LA CIBERTORTURA: LA TORTURA HECHA NEGOCIO

La cibertortura: la tortura hecha negocio

Alicia Cruz*.- Un viejo delito de acoso organizado y hostigamiento contra defensores de Derechos Humanos, hoy es un delito rentable gracias a la biotecnología y al uso de la recién promocionada Inteligencia Artificial (IA).

VIACTEC ESPAÑA (http://www.viactec.es/) Asociación de Víctimas de Acoso organizado, Tortura electrónica y Control Mental, les quiere hacer partícipe del delito reconocido por Naciones Unidas bajo denominación de CiberTortura, del cual puede ser objetivo cualquier civil en nuestro país y fuera de nuestras fronteras.

Con el objetivo de extorsionar, robar, odiar o asesinar tras aberrantes y sádicas agresiones “sin marcas”, la biotecnología y la Inteligencia Artificial (IA) son herramientas indispensables para este delito.

Un individuo objetivo será “inoculado” con biotecnología (nanobots, nanoparticulas…); sufrirá acoso y difamación de un grupo organizado que conocerá, gracias al jaqueo de sus dispositivos, mucha información confidencial; será grabado en su intimidad y monitoreado 24 horas al día.

La difamación servirá para comenzar a desacreditarlo y, si recibe sonidos de tecnología de audio sin contacto –voces al cráneo– y las menciona, será doblemente juzgado como “inestable mental”.

Subirán a páginas web imágenes de contenido íntimo; perderá toda intimidad y privacidad una vez esté replicado su cerebro y decodificado su lenguaje mental, y su pensamiento profundo será público y usado para explorar su vergüenza y culpa por estos criminales.

Los individuos objetivo suelen recurrir a la Sanidad Pública buscando ayuda en estado de shock y desde allí son guiados a Salud Mental cuando hable de “voces al cráneo” que sólo él oye debido a esta biotecnología que desconoce. Diagnosticado erróneamente bajo patología mental grave, la tortura ya podrá ejercerse sin ningún tipo de freno y la Guerra Híbrida [1] –psicológica, electrónica y cibernética- podrá desarrollarse sin que nadie sospeche la terrible diversidad de agresiones y el desastre que arruinará la vida completa de muchas víctimas.

El desconocimiento en Neurotecnología de la población en general no es excusable para nuestras instituciones ni para aquellos que nos gobiernan, más cuando lleva perpetrándose el delito desde hace más de 25 años, delito que comporta una tremenda presión sobre las víctimas, que sufrirán ataques ininterrumpidos que persiguen desestabilizar todos los ámbitos de su vida ―laboral, económico, familiar, físico y psicológico―.

En el informe A/HRC/43/49 de Naciones Unidas[2] donde se recoge el delito de CiberTortura, delito de Lesa humanidad, se mencionan varios proyectos a gran escala y a largo plazo desde el régimen nazi, de carácter secreto, que han experimentado sistemáticamente el “control mental” con prisioneros, pacientes psiquiátricos y voluntarios que desconocían la naturaleza real y la finalidad de esos ensayos, con graves riesgos para su salud. Tales experimentos han hecho proliferar metodologías de interrogatorios manifiestamente incompatibles con la ética médica y con la prohibición de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. recogidas en declaraciones internacionales de bioética.

Algunos de estos métodos entrañaban grave violencia física, mientras otros eran de carácter específicamente psicológico. Dichos métodos han resurgido bajo el contexto de la lucha contra el terrorismo, la privación de libertad de “migrantes” irregulares basada en la “disuasión”, el internamiento colectivo con fines de una presunta “reeducación” política y el maltrato de presos de conciencia. Las nuevas tecnologías emergentes sirven de instrumento y entornos sin precedentes de interacción no física para la práctica de la tortura.

En general, los Estados reciben bien estas nuevas técnicas de interrogatorio mientras niegan, desatienden, malinterpretan, o trivializan la tortura “psicológica”, siendo percibida la tortura física como la única tortura real (el llamado “sesgo materialista”). El término “tortura psicológica” se utiliza en la jurisprudencia y en la defensa de Derechos humanos sin carácter unívoco.

El Relator Especial alienta a la interpretación de la prohibición de la tortura en consonancia con las posibilidades que plantean las tecnologías emergentes, explorando el concepto y líneas básicas descrito como CiberTortura.

En el delito, aparte de la tortura psicológica, existen otros métodos de tortura como la tortura física “sin marcas” –evitar señales en el cuerpo de la víctima– y la tortura física “sin contacto” ―manipulación o instrumentalización intencionada de necesidades, funciones y reacciones fisiológicas― para infligir dolores y sufrimientos físicos en las víctimas. Pero, en la práctica, la obstrucción y las demoras, así como la falta de conocimientos especializados, capacidad y voluntad de las instituciones competentes en materia de investigación, tienen como consecuencia que la gran mayoría de las denuncias de torturas “sin marcas” no se investiguen o se desestimen fácilmente por falta de pruebas.

