Durante la ” Cumbre para el Futuro” de 2023, la ONU, junto con la sociedad civil y el sector privado, debería acordar unos principios comunes para un “futuro digital abierto, libre y seguro para todos”.

Esto incluye la promoción de un “Internet digno de confianza” con criterios de responsabilidad para la discriminación y los contenidos engañosos, así como la regulación de la inteligencia artificial para que sea coherente con “nuestros valores globales compartidos”. Sin embargo, en la práctica esto significa que los “valores” deben coincidir con las creencias consideradas sagradas por la ONU y el FEM (el Ministerio de la Verdad).

El Secretario General António Guterres escribe en Nuestra Agenda Común que uno de los riesgos de la cuarta revolución industrial es “el uso de la vigilancia y la manipulación digital para influir en el comportamiento y controlar a las poblaciones”.

Sin embargo, esta preocupación tan legítima tiene más que ver con el hecho de que la ONU no quiere que esta tecnología caiga en manos de fuerzas que ellos o sus socios no controlan. De hecho, toda la idea detrás del Pacto Mundial Digital es poder controlar a la población mundial y alinear sus valores para estar en línea con las interpretaciones de la ONU y el FEM de los 17 objetivos globales de la Agenda 2030.

Uno de estos ejemplos es el “séptimo compromiso de Nuestra Agenda Común, consiste en mejorar la colaboración digital a través de la creación de un ‘Pacto Digital Global’”. Esto significa que todo el mundo debe estar conectado a Internet, que se deben desarrollar criterios de responsabilidad en caso de discriminación y de contenidos engañosos, que se debe regular la inteligencia artificial, y el establecimiento del “Digital Commons” como un bien público global. Sin embargo, el conjunto es más global que eso. Por extensión, constituye la construcción de un Cerebro Mundial digital para regular y controlar toda la vida humana para mantenerla dentro de los límites planetarios.

Digitalización total

El compromiso es uno de los más importantes y pretende crear un consenso sobre la necesidad de una digitalización total. Esto se basa en las recomendaciones formuladas en el informe The Age of Digital Interdependence (2019)  por el Grupo de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre Cooperación Digital, dirigido por Melinda Gates (Fundación Bill y Melinda Gates) y Jack Ma, del Grupo Ali Baba, y en colaboración con actores como el Foro Económico Mundial y su Centro para la Cuarta Revolución Industrial.

Otro ejemplo es la iniciativa Coalición para Digital Environmental Sustainability (CODES), que se formó tras el lanzamiento de la Hoja de Ruta de la ONU para la Cooperación Digital en marzo de 2021 con el objetivo de promover la “sostenibilidad digital”. La coalición reúne actualmente a unas 1.000 partes interesadas de más de 100 países.

CODES se esfuerza por aplicar cambios de sistema colectivos y eliminar todas las barreras a la digitalización total que según ellos son necesarias para aplicar los objetivos de sostenibilidad.

En la conferencia medioambiental de junio de 2022, el CODES presentó su plan de acción para informar sobre las prioridades contenidas en el Pacto Mundial Digital.

Para hacer frente a los efectos medioambientales y sociales negativos de la utilización de la energía, los gases de efecto invernadero, el uso de materiales, el consumo, las brechas digitales, las infracciones y las ” informaciones erróneas”, se propone, entre otras cosas, la introducción de plataformas de notificación y comparación de las emisiones de gases de efecto invernadero y de pasaportes digitales de productos, sean introducidos con el fin de poder seguir la integralidad del ciclo de vida de un producto.

Cerebro global

Este último forma parte de la economía circular y, con el tiempo, se utilizará también en nosotros, los seres humanos. Se trata de un nuevo ecosistema en ciernes en el que todo debe estar conectado para medir el grado de sostenibilidad. Un cerebro global que analiza y hace un seguimiento de todo y de todos.

Entre los ejemplos de cómo deben tratarse los problemas de información incorrecta, destaca el “Climate Science Center” de Facebook. La cuestión del clima es la piedra angular de la agenda. Desde el Acuerdo de París de 2015, la ciencia es algo que se da por sentado y no se debe tolerar ningún otro debate o matiz en este ámbito.

