales o físicos”.

También hay un nombre para designar lo que un futuro fundado sobre tales bases podría conllevar: “dictaduras digitales”. El control y la vigilancia han estado en el corazón de todas las dictaduras desde el principio de los tiempos, y el mundo digital proporciona más herramientas que nunca para conseguirlo.

El tema de las etiquetas RFID surgió en la reunión del FEM de este año, celebrada en mayo, un mes después de la publicación del informe, y esta vez fue más concreto en cuanto a cómo la tecnología descrita se aplica a los seres humanos.

A parte de llevar dispositivos de seguimiento bajo la piel, la mejor opción -desde el punto de vista de los entusiastas de la vigilancia y el seguimiento- es colocarlos “sobre” la piel de las personas, a través de la ropa que llevan.

Las etiquetas RFID activas emiten una señal todo el tiempo, lo cual es caro pero conveniente para el seguimiento en tiempo real, mientras que las etiquetas pasivas son la variedad más barata que se suele utilizar en varios embalajes. Lo que tenían en común en el pasado era que eran muy visibles.

Pero ahora existen empresas como Swicofil que producen fibras e hilos RFID de “alto rendimiento”, y que duran mucho tiempo, ya que pueden incrustarse en la ropa y son lavables. En otras palabras, no es algo que se note y se pueda quitar.

También hay quienes ya se han especializado en combinar la RFID y la biometría, como los datos de reconocimiento facial. Mientras que la tecnología RFID identifica automáticamente las etiquetas colocadas en los objetos, los datos biométricos identifican a la propia persona, lo que es utilizado para automatizar el control de los empleados.

Yuval Noah Harari, popular junto a Mark Zuckerberg, consejero delegado de Meta, es presentado en la página web del FEM como un historiador y filósofo que cofundó Sapienship, -“una organización multidisciplinar que aboga por la responsabilidad global y la clarificación de la conversación pública” en términos de disrupción tecnológica, colapso ecológico y amenaza nuclear- habló en Davos en 2020, para compartir ideas como que quienes tienen suficientes datos sobre una persona pueden “hackear” su “cuerpo, cerebro, vida”.

El rastreo omnipresente proporciona ciertamente una cantidad masiva de datos, incluidos los biométricos, mientras que Harari parece pensar que la “ingeniería inversa” de los seres humanos es lo que puede ocurrir fácilmente a continuación.

“Al hackear los organismos, las élites pueden obtener el poder de rediseñar el futuro de la vida misma. Porque una vez que puedes hackear algo, normalmente también puedes diseñarlo”, dijo.

reclaimthenet

Traducción: Verdadypaciencia

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