Se subestiman así los efectos devastadores de la tortura psicológica de víctimas que llevan sufriendo agresiones durante décadas, sin tener estadísticas de las que ya no están o han sido inducidas al suicidio.

Las estrategias de esta tortura usan la Programación Neurolingüística (PNL), la realidad inmersiva, la Inteligencia Artificial, y la Biotecnología: La PNL les revela a los criminales áreas de nuestro cerebro que son identificadas neuralmente a través de la repetición incesante que serán recogidas por la IA. Esta IA decodificará nuestro lenguaje mental para luego forzar al individuo objetivo a pronunciar las vocalizaciones que desean, agrediendo a nuestro cerebro en esa constante manipulación de replicar el lenguaje forzado.

La realidad inmersiva proyectada durante el sueño ejercerá un interrogatorio al subconsciente de la víctima desvelando sus experiencias más íntimas. Identificadas del mismo modo, esas áreas de su memoria podrán ser eliminadas, recreadas y modificadas en falsas experiencias encaminadas al cambio de personalidad (“lavado de cerebro”), con la finalidad de experimentar, reeducar y confundir mentalmente a la víctima, provocando una absoluta violación de quiénes somos, de nuestra identidad, dignidad e intimidad, como si de un juego se tratase.

Evidentemente, en las cabezas de las víctimas existen siempre al menos dos torturadores (sí, ya es posible), tres “mentes” en un mismo cerebro: la IA registra todo lo que percibe la víctima y luego lo”‘proyecta” en su mente, modificado por los torturadores a través de esa construida “realidad inmersiva” durante el sueño, sólo para el proceso de reeducación, lavado de cerebro o suplantar/modificar la personalidad a través de esos falsos recuerdos.

De manera sistemática, los dispositivos jaqueados y clonados no son examinados por los cuerpos de seguridad, no se investigan tampoco a los perpetradores identificados, mientras las víctimas son ignoradas perdiendo su salud ―oídos, visión, capacidades cognitivas….― en constantes agresiones de dolores y sufrimientos hasta su muerte.

A esta “reeducación” o “control mental” debemos sumar agresiones por radiación electromagnética diversa, desde microondas a radiofrecuencias, con graves repercusiones también sobre la salud. Práctica normal también es también la replicación de patologías, emociones y pensamientos, todo en la búsqueda de doblegar a través de graves dolores y sufrimientos a la víctima objetivo.

La naturaleza del crimen de lesa humanidad lleva aparejado el hacer consciente a la víctima del absoluto control/condicionamiento no sólo suyo, sino de familiares y animales domésticos de su entorno. Muchos de ellos sin ser conscientes de la implantación de biotecnología en sus cuerpos.

Persiguiendo aterrorizar y hacer que las víctimas se sientan totalmente impotentes, el hecho de que tan terribles hechos no se investiguen ni se persigan podrán hacer que muchas víctimas opten por vías igualmente terribles.

Los que luchamos desde el colectivo VIACTEC ESPAÑA somos conscientes de la complicidad de funcionarios e instituciones con tan aberrante situación, porque no hay que olvidar que esto es un negocio bastante rentable, donde incluso se utilizan recursos institucionales ―formación militar, software, vinculación institucional…― aparte de intereses privados en empresas tecnológicas y de seguridad, todo para eliminar individuos, robar bienes, torturar, experimentar, y por último, asesinar. Es el crimen perfeccionado desde hace más de 25 años, un crimen que parece no interesar a la administración de Justicia, ni a los que nos gobiernan.

Se explica así la necesidad de desacreditar a la víctima de CiberTortura como persona con “enfermedad mental grave”, mas el número de casos no para de crecer mientras nuestro gobierno quiere invertir dinero en salud mental y no en perseguir al crimen organizado que encuentra complicidad en las mismas instituciones.

NOTAS:

[1] https://www.google.com/amp/s/www.publico.es/espana/defensa-desinformacion-narrativas-negar-realidad-espanola-amenazas-importantes-defensa.html/amp

[2] https://www.ohchr.org/SP/Issues/Torture/SRTorture/Pages/SRTortureIndex.aspxy

https://english.elpais.com/spanish_news/2020-08-24/neurotechnology-can-already-read-brains-so-how-do-we-protect-our-thoughts.html?ssm=TW_CC

https://telegra.ph/Geheime-Technologie-offenbart-wie-die-NSA-jeden-Menschen-tracken-kann-09-13

Share