¿QUO VADIS EUROPA?

¿Quo Vadis Europa?

 

El proyecto capitalista se ha basado en la apuesta por el crecimiento, generando estructuras de mayor complejidad cuya matriz de crecimiento con insumos minerales y energéticos 100% no renovables., cometiendo el mismo error conceptual que a todos los imperios anteriores les llevo al colapso.

Intentar un crecimiento infinito en un lugar finito basado en una cantidad finita de recursos es un modelo de reproducción insostenible a largo plazo. Y en ese momento estamos: El sistema capitalista ha adquirido tal complejidad, demanda tanta cantidad de insumos y de materias primas que ha sobrepasado la capacidad de carga de la Biosfera.

El proceso capitalista ha seguido el patrón extractivista: aumentar la extracción, gastar lo que se gana en una bonanza, dejando cada vez menos para las masas y acumulando todo para las élites. Por lo tanto, cuando la extracción de recursos comienza su declive lento debido a razones económicas y geológicas, se produce una caída.

El Sistema se ha dotado de una configuración Núcleo/Periferia. El Núcleo es el centro donde se toman las decisiones políticas y económicas, representado por EEUU y su política económica basada en el dólar como moneda global. Tiene un Subnúcleo opulento que vive de esa política económica y es parte integral de él, pero sin recursos, solamente produciendo mercancías de alto valor agregado. Eso si, extrayendo las materia primas y energéticas del robo a lo que ahora se denomina Sur global.

LA TRAMPA DE TUCÍDIDES*

Estamos asistiendo a un debilitamiento como potencia hegemónica de ese Núcleo central que está intentando desviar hacia sí todo el flujo de escasez real de materias primas y de energía derivado del Pico del petróleo y del descenso extractivo de la mayoría de las fuentes energéticas. El Núcleo económico ahora mismo es la competencia directa de los Subnucleos que anteriormente eran aliados. Ahora mismo se ha convertido en su competencia a la hora de acceder a recursos básicos para la reproducción industrial, lo estamos viendo con el Diésel.

Europa de esta manera se ha convertido en la periferia de occidente declinando la compra de gas ruso. Se ha introducido en la crisis energética más profunda de la historia y en su intento de acaparar energía para mantenerse está llevando hacia el colapso energético a muchos países del sur global.

Esta acumulación de materias primas energéticas no ha conseguido parar la alta inflación que viene provocada por los altos precios en el mercado global de la energía. Y Europa ahora mismo se enfrenta a una desindustrialización masiva de la región. Si bien esto aún no es del todo visible para el ciudadano medio, la salida de capital ya ha comenzado, dejando al euro en una situación cada vez peor.

El Viejo continente se enfrenta a un déficit comercial masivo (donde tiene que gastar más dinero en importaciones que lo que gana con la venta de bienes y servicios). Ese es el camino hacia la quiebra. Los altos precios de la energía están provocando ya a día de hoy graves desarreglos en el entramado industrial. Esta situación al ser estructural, aparte de ser permanente., se va a agudizar.

Es el momento de plantear transformaciones de calado, de gestionar esta crisis estructural: desde los parámetros del mercado nos enfrentamos a una ruptura industrial y social. La economía es un sistema autoadaptativo capaz de reconfigurarse antes de lo que uno podría pensar, pero esta adaptación desde los parámetros de la ideología de mercado creará una brecha abrupta de desigualdad.

A medida que cierren las grandes fábricas industriales, fundiciones y plantas químicas, cada vez más personas perderán sus empleos, lo que reducirá aún más la demanda. Los precios de los alimentos seguirán subiendo eliminando aún más la demanda de productos industriales. Todo esto daría como resultado un pequeño circuito de retroalimentación que ajustaría el consumo de energía a la realidad, a expensas de muchos y en beneficio de unos pocos. El largo descenso se verá marcado por caídas repentinas como esta, que generaran más destrucción industrial seguidos de un período de relativa tranquilidad, hasta que llegue la próxima crisis.

