LA GRAN SUSTITUCIÓN EN MARCHA: PRIMERA INSTALACIÓN DE MATRIZ ARTIFICIAL DEL MUNDO

La gran sustitución en marcha: primera instalación de matriz artificial del mundo

Desde hace casi un siglo, las tasas de fertilidad han disminuido en todo el mundo. El resultado es lo que los científicos describen como una “crisis mundial de infertilidad“. Pero hay una solución en el horizonte: los úteros artificiales.

En 2017, unos científicos crearon una “BioBolsa” que funcionaba como un útero artificial y la utilizaron para criar un bebé cordero. Ahora, se ha desvelado un nuevo concepto que muestra cómo podría hacerse lo mismo con los humanos. En unas imágenes publicadas recientemente, Hashem Al-Ghaili muestra cómo podría ser el parto en el futuro. En concreto, ha creado un útero artificial llamado EctoLife.

¿Su objetivo? En una entrevista exclusiva con Science and Stuff, Al-Ghaili afirma que cree que el concepto EctoLife podría suplantar algún día al parto tradicional. Con ello, dice, la sociedad podría satisfacer por fin las necesidades de los padres que están “cansados de esperar una respuesta de una agencia de adopción” y de los que están “preocupados por las complicaciones del embarazo”. Pero lo más importante, dice, es que EctoLife podría permitirnos afrontar de frente la crisis de la infertilidad.

Nuestra necesidad de una nueva forma de nacimiento

Actualmente, la Organización Mundial de la Salud estima que el 15% de las parejas en edad reproductiva de todo el mundo están afectadas por la infertilidad. De hecho, en los últimos 70 años, las tasas de fertilidad en todo el mundo han disminuido en un asombroso 50%. Las razones de este descenso son (entre otras) la mayor educación de las mujeres, el aumento del empleo, el elevado coste de criar a los hijos y el descenso del número de espermatozoides en todo el mundo. Ya hay 23 países en peligro, con Japón, España, Portugal, Tailandia y Corea del Sur a la cabeza de la crisis.

En Estados Unidos,las estadísticas de infertilidad son igualmente aleccionadoras:

*1 de cada 8 parejas estadounidenses tiene problemas de fertilidad.

*Entre el 12 y el 15% de las parejas son incapaces de concebir tras un año de relaciones sexuales sin protección.

*El 10% de las parejas no pueden concebir tras dos años de relaciones sexuales sin protección.

*El 33% de los estadounidenses ha recurrido a tratamientos de fertilidad o conoce a alguien que lo haya hecho.

En respuesta al tuit de Musk, el inversor tecnológico Sahil Lavingia escribió: “Deberíamos invertir en tecnología que haga que tener hijos sea mucho más rápido/fácil/barato/accesible. Úteros sintéticos, etc”. Y eso es exactamente lo que pensaba Al-Ghaili cuando ideó el diseño de EctoLife. Al-Ghaili declaró a Science and Stuff que se inspiró para crear el concepto de EctoLife con el fin de fomentar “el debate en torno a una tecnología que no debería ser ignorada”.

Según Al-Ghaili, el concepto de útero artificial de EctoLife cambiaría la vida de muchas mujeres que luchan por concebir. “Es una solución perfecta para las mujeres a las que se ha extirpado el útero por cáncer u otras complicaciones. También podría ayudar a resolver los problemas derivados de un bajo número de espermatozoides”, afirma entusiasmado Al-Ghaili, quien añade que el concepto EctoLife (o tecnologías similares) “podría acabar haciendo que los abortos espontáneos sean cosa del pasado.”

La ciencia ficción se hace realidad

Los úteros sintéticos pueden sonar a ciencia ficción, pero siguen una larga línea de avances en tecnología reproductiva. El 25 de julio de 1978 nació en el Oldham and District General Hospital de Manchester (Inglaterra) una niña llamada Louise Brown. Lo que hizo memorable su nacimiento fue que Louise fue concebida en una placa de Petri, y es el primer bebé concebido mediante fecundación in vitro (FIV).

A la madre de Louise le extrajeron un óvulo maduro de uno de sus ovarios y lo combinaron con el esperma del padre de Louise. El embrión resultante se transfirió al útero de la Sra. Brown. Nueve meses después nació Louise. Los Brown concibieron una segunda hija, Natalie, también mediante FIV. En mayo de 1999, Natalie hizo historia al convertirse en la primera bebé nacida por FIV que daba a luz a su propio hijo. En diciembre de 2006, Louise hizo lo mismo y dio a luz a un niño sano.

En la actualidad, cada año se conciben más de 8 millones de niños mediante FIV.

El BioBag de 2017 supuso un enorme avance en la tecnología de úteros artificiales. Los científicos responsables del trabajo cultivaron ocho corderos fetales durante 105 a 120 días, más o menos el equivalente a fetos humanos de 22 a 24 semanas de gestación. En marzo de 2021 se logró otro hito. Científicos israelíes lograron cultivar embriones de ratón durante once días en úteros artificiales. Lo notable de este logro es que 11 días es más de la mitad del término gestacional completo de un ratón.

Según Al-Ghaili, el concepto EctoLife es el siguiente paso lógico. Y no es el único que piensa así.

“Parece probable que estemos a sólo unos años de probar [los úteros artificiales] en seres humanos”, escribió la académica de Ética y Política Social Elizabeth Chloe Romanis en el BMJ’s Journal Of Medical Ethics. Por su parte, el Dr. Carlo Bulletti, profesor asociado del Departamento de Obstetricia, Ginecología y Ciencias de la Reproducción de la Universidad de Yale, cree que un útero artificial plenamente funcional podría hacerse realidad en los próximos 10 años.

