LA BIBLIOTECA RECOMIENDA: “SUPERMERCADOS, NO GRACIAS”

1. ¿Por qué recomendamos este libro?
Desde la biblioteca de Germinal queremos recomendar un libro, que en este caso, guarda relación con nuestra situación actual. Hoy hacer la compra supone un gasto mucho mayor que hace un año. Nos dicen que los precios suben por la guerra, por el cambio climático… Y sin embargo, los supermercados no dejan de obtener beneficios estratosféricos, reconocido por ellos mismos. Mientras, agricultores y ganaderos se quejan de una situación insostenible para su economía. Hay información ahí que no se nos está transmitiendo. Para entender un poco más el comercio de los alimentos recomendamos leer _Supermercados, no gracias_, escrito por varios autores, de la editorial Icaria.
¿Qué nos vamos a encontrar dentro de esta obra? Un conjunto de artículos agrupados con un buen criterio para entender el funcionamiento de las grandes superficies de compra. Antes de entrar a su lectura, hay que decir que el libro está levemente desfasado, puesto que los datos que da se refieren a 2007, fecha de su publicación, pero no es una fecha tan lejana como para asumir un nuevo panorama totalmente diferente. Si acaso, casi podríamos pensar que el panorama descrito ha ido a peor. Y esto nos permite también entender cómo juegan con nuestra alimentación, y consiguen que un derecho básico esté bajo el control de seis empresas, que literalmente se llevan nuestro dinero a cambio de una necesidad que debería estar garantizada. Pero vamos al lío…
2. ¿Qué encontrará el lector en estas páginas?
En la primera parte, “La lógica de la distribución”, tenemos una explicación de cómo surgen los supermercados -análisis del modelo francés y cómo se ha copiado por el resto de cadenas de supermercados- y cómo, muy en resumen, la clave está en el control de la distribución. No es sólo que vendan a consumidores, sino cómo el verdadero negocio se articula en cómo compran a los productores, y es ahí donde se crea un terrible oligopolio que les permite controlar el mercado. Si controlas a los que producen los alimentos, tienes el mercado en tus manos. Especialmente interesante es el artículo “Gran distribución: la globalización del modelo francés”, donde se explica de forma clara cómo funciona el mercado desde las grandes superficies.
En la segunda parte, “impacto de las grandes cadenas comerciales”, se dedican a analizar cómo la actividad de las grandes cadenas ha afectado a pequeños y medianos productores, al medio ambiente, y a la sociedad en general. Especialmente llamativo es la parte destinada a las condiciones de trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que durante la pandemia, las cajeras, reponedores etc fueron personal esencial, al nivel de médicos, enfermeras y personal de limpieza. Resulta espeluznante lo mal que tratamos a determinados trabajadores que son básicos para nuestra supervivencia. Y ahí creo que la crítica debería extenderse no sólo a la mala praxis de las empresas, sino también a prejuicios clasistas; tendencia social a pensar que como son trabajos poco cualificados, no merecen alta remuneración. En esa línea es importante destacar el artículo de Oriol Barranco “Condiciones de trabajo de las proletarias y los proletarios de la gran distribución comercial”. También es muy importante todo lo que se señala sobre el impacto al medio ambiente, los supuestos alimentos ecológicos que nos venden, y el daño que se ha causado y se sigue al mundo rural, con políticas de calidad y cantidad que deberían ser, ya en mi opinión, prácticas prohibidas directamente por los gobiernos. ¿Quiere explotar a agricultores y trabajadores? Aquí, va a ser que no.
Por último, tenemos la parte dedicada a “Resistencias y alternativas”. Aquí es donde vemos que las propuestas hechas han fracasado a medio plazo. Las propuestas parecen interesantes, pero se carga casi siempre el peso en el consumidor. Ése que sale de trabajar tarde, cansado, y que tiene que ir a hacer la compra con prisas… ¿Qué nos es más cómodo? Ir al supermercado y pillar los básicos. El tejido de tiendas de barrio se ha ido desintegrando poco a poco. Lo mismo que el consumo de km0. Las alternativas de resistencia que se analizan funcionaron unos años, pero a largo plazo, ganan las grandes superficies. De aquí, el mejor artículo es el de Albert Recio, “consumo responsable: una reflexión crítica.” Unos aportes de la psicología para analizar nuestros comportamientos, explican por qué no puede ser sólo el consumidor el que se mueva para mejorar las cosas. Breve y conciso, nos explica cómo las inercias, el marketing, el exceso de información… nos condicionan.
3. Valoración del libro:
El libro me parece genial por varios motivos. Lo primero, nos permite ver prácticas abusivas y la manipulación a la que se puede llegar desde grandes corporaciones en algo básico como es la alimentación. Si realmente quisiéramos aprender más sobre técnicas de marketing o manipulación, hay otros libros mejores (_Propaganda_, de Edward Bernays es un clásico maravilloso de marketing, o _Las trampas del deseo_, de Daniel Ariely, más centrado en psicología). Pero aquí tenemos bien explicados algunos mecanismos básicos y su aplicación práctica.
Un segundo punto que me resultó fascinante en la lectura es cómo explican los mecanismos antisindicales de estas empresas, que llegan a niveles tan espeluznantes en USA como que los directores de supermercado tienen un teléfono al que llamar cuando detectan movimiento sindical. Entonces, _grosso modo_, mandan a un equipo especializado en deshacerse de los “revoltosos”. Casi era como leer _Pulp fiction_ e imaginar al Señor Lobo yendo a solucionar el problema.
Por supuesto, hay cosas en las que discrepo. También hay un señalar que muchas instituciones citadas han desaparecido ya, o las web no son operativas… Pero, por muchas críticas que le haga, no voy a conseguir empañar el mensaje que creo que todos deberíamos retener, y que es muy antiguo: con las cosas de comer no se juega. Y eso es lo que están haciendo, a costa de nuestro dinero, salud y bienestar.
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