Actualmente Europa está vendiendo la idea de que se han llenado las unidades de almacenamiento de gas y que de esta manera se podrá afrontar el invierno de manera óptima. La situación real es que el almacenamiento no es equiparable al flujo continuo, que es en realidad lo que necesita la industria. Esto y un precio económico de mercado, que la acaparación no solo no lo hará posible, sino que lo agudizará por su carácter especulativo.

La cantidad de flujos energéticos que llega a Europa ha disminuido considerablemente. El precio del gas licuado no es competitivo a nivel industrial. De esta forma, la caída de consumo no solo se debe a prácticas industriales de ahorro, sino más bien a que se están cerrando industrias que lo más seguro es que nunca se vuelvan a abrir.

La desindustrialización está sucediendo en este instante. Las industrias de alta demanda de energía ya están trasladando permanentemente su producción a lugares donde la energía es más barata (ya veremos durante cuánto tiempo, intuyo que es un viaje a ninguna parte). Y uno de estos mayores beneficiados es Estados Unidos, aunque el gigante Europeo BASF ya ha indicado que se deslocaliza con destino a China, dejando al entramado industrial europeo contra las cuerdas.

Según la Agencia Internacional de la Energía la demanda europea de gas ha caído un 25%. Es imposible que esto se haya producido por ganancias de eficiencia, han sido los cierres de empresas es los que han producido este descenso de consumo.

Europa está cometiendo un grave error, probablemente inducido desde las elites americanas a las europeas. La grave crisis energética, producida por el descenso geológico de posibilidad de extracción de ellas, lleva a la economía global a una disminución pareja de complejidad.

Lo lógico debería se construir relaciones duraderas y negociar un final pacifico para el fin de la era industrial del combustible fósil. Estructurar el entramado industrial y social a un estado de decrecimiento forzado por la imposibilidad de acceso a insumos energéticos. Adaptar a la industria y a la sociedad a la realidad termodinámica de los flujos de energía renovable realmente posibles. Se debe abandonar la quimera imposible de que éstos van a sustituir a la energía fósil para generar una realidad económica que se amolde realmente a los flujos que la energía renovable puede proporcionar.

Es posible realizar un decrecimiento lento y manejable de la economía global, a la par que empezamos a estructurar acciones que mitiguen los duros impactos que van a generar el cambio climático.

CRISIS ENERGETICA, CRISIS ESTRUCTURAL

La era de disposición abundante de energía que fue la pauta en el siglo XX, ha terminado. Hay que decir que esta abundancia fue un ejercicio de imprudencia, ya que se ha formulado un sistema hipercomplejo, productivo, distributivo, alimentario cuya matriz principal son las energías finitas.

Estas poderosas fuentes energéticas nos han llevado a la instalación de un sistema de reproducción económica cuya base de valor es la deuda y ésta nos obliga a realizar un crecimiento exponencial, que a su vez demanda más energía para mantenerse y crecer.

El pico del petróleo convencional fue en 2006 y en 2008 nos llevó a una crisis derivada de la limitación de disposición de petróleo. La respuesta del sistema fue la de endeudarse aún más y comenzar la tecnología del fracking para obtener petróleo de esquisto bituminoso. Ahora que lo más probable es que hayamos superado el pico máximo de producción de petróleo en noviembre de 2018, no habrá salvación para el sistema financiero acostumbrado al crecimiento a toda costa.

Figura 1. Producción mundial de petróleo. No veo un retorno a los niveles de 2018-19, y no por los vehículos eléctricos. (Se necesita más petróleo para su producción que los convencionales, por lo que incluso si estuvieran inundando las calles de repente, veríamos un aumento en el consumo de petróleo hasta que se detenga su crecimiento en número). Sin embargo, hay una creciente evidencia de que estamos alcanzando límites económicos para el suministro., que se espera que empeoren en los próximos años


FINANCIARIZACIÓN

Debido a una fuerte inversión estatal en los EEUU, sí se pudo producir la extracción de petróleos de esquisto. Los flujos generaron a la industria un continuo rescate, que no pudo disimular . Incluso estando los precios a 112 dólares/ barril, las empresas de extracción perdieron ingentes cantidades de dinero.