EctoLife: Reinventando la evolución

El vídeo de EctoLife muestra que el primer paso que deben dar los futuros padres es combinar sus óvulos y espermatozoides mediante fecundación in vitro. Esto les permitiría seleccionar sólo embriones viables y “genéticamente superiores”. Al-Ghaili aclara que los embriones genéticamente superiores son principalmente los que están libres de problemas genéticos que podrían provocar un aborto. Sin embargo, señala que el proceso también podría utilizarse para “detectar defectos congénitos”, como ya es práctica habitual en la mayoría de los tratamientos de FIV.

Pero eso no es todo.

Esto también ofrecería a los padres la posibilidad de “diseñar genéticamente el embrión antes de implantarlo en el útero artificial” mediante el uso de la herramienta de edición genética CRISPR-Cas 9. Esto crearía la oportunidad de “arreglar cualquier enfermedad genética hereditaria que forme parte de su historial familiar para que su bebé y su descendencia vivan una vida sana y cómoda libre de enfermedades genéticas”. Esto puede parecer descabellado; sin embargo, Al-Ghaili señaló que CRISPR ya se ha utilizado “para corregir una mutación genética en embriones humanos vinculada a una enfermedad conocida como cardiomiopatía hipertrófica, que provoca el engrosamiento del músculo cardíaco”.

Según Al-Ghaili, también se prevé que la instalación EctoLife haga un uso extensivo de la inteligencia artificial (IA), siendo uno de sus usos proporcionar a cada bebé “nutrientes personalizados adaptados a sus necesidades”. Otro uso de la IA en el concepto EctoLife sería vigilar “las características físicas de su bebé e informar de cualquier posible anomalía por desviación de la gestación normal”.

EctoLife también podría permitir a los padres experimentar lo que su bebé ve y oye mediante el uso de cámaras de 360° que se encuentran dentro del útero artificial y están emparejadas con un casco de realidad virtual. Estas cámaras también ofrecerían a los padres un vídeo constante del desarrollo de su bebé, lo que les permitiría seguir los progresos de su hijo en sus teléfonos inteligentes.

Por su parte, los altavoces podrían reproducir una amplia gama de palabras y música para el bebé, imitando los sonidos que los bebés oyen mientras están en el vientre de sus madres. “Los padres podrían incluso elegir la lista de reproducción” o poner sus propias voces, para que el niño se acostumbre más a ellas”, explica Al-Ghaili.

¿Una vez que el bebé alcanza la plena madurez? Según el vídeo, el proceso de nacimiento puede “realizarse con sólo pulsar un botón”, lo que hará que el falso líquido amniótico salga de la cápsula de crecimiento. El impacto en la humanidad podría ser profundo.

Cada año mueren unas 300.000 mujeres a causa del embarazo o de complicaciones poco después. Pero eso no es todo. “Sabemos que las limitaciones del útero y la pelvis humanos han actuado como un freno sobre  la talla del cerebro y el cráneo humanos. Si nos liberáramos de la necesidad de ‘nacer’ de la forma normal, podríamos abrir el camino a una nueva trayectoria evolutiva”, señaló en una entrevista anterior la Dra. Anna Smajdor, profesora asociada de Filosofía Práctica de la Universidad de Oslo.

Un mercado en crecimiento

A pesar de estos beneficios potenciales, las tecnologías que se presentan en EctoLife seguramente darán que pensar a algunos. Pero, ¿hasta qué punto están extendidos estos recelos morales?

El mercado de las tecnologías de reproducción asistida (TRA) ya es amplio y no deja de crecer. Según la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, el coste actual de un solociclo de FIV es de 12.400 dólares, y la pareja media gasta 19.234 dólares. En la actualidad, el mayor mercado de tratamientos de FIV es Europa, seguida de EE.UU. Sin embargo, el mercado de más rápido crecimiento es la región Asia-Pacífico. Se espera que el mercado de servicios de FIV supere los 35.000 millones de dólaresen 2030, mientras que el de dispositivos de FIV alcanzará los 10.000 millones en 2030.

El capital riesgo está tomando nota de esta tendencia creciente, y se espera que el sector de la ATR alcance los 54.700 millones de dólaresen 2028. En 2021, las startups de fertilidad recibieron 627 millones de dólares. Sin embargo, a mediados de julio de 2022, las startups (empresas recién creadas) de fertilidad ya habían recibido más de 500 millones de dólares, marcando el sector de las ART como uno que puede ser impermeable a cualquier recesión pendiente.

Dadas estas condiciones de mercado, parece que un concepto como EctoLife es casi inevitable.

Un mundo feliz

En su obra La Tempestad, William Shakespeare escribió: “¡Qué hermosa es la humanidad! Oh, valiente mundo nuevo, que tiene gente así en él!”. Aldous Huxley utilizó esa frase como título de su novela distópica de 1932 Brave New World (Un mundo feliz), que exploraba temas como los peligros de la ingeniería genética y el uso de la tecnología para controlar la sociedad.

Al-Ghaili declaró a Science and Stuff que cree que “estamos a pocos años de crear una cápsula de crecimiento EctoLife totalmente funcional”. En cuanto a otras características como el traje háptico, la visión en directo de RV, la conexión de la app a la cápsula y el sistema de monitorización basado en IA, se trata de tecnologías estándar que ya existen y se utilizan a diario.” Así que sí. En muchos sentidos, quizás, ya casi lo hemos conseguido. Como señala Al-Ghaili, “sólo se trata de combinar todo este trabajo de investigación en un único invento, que es lo que hace mi nuevo concepto”.

Si las declaraciones de Al-Ghaili son correctas, prepárense, amigos. Les guste o no, este mundo feliz pronto estará entre nosotros.

Marcia Wendorf

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