La propagación de información errónea sobre cuestiones de sostenibilidad planetaria como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad o la contaminación puede socavar la acción colectiva y la confianza en las instituciones, así como amplificar la polarización y la desconfianza entre grupos divididos.

En cambio, las “informaciones incorrectas” que aparecen en la web deberían corregirse y los visitantes deberían recibir, en cambio, información climática “verificada” por la ONU.

En el sitio web escriben que dos tercios de las emisiones de dióxido de carbono están relacionadas con el consumo humano y que “aprovecharán de forma creativa la tecnología y las asociaciones para aumentar la concienciación y la acción verde entre mil millones de campeones digitales verdes en todo el mundo para 2025”. Hay que animar a los ciudadanos, que según la Alianza Financiera Digital Verde quieren un cambio inmediato, a que tomen decisiones climáticamente inteligentes a través de un sistema de calificación.

Cada compra se registra y se evalúa en términos de beneficio climático. De este modo, se conseguirán los cambios de comportamiento necesarios.

Por eso no es de extrañar que los fundadores de la Green Digital Finance Alliance hayan contribuido también al desarrollo del sistema de crédito social chino. Al parecer, el sistema chino puede ser sólo un precursor de lo que se planea a escala mundial.

Pacto Digital Mundial

El Pacto Digital Mundial de la ONU es claramente un plan furtivo para rastrear a todos y a todo con “puntuaciones climáticas” en nombre del bien común, pero es mucho más que eso.

A muchos activistas del clima les gustaría que la revolución verde se convirtiera en la religión verde en la que colocamos el culto al clima por encima de todo. Si no te inclinas y adoras esta religión climática y sus reglas, serás excluido de la vida cotidiana o posiblemente te enfrentarás a multas/prisión. Muchos de los problemas que han surgido durante el covid sobre las libertades y derechos personales podrían verse amplificados en una mentalidad de emergencia climática.

El Covid estuvo a punto de empujar al mundo a buscar una respuesta sanitaria universal (normas y reglamentos) en la que todas las naciones se pusieran de acuerdo a través de las Naciones Unidas. La mayoría de los países estuvieron de acuerdo en que tenía que haber una respuesta coordinada, ya que una nación que se quedara fuera o se rebelara podría perturbar toda la respuesta. Debemos esperar que este mismo tipo de mentalidad se imponga en las cuestiones climáticas… y esto tiene sentido. ¿Por qué debemos cerrar nuestra economía cuando China está produciendo aún más contaminación a nuestra costa a nivel económico?

Sólo el contenido “aprobado por la ONU” sobre cuestiones climáticas (¿y más?) será permitido en Internet. Una vez que un sistema que utiliza la IA esté en su lugar y controle todo el contenido en línea, su ministerio de la verdad podrá poner en la lista negra cualquier cosa que desapruebe, todo en nombre de la desinformación, Ya hemos visto esto con la prohibición fantasma de los conservadores en Facebook y Twitter.

Los negacionistas del clima ya están prohibidos en la mayoría de las plataformas de medios sociales. Todos los productos consumibles pasarán a formar parte del “patrimonio digital” y serán objeto de un control en materia de sostenibilidad. La ONU controlará lo que compras y vendes según sus reglas (Apocalipsis 13)

Agenda 21

La ONU incluso ha utilizado la Agenda 21 y los Objetivos del Milenio para el desarrollo para dividir la tierra en 10 agrupaciones regionales o esferas de influencia para ayudar a administrar los objetivos climáticos. El Apocalipsis advierte que en los últimos días el sistema de la bestia tendrá control sobre 10 reyes/naciones/poderes…

La ONU tiene una persona, un secretario general que administra los poderes de la ONU. Aunque esta posición ha sido bastante impotente en el pasado, esto podría cambiar debido a una crisis mundial. ¿Podría un futuro líder mundial, el jefe de la ONU, ser el Anticristo?

En pocas palabras, el plan es que toda la vida humana sea regulada por la ONU, basta con mirar sus propios documentos. ¿Es la ONU el sistema final de la bestia del fin de los tiempos? Sólo el tiempo lo dirá.

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