Como resultado, las empresas y los gobiernos de todo el mundo han acumulado una enorme deuda con la esperanza de que reapareciera el crecimiento (perforar pozos cada vez más lejos, cada vez más profundos con tuberías cada vez más largas para conectarlos).

Las energías renovables tampoco revirtieron esta tendencia. Toda la deriva de deuda que se ha ocasionado por la emisión continua de QE para salvar esta industria, ha terminado generando una economía global que es un enorme sistema Ponzi: Originando deudas ya imposibles de pagar a empresas y sobre todo a los estados. Se ha producido una enorme brecha ya insalvable entre los deseos y las necesidades de seguir creciendo para poder devolver esa deuda contraída y realidad energética limitada y en descenso extractivo por razones meramente geológicas.

Ahora que su disponibilidad se ha vuelto cada vez más restringida, no solo en Europa y no solo a corto plazo, la clase dominante debe tomar la dirección correcta o arriesgarse a hundir toda la economía.

La realidad de esta escasez de energía global, se está manifestando por los altos precios de ésta y por generar por “Simpatía” una hiperinflación galopante que va a hundir a todos los sectores económicos de Europa. La industria europea en un principio se verá obligada a descender su productividad primero disminuyendo producción, y desrelocalizando. Después, cerrando y despidiendo. Ésto provocará una caída en cascada que barrerá con su capacidad de generar complejidad , la cual será irrecuperable.

Las empresas de mayor demanda energética son las más expuestas a esta situación de altos precios de energía. Especialmente en las categorías de metales, productos químicos, plásticos, papel, vidrio y alimentos, las cuales se ven obligadas a aumentar los precios, lo que reduce la demanda, o simplemente corren el riesgo de quebrar.

Se debe agregar a ésto el aumento de las tasas de interés que hace que los pagos de la deuda sean aún más difíciles y van a comenzar a estrangular a las economías de los hogares y las empresas por igual.

Esto es lo que vemos en este momento en Europa, y esto es lo que vendrá en poco tiempo también para el resto de Occidente.

Muchas han sido las llamadas desde los organismos de poder para que se aumente la extracción de petróleo y la respuesta ha sido siempre la misma. Por ejemplo, a pesar de los llamados a las empresas petroleras de EE. UU. para que aumenten la producción, muchos productores se ven afectados por el aumento de los costos y los cuellos de botella en la cadena de suministro.

La realidad es que se ha acabado o queda ya muy poca cantidad de petróleo barato. Ya se han perforado los mejores puntos dulces, donde el petróleo fluía más abundantemente. Cualquier área que quede por perforar requiere pozos más profundos, más tuberías para colocar, más cemento para verter, más agua para bombear por el pozo y más arena para mantener esos pozos abiertos . Cada vez es más caro, hasta el punto en que no vale la pena el riesgo.

Todo este trabajo de perforación, vertido, bombeo, sin mencionar la fabricación de tuberías y equipos, requiere mucha energía. Carbón, petróleo y gas. En otras palabras, para expandir la producción (y sustituir los pozos agotados por otros nuevos), las compañías petroleras necesitan gastar más energía que nunca, mientras devuelven cada vez menos energía neta a la sociedad.

Hoy, el 15% de la energía que obtenemos del petróleo debe reinvertirse en la perforación y en el transporte de estas fuentes de energía desde donde se producen hasta donde se consumen. Lleva un coste energético del 30% de extracción global.

