CONVIVIR CON LA BIODIVERSIDAD(INFORME DE ECOLOGISTAS EN ACCIÓN)

[Informe] Convivir con la biodiversidad

En este complicado periodo que nos ha tocado vivir de pandemias y crisis ecológica, hay un asunto de vital importancia, pero al que se presta poca atención: la biodiversidad. La crisis ecológica global está poniendo en jaque la capacidad del planeta para sustentar la vida que lo habita, y la pérdida de biodiversidad y el deterioro de los ecosistemas amenazan la vida de todas las especies del planeta, incluida la humana.

Nuestro comportamiento como seres vivos que conviven en este planeta finito no está a la altura de las circunstancias, pero ahora se ha convertido en una cuestión de pura supervivencia. Formamos parte de una gigantesca red global en la que una acción mal encaminada puede tener efectos devastadores. Un ejemplo claro lo hemos visto y vivido con la Covid-19 y su impacto en nuestras vidas.

Esta pandemia ha puesto de manifiesto hasta qué punto depende la especie humana de la conservación de la biodiversidad. La aparición de nuevas enfermedades infecciosas y el riesgo de enfrentarnos a otras pandemias son unas de las consecuencias más graves de la crisis ecológica.

Un ecosistema sano actúa como escudo frente a cualquier amenaza para nuestra salud, sea patógeno, sequía, incendio, contaminación, o la misma emergencia climática. Además, la biodiversidad no sólo protege, sino que hace posible la vida humana ya que aporta todo lo necesario para la misma, gracias a la polinización, el ciclo del agua, la energía y los nutrientes, entre otros muchos procesos ecológicos.

Formamos parte de una frágil red de vida en la que los humanos tenemos en nuestras manos nuestro propio futuro y el de muchas especies con las que compartimos planeta. Así que tenemos dos opciones: empezar a actuar para proteger la naturaleza y a la vez proteger nuestra salud y supervivencia, o seguir hasta agotar los últimos recursos, envenenar nuestras tierras, acuíferos, y a nosotros mismos.

En octubre de 2021 se celebró en Kunming (China) la COP 15 o Cumbre de Biodiversidad en la que comenzaron las negociaciones para aprobar y poner en marcha una nueva estrategia global llamada Marco Global Post 2020. Este proceso culminará en diciembre del 2022 en Montreal, donde se aprobará el documento que deberá ser la hoja de ruta internacional para detener la pérdida de biodiversidad antes de 2030. Está por ver si dicho acuerdo estará a la altura de las circunstancias.

A veces es complicado como ciudadanía poder intervenir en la toma de decisiones políticas internacionales y nos frustra contemplar cómo los líderes mundiales fracasan a la hora de defender el planeta. Sin embargo, es mucho lo que podemos hacer para contribuir a ganar esta lucha. La conservación de la biodiversidad es una responsabilidad que se debe asumir en cada territorio, cuidando de nuestro entorno inmediato, y los Ayuntamientos tienen importantes competencias que bien ejecutadas supondrían un gran paso en la conservación de la biodiversidad mundial.

Actualmente el 80% de la población española reside en municipios con más de 10.000 habitantes, municipios que en las últimas décadas han crecido mucho, y el planeamiento urbanístico ha fracasado a la hora de saber integrar las ciudades en la naturaleza, eliminando y expulsando la mayor parte de la vida silvestre. Las ciudades son los hábitats más transformados de la Tierra, debido a un modelo de ciudad altamente ineficiente y despilfarrador que no es sostenible. Mientras tanto, muchos de los municipios más pequeños se han ido deteriorando hasta incluso ser abandonados.

Ha llegado el momento de que la naturaleza condicione el diseño y la gestión de pueblos y ciudades y la renaturalización sea una realidad favoreciendo con ello la calidad de vida de vecinas y vecinos. Esto no lo decimos solo desde Ecologistas en Acción, es un compromiso internacional.

Como prueba de ello recordemos que en mayo de 2020 la Comisión Europea aprobó la “Estrategia de la UE sobre la biodiversidad de aquí a 2030: Reintegrar la naturaleza en nuestras vidas” cuyo objetivo es el de proteger y recuperar la naturaleza, marcando acciones y principios que ayuden a conservar la biodiversidad. Esta Estrategia ya incluía en el apartado 2.2.8. Ecologizar las zonas urbanas y periurbanas.

En dicho apartado, con el fin de traer la naturaleza de vuelta a las ciudades y recompensar las actuaciones comunitarias, la Comisión hace un llamamiento a las ciudades europeas de 20.000 habitantes o más para que elaboren, antes de finales de 2021, ambiciosos planes de ecologización urbana que incluyan medidas para crear bosques urbanos, parques y jardines accesibles y ricos en biodiversidad; granjas urbanas; muros y cubiertas verdes; calles arboladas; praderas urbanas y setos urbanos. Además, deben contribuir a mejorar las conexiones entre espacios verdes, eliminar el uso de plaguicidas y limitar el corte excesivo del césped en espacios verdes urbanos y otras prácticas perjudiciales para la biodiversidad.

Poco después, también en 2020, el Gobierno español aprobó la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas, una herramienta de planificación fundamental para identificar, conservar y recuperar los ecosistemas dañados de todo el territorio español y conectarlos entre sí. Siendo uno de los puntos fuertes de esta estrategia el reforzar la biodiversidad en los ámbitos urbanos y periurbanos.

La Comisión Europea se ha fijado como objetivo dentro de la Ley de Restauración de la Naturaleza aumentar la población de polinizadores a partir de 2030; una cubierta mínima de árboles del 10% en todas las ciudades, grandes y pequeñas, y suburbios, y la eliminación de las barreras fluviales para que al menos 25.000 km de ríos pasen a ser de caudal libre de aquí a 2030.

Por su parte la OMS (Organización Mundial de la Salud) estableció que es necesario de 10 a 15 m2 de zona verde por habitante, y al menos un árbol por cada tres habitantes.

Por todo ello, Ecologistas en Acción ha elaborado este documento de propuestas concretas y realizables para que el mayor número posible de localidades, gracias a la buena gestión de sus Ayuntamientos, se conviertan en casos ejemplares en la conservación de la naturaleza.

 

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