LAS CONSPIRACIONES DELIRANTES OCULTAN LAS CONSPIRACIONES REALES

LAS CONSPIRACIONES DELIRANTES OCULTAN LAS CONSPIRACIONES REALES

Hay teorías de la conspiración locas como el terraplanismo o Qanon que se han multiplicado en los últimos tiempos de forma inexplicable. Pero el efecto último y el fin para el que fueron diseñadas es para que el público pierda de vista las verdaderas conspiraciones de nuestro mundo, las que impactan en la realidad y no son para nada divertidas ni absurdas. Es como el juego de los trileros o los trucos de los ilusionistas: te entretengo con la mano derecha y no te fijas en lo que hago con mi mano izquierda. Y mientras la gente está entretenida al igual que los medios de comunicación con supuestas redes de pederastas reptilianos internacionales, cosas que realmente pueden llevar a nuestra civilización al colapso, a la miseria o a la muerte, son tratados por los creyentes en conspiraciones como fake news o propaganda del Sistema. Hay conspiraciones reales, comprobadas y comprobables, tan ciertas y evidentes y a la vista que nadie se fija en ellas.

Toda teoría de la conspiración que se precie tiene un grupo superpoderoso y maligno de individuos que aspiran a dominar el mundo. Reptilianos, iluminatis, elites pedófilas…: quieren convertirse en los amos del mundo. Pero, son inocentes, pues el mundo ya tiene dueños. La competencia mueve la economía y las empresas, al competir, buscan los mejores productos y los mejores precios para que los compremos. Pero todas las empresas tienen los mismos dueños. Desde mediados de la década de los setenta dos corporaciones, Vanguard y Black rock, se han engullido la mayoría de las empresas que existen. Así que el mercado competitivo es un teatrillo para guardar las apariencias. El mismo pequeño grupo de inversores institucionales es el mayor accionista de todas y cada una de las mayores empresas mundiales. Y esto es ser dueño del mundo. Vanguard Group es el mayor inversor institucional del planeta. Posee casi un tercio de todas las acciones de EEUU. Y es el mayor accionista de mas de cuatro mil empresas. En 2019 sus activos ascendían a 6,2 billones de dólares, seis veces el PIB de España. Black rock es el principal competidor de Vanguard y es el segundo inversor institucional del mundo con otros seis billones de dólares de activos, que es más que el PIB de China y Japón juntos. Así que no hay que buscar aspirantes a dueños del mundo cuando este ya los tiene. Y esto tan importante no sale en los medios de comunicación ni se menciona con frecuencia.

Otro elemento clave de muchas teorías de conspiración es el control mental. Pero nos manipulan ya desde hace décadas. Es la base de la sociedad de consumo. Vivimos en una sociedad de los deseos. Los deseos son el motor de todo. Deseamos cosas, estilos de vida, etc. Todo lo que el dinero puede proporcionar. Y esos deseos no son espontáneos. Somos moldeados, gobernados, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas por gente de la que nunca hemos oído hablar. Y es el resultado lógico de la sociedad en la que vivimos. En casi todos los actos de nuestra vida cotidiana ya en la esfera política o en los negocios, en la vida social o el pensamiento ético estamos dominados por un número pequeño de personas que entienden los procesos mentales y los patrones sociales de las masas y tiran de los cables que controlan la mente del público. Y eso no es una conspiración, no es algo oculto, es algo que se hace públicamente, a la vista de todos. Cuyas técnicas se estudian en las universidades. Son técnicas y métodos que inició Edward Bernays a principios del siglo XX y, con el paso de las décadas, se han ido perfeccionando, refinando y ampliando. Las empresas de publicidad y de relaciones públicas las usan para vender productos. Los políticos para ser elegidos en sus cargos y mantenerse allí. Los militares para vender sus guerras y justificar sus acciones. Así que cuando nos hablan de una conspiración para lavarnos el cerebro hay que preguntarse: “¿Más?”. El peligro de este control mental no es que nos vaya a convertir en robots irracionales. Lo que sucede es que todos los días somos manipulados para que actuemos en contra de nuestros propios intereses. Gastando recursos valiosos, dinero y tiempo de nuestra vida tan limitado, en cosas absurdas que no nos reportan ningún beneficio, mas bien al contrario. Y ,por eso, es llamativo que en un mundo en que estamos constantemente expuestos al control mental de empresas depredadoras que desarrollan sofisticadas técnicas para permanecernos adictos a sus cosas(Facebook es el mejor ejemplo), vamos y nos ponemos paranoicos con nosequé sociedad secreta de lagartos. Tenemos miedo a nosequé control mental cuando hemos perdido la capacidad de controlarnos a nosotros mismos y ya no se trata de que nos ofrezcan un cuerpo atractivo para vendernos un automóvil o un estilo de vida al que nos gustaría sumarnos para vendernos un refresco. Hablamos de gente que, gracias al Big Data y a la información que nosotos mismos inconscientemente del regalamos sabe de nosotros mas que nosotros mismos y, con esa información, alimenta poderosos algoritmos que están diseñados para mantenernos con pequeñas dosis de dopamina constantemente pegados a las pantallas de nuestros dispositivos. En serio, ¿alguien puede idear mejor método de control mental, lavado de cerebro o control social? Y está totalmente a la vista. Ni el tabaco, ni el alcohol, ni la cocaína,etc: la dopamina. La dopamina es la droga social a la que estamos enganchados. Yonquis embobados en estado de estupor a los que se les puede vender fácilmente cualquier producto, servicio o idea. Y todo sin secretos.