La alternativa que se nos vendió al Peak de los convencionales, el petróleo de esquisto, está pasando por horas bajas. Muchos analistas indican que su punto máximo podría llegar en 2024. Arabia Saudí acaba de reducir su producción por razones geológicas fundamentalmente. Rusia ya reconoció que había superado su pico de producción hace años. La OPEP en general ya ha reconocido que no puede llegar a las cantidades de extracción que produjo antes de la llegada de la COVID. Sin un suministro adecuado de combustibles fósiles baratos, la economía no se puede reproducir. La energía es la economía, y toda la energía se deriva de los combustibles fósiles.

Todas las alternativas, como el hidrógeno, son de hecho aún más intensivas en energía para producir y llevarían a nuestra civilización a la bancarrota aún más rápido. Lo cual no es óbice para que el Hidrogeno sí pueda utilizarse para diversos tipos de producción industrial, pero nunca como sustituto del poder energético de las energías fósiles. Y esto es una realidad termodinámica.

La realidad es que vivimos de la transformación de la energía en trabajo útil, no de la energía en sí. Nuestra realidad nos indica que sistema industrial actual es altamente dependiente de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón). La transición lejos de los combustibles fósiles llevaría unos 20 años si se hiciera de manera organizada y sin interrupciones. El petróleo, el gas y el carbón tienen aplicaciones únicas de las que depende el sistema industrial actual. Las tecnologías de transición renovable actuales no pueden abordar y reemplazar estas aplicaciones.

El gas forma un amortiguador entre la oferta y la demanda en la generación de energía eléctrica. Se requiere un búfer de almacenamiento de energía para reemplazarlo. La industria utiliza el carbón para generar calor a alta temperatura para la fabricación y la fundición. Los sistemas renovables actuales no pueden ofrecer temperaturas tan altas en las cantidades necesarias para gran parte de los requisitos de fabricación existentes. En este momento, si eliminamos gradualmente los combustibles fósiles, gran parte de la fabricación existente también tendrá que eliminarse gradualmente.

El 81% de los campos petroleros actuales están disminuyendo a una tasa de 5 a 7% por año.

La mayor parte del petróleo se descubrió en las décadas de 1960 y 1970. 2020 mostró el volumen más bajo de descubrimiento de petróleo que en los 70 años anteriores. El pico del petróleo podría estar en el pasado (noviembre de 2018).

Necesitamos el plan post-petróleo ahora, y debe estar operativo muy rápidamente. Estamos viendo cambios radicales forzados en los sistemas industriales, los sistemas económicos y el contrato social para la sociedad. Estos cambios están en progreso y están ocurriendo en todo el mundo, de manera no lineal. Los conceptos básicos de cómo funciona nuestro sistema global como se describe en el proyecto “Los límites del crecimiento” son correctos.

A medida que hacemos la transición a un sistema de energía más bajo (las energías renovables reemplazan a los combustibles fósiles), la economía basada en el crecimiento será eliminada y reemplazada por otra cosa. La tarea de eliminar gradualmente los combustibles fósiles es mucho más grande de lo que se pensaba. Los sistemas de energía renovable actuales generalmente tienen una tasa de retorno de energía sobre energía invertida (TRE) más baja que los sistemas actuales basados en combustibles fósiles. Es posible que no sean lo suficientemente productivos para reemplazar a los combustibles fósiles.

Figura 2. El “acantilado de energía neta” con EROI expresado como el número del eje horizontal a uno, es decir, 20:1 (cifra de Lambert y Lambert (en preparación), adaptada de Murphy y Hall (2010).

La mayoría de las tecnologías renovables también requieren el uso de metales escasos como el litio, el cobalto y los elementos de tierras raras. Hasta ahora, hemos extraído estos elementos en cantidades relativamente pequeñas (en comparación con, por ejemplo, con el cobre, zinc, aluminio o hierro). La “Transición Verde” planificada necesitará grandes cantidades de estos metales. Mucho más de lo que hemos usado antes. La demanda para la primera fase de la transición a un sistema renovable requiere una ingente cantidad de estas materias primas y con tanta rapidez que es muy dudoso que tales cantidades existan y de ser así imposibles de extraer en esa cantidad y rapidez.

