En 2014 España consiguió un nuevo máximo histórico de suicidios: 3.910, un 1% más que en 2013. Los últimos datos publicados por el INE sitúan el suicidio como la primera causa externa de muerte en España.Cada día se suicidan 10 personas, el doble que las víctimas de accidentes de tráfico y 12 veces más que las víctimas de homicidio sumando hombres y mujeres.
Los últimos datos de Eurostat, de 2013, sitúan a España en la cola de muertes por suicidio: es el país 23 de los 28, con una tasa de 8,1 por cada 100.000 personas, por debajo de la media europea, 11,7. De nuestro entorno, solo están mejor Reino Unido (7,4), Italia (6,6) o Grecia (4,8). Por encima quedan Portugal (9,8), Alemania (11,8) o Francia (15,5), y en la cabeza están Eslovenia (21,7) y Lituania (36,1).
Las cifras globales suelen despertar dudas entre los expertos, quienes afirman que muchos accidentes de tráfico son contabilizados como tal cuando en realidad son suicidios. “Esto pasa también en otros países”, explica Andoni Anseán, psicólogo y presidente de la Sociedad Española de Suicidología. “En caso de duda, el juez nunca va a decir que la muerte ha sido por suicidio. Es una medida preventiva: evita hacer daño a la familia. Hay investigaciones puntuales que dicen que se dejan de calcular unos 400 suicidios al año, pero no hay consenso sobre esto, hay que coger con pinzas esta información. Pero sean 400 o 40 los suicidios que se dejan de contar, hablamos de un problema que causa casi 4.000 muertes al año”.
Perfil del suicida
Se suicidan tres veces más hombres que mujeres. Ellas lo intentan más, ellos son más letales. Las estadísticas muestran los suicidios consumados, pero no los intentos, cuya cifra es, según la Organización Mundial de la Salud, 20 veces mayor. Las cifras del INE muestran que la mayoría de los suicidas de 2014 tenían entre 40 y 49 años (21,4% de los hombres) y entre 50 y 59 años (19,7%). Son las mismas franjas de edad que en las mujeres: 40-49 años (21,9% de las mujeres) y 50-59 (17,6%), si bien está muy cerca la franja de 60-69 años (16,4%).
Estas cifras pueden servir de guía, pero dan una visión parcial porque no tienen en cuenta su relación con la población total. Una visión más exacta la aporta la tasa de suicidios por cada 100.000 habitantes, también del INE. La tasa en 2014 fue de 8,4 para el conjunto de la población, pero esta cifra fue muy superada por algunas franjas de edad, particularmente entre los hombres. La tasa de suicidios más alta se dio entre los octogenarios, que fue de 84,2 suicidios por cada 100.000 habitantes, y los nonagenarios, con una tasa de 81,9. Las mujeres con la tasa de suicidio más alta fueron las sexagenarias, con 12,7.
Detrás de cada suicidio consumado hay una historia particular, pero existen factores de riesgo muy extendidos: que haya antecedentes, ideaciones anteriores que no llegaron a consumarse; padecer algún trastorno mental, como sucede en el 90% de los casos; y ser hombre. También estar soltero, viudo o divorciado, tener problemas económicos, atravesar una separación, sobrevivir a la pareja, llegar a la jubilación, el diagnóstico de una enfermedad terminal. “Es una amalgama de factores de riesgo que en un determinado momento pueden converger y llevar al suicidio. Intentar identificar una causa o dos o tres es imposible”, explica Andoni Anseán, psicólogo y presidente de la Sociedad Española de Suicidología.
¿Tiene la crisis algo que ver?
No hay una respuesta clara. En 2008 se suicidaron 3.457 personas y la tasa de suicidios por cada 100.000 habitantes alcanzó un 7,6. En 2014, hubo 3.910 suicidios, un 13,1% más que en 2008, y la tasa se situó en 8,4, un 10,5% más que en 2008 ( el INE informa de que las estadísticas de 2013 y 2014 cuentan con datos procedentes del Instituto Anatómico Forense de Madrid -ahora Instituto de Medicina Legal- que antes no se contabilizaban. Sin estos datos las cifras serían 3.635 suicidios en 2013 y 3.647 en 2014. Aunque en menor cuantía, se mantienen los incrementos en los suicidios entre 2008 y 2014, que sería del 5,5%, y entre 2013 y 2014, del 0,3%).
La correlación entre la crisis y el aumento de los suicidios existe, pero faltan datos para hablar de causalidad. “Sí podemos decir que hasta la crisis había una tendencia descendente pero que a partir de la crisis no solo esa tendencia se reduce, sino que se rompe”, explica Anseán. “Cuando estás registrando la mayor cifra de suicidios de toda la historia resulta complicado no relacionarla con la mayor crisis. No tenemos suficiente evidencia, pero cada vez es más difícil mantener que la crisis no tiene nada que ver con el aumento de los suicidios en España”.