Otras conspiraciones hablan de gente que tiene la capacidad de torcer la voluntad de políticos representantes públicos. Eso también está a la vista: los lobbystas. En el Parlamento europeo hay 705 diputados que representan a los ciudadanos europeos. Por todos ellos hay unos 15.000 lobbystas registrados. Su ofico es informar, influir, presionar a los diputados sobre aquellos asuntos que interesen a sus clientes. Un día cualquiera el Parlamento europeo es visitado por unos mil lobbystas. Hay toda una industria en torno a esto con cientos de empresas especializadas que la mayor parte tienen su sede en el barrio europeo de Bruselas. Y si analizamos por que o por qué no el parlamento europeo toma sus decisiones, estos grupos de presión están detrás. Y los hay más influyentes que otros: el sector automovilístico, químico, farmaceútico, energético y otros grandes lobbyes como el de las multinacionales noorteamericanas ante la Unión Europea. Su fin es que los intereses y beneficios privados primen sobre los públicos. Y esto es consentido, regulado, aprobado y a la vista de todos.

En la actualidad hay muchas teorías de la conspiración con la salud en el centro. Pero aquí también la triste verdad está expuesta a la luz del día y puede ser comprobada por todos. La salud que es un derecho de todo ser humano, actualmente, se ha convertido en un negocio. Para 2030 se espera como mayor causa de mortalidad de los mayores estadounidenses el no poder pagar los medicamentos que necesitan para tratar las enfermedades. A medida que los medicamentos se hacen cada vez más caros los pacientes se saltan dosis, recetas o dejan el tratamiento por completo. Y en España, donde la salud es gratuita, también pasará esto en menor medida, pues hay precios de medicamentos inasumibles ni privada ni públicamente por ser prohibitivos. Casos en que el lucro ha primado sobre el bienestar de los pacientes se cuentan por cientos como el sida o la hepatitis.

Y, finalmente, están las conspiraciones más tremendas, las del fin del mundo, que ven terribles planes para acabar con la civilización, la Humanidad y el planeta. Y esa conspiración existe a la vista de todos y tiene un nombre: lucro, codicia, avaricia. Las empresas hacen las cosas para ganar dinero, y realizaan estudios para lograr ganancias mas lucrativas. Su única ideología es la cuenta de resultados y se están cargando todo. Como dijo Naomi Klein, su modelo de negocio es la destrucción del planeta. En los últimos cincuenta años las poblaciones de animales han disminuído en todo el mundo en un 68%. La Naturaleza, el planeta, está sucumbiendo ante el implacable crecimiento de la economía mundial. Tres cuartas partes del planeta son humanas: cultivos, ganado, ciudades, vías de comunicación, etc Ya hay más plástico que peces en los océanos. Y esto lleva al colapso y no una sociedad secreta. Y lo peor es que el sistema global de crecimiento insostenible no se puede cambiar ni individual ni colectivamente ni por un puñado de países. Y, antes que angustiarse por esto, la gente culpa a colectivos intangibles. Nosotros somos parte de los conspiradores pues el Sistema es injusto pero lo sostenemos con nuestras acciones. Unos más y otros menos, participamos de la fiesta satánica y tendremos que pagar tarde o temprano y todos. La OMC, el FMI, El BM, las elites, y los de a pie nos beneficiamos de las desigualdades. Pero podemos exponer, desafiar y cambiar la codicia, responsabilizarnos de nuestros actos y defender a los menos afortunados que nosotros.

En el mundo conspiracionista hay que discernir. Las teorías locas y extravagantes amplían los temores de la gente común sobre cuestiones reales complejas: avances científicos, geopolítica, etc. El mundo cambia rápido y no para bien y nos sentimos ansiosos. Pero que no nos distraigan de las injusticias tremendas a la vista de todos. Igual creyéndote despierto, tus ojos permanecen lejos de los problemas que de verdad parecieran importantes.

Condolezza Rice

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