Como la mayor parte del sistema de combustibles no fósiles aún no se ha construido, no se puede reciclar. La primera generación, al menos, deberá fabricarse con metales procedentes de la extracción de minerales. Tanto la producción minera actual (2019) como las reservas minerales globales declaradas actuales (2022) no pueden proporcionar suficiente metal para fabricar solo una generación de unidades de tecnología renovable (VE, celdas H, baterías, turbinas eólicas y paneles solares).

Figura 3: Producción promedio de energía neta de líquidos de petróleo de 1950 a 2050, en comparación con la energía bruta

EUROPA SE ENFRENTA A LA DESTRUCCION DE SU ENTRAMADO INDUSTRIAL

Era sabido que la UE no tenía ninguna alternativa a los combustibles fósiles y materias primas rusas. Las demás alternativas colocan a la UE en una situación crítica. Las exportaciones de gas licuado por barco se producirán con muchísima menor posibilidad de cantidad y serán enormemente más caras. Después de romper con la compra de gas ruso los principales proveedores serán los estadounidenses. Esto en el estadio más optimista indica un desarreglo productivo: Altos precios/escasez de gas como mínimo hasta 2025. Obviando que la industria de extracción de fracking americano está en claro declive. Que ya Biden ha pedido parar exportaciones para fortalecer el mercado nacional USA. ¿Cómo va a mantener Europa su entramado industrial estos tres años?

La realidad es que la UE se enfrenta a la destrucción de su estructura productiva. Es imposible rescatar durante tres años a todo el enorme entramado industrial de la vieja Europa y mantenerlo rentable.

Para ser más claro. Hay que asumir que la revolución de esquisto en los EEUU ha terminado y que ellos mismos reconocen que como están produciendo actualmente es por una nivelación de la actividad petrolífera de perforación en previsión de una caída precipitada en la extracción de aquí a cinco años.

Ante esta tesitura es mucho más que probable que el suministro americano empiece a no poder cubrir las necesidades europeas desde ahora mismo. Saliendo de los análisis hiperoptimistas de las elites políticas, nunca ha sido probable que lo hicieran.

El resto de posibles proveedores como alternativa tampoco dan muy buenas noticias. La OPEP ha reconocido cada vez que ha sido interpelada que no hay capacidad disponible.

En realidad, hace tiempo que se le demanda a la OPEP que alcance los niveles de extracción anteriores a la crisis del Covid y no ha podido, Rusia tampoco lo ha podido hacer. Es muy posible que la mayoría de los países productores de petróleo hayan superado el pico de extracción y se encuentren en declive.

Y aquí aparece una realidad que es la que no se quiere nombrar. No es la demanda la que disminuye, sino la oferta.

A medida que el gas se vaya abandonado por sus altos precios se sustituirán por Carbón y Petróleo. Pero los tres principales productores mundiales ya han anunciado que no pueden aumentar más la producción por razones geológicas de agotamiento natural.

El descenso de disponibilidad de energía no es coyuntural. Es estructural y el problema de acceso a la energía se va a agudizar con el tiempo, las políticas que ha tomado la UE, obvian esta realidad y no solo resultan ineficaces sino que van a ahondar más el problema.

Los altos costos de la energía ya están provocando múltiples quiebras. Sobre todo de los sectores industriales de mayor demanda energética (metales, cemento, cerámica, productos químicos, fertilizantes etc.).

Se está produciendo desde las grandes empresas un movimiento de deslocalización hacia zonas donde el precio de la energía es más bajo. El destino elegido por muchas de éstas es curiosamente Estados Unidos.

La alternativa renovable como ya estamos viendo se ha demostrado insuficiente para impulsar la economía de la UE sin un suministro adecuado de gas natural. Los combustibles fósiles no son mágicos porque nos hagan la vida tan cómoda, sino porque fueron producidos por miles de millones de diminutas algas que recolectaron la luz solar en mares poco profundos durante millones de años, y luego se cocinaron a la perfección en la corteza terrestre usando otra ronda de eones. Hacer tales combustibles densos en energía consume tiempo y energía. Simplemente no pueden ser reemplazados por combustibles artificiales como el hidrógeno.

La crisis energética que, como ya hemos visto, es estructural está provocando un enorme deterioro financiero, que se va a ver agravado por la subida de tipos de interés. Este provoca que las subidas de deuda soberana basadas en dólares aumenten y que por lo tanto el Euro baje de valor con respecto al dólar. Esto incide en que la importación de bienes, incluidos los necesarios energéticos sean más costosos. Al carecer de suministros energéticos propios , Europa está condenada a perder su capacidad de fabricación y además amenazada por una grave crisis de deuda soberana y una hiperinflación devastadora.

Europa ha perdido la mitad de su suministro de energía, puesto que no es solo gas.

También se ha sancionado al carbón, al petróleo y al Diésel, encontrándose ante un mercado global hostil, cada vez más limitado de fuentes energéticas.

Europa tiene que reestructurar su concepción industrial y adecuarla a esta realidad, defendiendo los sectores estratégicos y relocalizando la producción, si no lo hace la desindustrialización no se detendrá. Es necesario que se plantee qué industrias va a mantener y cuales va abandonar.

Lo que experimentamos en Europa en este momento no es más que un “adelanto” del futuro con menos energía y menos materiales. Esto en una era de disponibilidad de energía que disminuye lentamente. Tal situación, pide sobriedad.

Necesitamos planificar a largo plazo: En el largo descenso que tenemos por delante. es mucho más fácil ahorrar energía que producirla. Llevando esta idea un paso más allá, debemos saber que habrá aún menos energía disponible el próximo año.

Este descenso de disponibilidad energético y sobre todo el de la caída desde hace tiempo del Diésel (autentica sangre del transporte global), nos coloca ante la realidad de la urgente necesidad de relocalizar toda la economía y la producción. Necesitamos volver a un estilo de vida respaldado por materiales disponibles localmente y flujos de energía capturados por las plantas, en lugar de poner nuestras esperanzas en recursos que se han ido hace mucho tiempo.

Tenemos que mirar la realidad a la cara y ser consecuentes a la hora de establecer políticas que puedan parar el impacto socioeconómico que las disminuciones innegociables de flujos energéticos van a producir, Ser conscientes de que caminar por la senda actual sin asumir este descenso nos lleva a un panorama sombrío: Endeudamiento insostenible para financiar la brecha de la energía de los hogares y de las industrias.

Los altos precios de la energía producirán que la fabricación europea no sea competitiva. La única respuesta posible es la subida de aranceles y de esta manera apoyar ficticiamente la fabricación europea. Si no el empeoramiento de los problemas energéticos en Europa estrangulará a los hogares y las empresas por igual. Conducirá al desempleo, provocando una demanda reducida de productos, determinará más quiebras y aún más desempleo. No se puede detener esta caída en cascada limitando los precios de los servicios públicos o tratando de brindar apoyo financiero a las familias y las empresas. El problema no es la inflación, no son los precios. Estos son los síntomas de una enfermedad mucho mayor: La falta de suministro de energía. El problema real es que no hay suficiente energía disponible.

DONDE NOS SITUA LA RUPTURA DEL NORD STREAM

El atentado contra el Nord Stream significa que las exportaciones rusas de gas a Europa cesarán de inmediato. Reemplazar completamente el gas ruso requeriría aumentar las exportaciones de EE. UU. a Europa en un factor de 10.

Los estados de la UE importan unos 150 000 millones de m3 de gas de Rusia y sólo unos 15 de los Estados Unidos que tiene una exportación total de más de 100 mil millones de m3, pero la mayor parte va a Canadá y México a través de oleoductos.

Antes de preguntarse quién gana con la ruptura del Nord Stream, se debe observar que el conflicto de Ucrania es una guerra por los recursos.

Rusia abastecía a la industria europea por que el gas era una alternativa económica al consumo de petróleo. Con este bajo costo la industria europea podía competir en el mercado global. Desde 2008 el mercado del fracking americano ha logrado revertir las caídas del petróleo y del gas. Hacer que Rusia desaparezca como proveedor de Europa abre nichos de mercado para las empresas americanas.

Aunque para Europa es un tiro en el pie, importar gas natural desde Estados Unidos solo es posible en forma de gas natural licuado y esto implica altos costos y al ser transportado en barco y posteriormente deslicuado una menor disposición de disponibilidad de flujos energéticos añadido a que, como sabemos, esta industria está en declive. Además tenemos la incertidumbre de hasta cuándo será posible este suministro.

Asistimos a la expulsión de Rusia del mercado del gas de Europa. Rusia no tenía ninguna razón para volar el Nord Stream. Con cerrar la válvula desde su territorio impediría el flujo. Las empresas energéticas de gas licuado americanas son las únicas que han ganado con esta destrucción, con la ya inevitable necesidad europea de su gas licuado.

Lo cierto es que esta realidad nos indica que podríamos estar ante el final del ciclo industrial de la economía europea.

La invasión rusa de Ucrania ha desencadenado una guerra de precios de la energía en Europa que está obligando a niveles aún más altos de endeudamiento del gobierno para cubrir los costos de la energía. Los precios más altos de la energía significan que Europa debe enviar más euros al extranjero para obtener energía, por lo que el valor de las importaciones aumenta y estos costos de importación más altos se trasladan a los consumidores a medida que las empresas intentan compensar el aumento de los costos de la energía aumentando los precios. La situación ya no es remotamente sostenible.

En cuanto a los países de economías emergentes. Brics: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y Argentina, con Irán, Turquía, Egipto, Indonesia y Arabia Saudita, desde el comienzo de la guerra en Ucrania, los países Brics han estado fortaleciendo los lazos comerciales y financieros y agregando nuevos miembros. En realidad, esta expansión viene derivada por que el resto del planeta no occidental no puede depender ni sobrevivir en una economía global fiduciaria representada por la hegemonía del dólar como moneda de compra internacional. Parece que el objetivo es que estas economías se desvincul lo más posible de Occidente. Si tienen éxito en hacer eso, y parece que pueden tenerlo, pueden evitar la depresión.

El sabotaje de Nord Stream podría ser el punto en el que los futuros historiadores marcarán el final del dominio occidental.

*La trampa de Tucídides es una expresión creada y popularizada por el politólogo estadounidense Graham T. Allison, para referirse al riesgo de guerra que genera el miedo a perder la hegemonía, «cuando un poder en ascenso rivaliza con un poder gobernante, como Atenas desafió a Esparta en la antigua Grecia, o como Alemania lo hizo con Gran Bretaña hace un siglo». El concepto fue acuñado para describir un potencial conflicto entre los Estados Unidos y China en el siglo XXI. Allison tomó dieciséis casos históricos y concluyó que en trece de ellos las partes entraron guerra, aunque también señaló los casos en que lograron mantener la paz y evitar la trampa: «cuando las partes evitaron la guerra, se requirieron enormes y dolorosos ajustes en las actitudes y acciones no solo de parte del retador sino también del desafiado».

Bibliografía.

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https://thehonestsorcerer.medium.com/despite-soaring-prices-the-oil-industry-stands-to-lose-2a9df1790476

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https://www.bp.com/content/dam/bp/business-sites/en/global/corporate/pdfs/energy-economics/statistical-review/bp-stats-review-2021-full-report.pdf

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