CONTRA LA FAGOCITACIÓN DE LAS LUCHAS POR LES SOULÈVEMENTS DE LA TERRE

Contra la fagocitación de las luchas por les Soulèvements de la Terre

Nota de Briega: traducimos este texto publicado originariamente en francés y que hemos encontrado en iaata.info en complemento de un primer artículo que publicamos hace unas semanas y que se puede encontrar aquí: https://www.briega.org/es/opinion/sainte-soline-cuando-posturas-molestan…

[Fagocitar: absorber o destruir]

El objetivo de este texto es alertar contra las prácticas, los objetivos y la línea política de les Soulèvements de la Terre. Se apoya en un conocimiento directo de las luchas de la ZAD de Notre-Dame-des-Landes hasta 2018, en dónde se ilustraron los futuros líderes de les Soulevèments, y en varios testimonios recientes de personas que han acudido a actos organizados por ellos. No tiene como intención desanimar a nadie a acudir a sus actos, sino a compartir ciertas inquietudes y ciertos recelos desde un punto de vista antiautoritario.

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Los jefes de les Soulèvements de la Terre (Benoît Feuillu o Basile Dutertre, por ejemplo) son precisamente los mismos que, en la ZAD, consiguieron transformar y controlar la lucha en beneficio propio, con métodos brutales e incluso violentos. Encabezando un grupo denominado CMDO (Comité para el Mantenimiento de las Ocupaciones), se fueron presentando poco a poco como los representantes del movimiento de ocupación en su conjunto, al mismo tiempo que rechazaban participar a las reuniones y asambleas de lucha. Promovieron la “unidad” con las organizaciones reformistas en nombre de un pragmatismo político que denominaban “estrategia”. Después de la anulación oficial del proyecto de aeropuerto, en enero de 2018 –el éxito de una lucha de varias décadas– proclamaron la “victoria” y, al fin y al cabo, organizaron la liquidación de la ZAD, así como del movimiento. Aceptaron negociar con el Estado, no es su nombre sino en nombre de todos, lo que les permitió obtener para ellos mismos casas y tierras de forma legal, con una cláusula en la que se comprometían incluso a denunciar a los servicios del Estado toda ocupación ilegal y no oponerse a su desalojo. Los recalcitrantes fueron intimidados, amenazados o violentados. Sobre esta secuencia y la lucha que la precedió, os aconsejamos la lectura del excelente texto Réflexions à propos de la ZAD, une autre histoire.

Desde hace dos años, les Soulèvements de la Terre están dando mucho de qué hablar, a fortiori desde la manifestación de Sainte-Soline del mes de marzo de 2023, en la que unas 30.000 personas sufrieron un espantoso estallido de violencias policiales. En la actualidad, les Soulèvements de la Terre no llevan a cabo –de momento, por lo menos– una política de ocupación, sino que organizan al contrario acciones un poco por todas partes, más o menos acordadas con grupos preexistentes. El papel de les Soulèvements de la Terre parece entonces resumirse en gran parte a dirigir y coordinar las luchas, nombrando grupos locales, definiendo estrategias, controlando la comunicación. La transición entre el CMDO y les Soulèvements de la Terre (vía la organización “NDDL proseguir juntos”) puede ser ilustrada por la tentativa de toma de control de la lucha contra un parque industrial en la ZAD de Carnet, a una decena de kilómetros de Notre-Dame-des-Landes, en 2020-2021. Los jefes del CMDO, apoyándose en su “victoria”, trataron por todos los medios hacer de esta lucha una “extensión” de la de la ZAD, reivindicando las acciones, tratando de decidir solos las modalidades, sistemáticamente espectaculares, e imponiendo sus objetivos. Como las personas en lucha en Carnet rechazaban esta apropiación, decidieron rápidamente, sin consultarlo, llevar a cabo “reuniones para organizar la lucha de Carnet” en NDDL: no se trataba de apoyar su lucha respetando su autonomía, sino de organizarla en su lugar, es decir, tomar el control.

En los eventos o manifestaciones de les Soulèvements de la Terre, no hay que esperar asambleas para construir una lucha juntos: todo está decidido de antemano y debemos contentarnos con participar. ¿Las discusiones podrían poner en peligro el control de les Soulèvements de la Terre? Sea como sea, este control es casi integral, y los testimonios son casi unánimes: les Soulèvements de la Terre no organizan reuniones abiertas (aparte de briefings en internet), ni durante los actos ni antes de esos actos. Se caracterizan más bien por una completa verticalidad. Nos parece que, si participamos en una lucha, es fundamental poder discutir tanto sobre el fondo político como las modalidades, las estrategias o las consecuencias. Por otro lado, les Soulèvements de la Terre se caracterizan por su total opacidad: en nombre, sin duda, de la seguridad necesaria para la organización de acciones “dinámicas”, no se puede estar al tanto de nada, ni previamente ni durante el transcurso de las acciones. Pero esta “seguridad”, comprensible, no puede ser una carta blanca para “servirse” de la gente. En Sainte-Soline, sub-jefes dotados de megáfonos se contentaban básicamente en transmitir las órdenes a las “tropas”: “avanzad” “aguantad” “retroceded” … En el fondo, les Soulèvements de la Terre no son un “movimiento”: son una organización. Ciertamente, pretenden lo contrario (afirmando seriamente su carácter “imaginario”), pero lo quieran o no, tienen todas las características. A ese respecto, debemos reconocer que acudimos a las manifestaciones convocadas por las organizaciones “clásicas” como la CGT u otras; solo que, en estos casos, no nos engañan con respecto al contenido: sabemos de antemano que no podremos discutir los modos de acción, ni los objetivos, ni los fundamentos políticos.

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Y, sin embargo, “funciona”. Una de las razones evidentes del éxito de les Soulèvements de la Terre viene de la desesperación profunda existente frente a la reorganización permanente del capitalismo, que se materializa en ese periodo en concreto en las cuestiones de las tierras y los recursos. Además, se nos propone una lucha llena de entusiasmo y segura de ser exitosa frente a la desposesión permanente y la pasividad. A esta desesperanza se añade la rabia, dinamizada por el movimiento social [contra la reforma de la edad de la jubilación]: se podría así pensar en una voluntad de hacer converger las luchas e incluso extender la rabia hacia motivos que superen las cuestiones de las pensiones y del trabajo. Pero eso no se menciona ninguna sola vez en la comunicación de les Soulèvements de la Terre: en su página web no aparecen ni una sola vez las palabras “jubilaciones” o incluso “capitalismo”. ¿Cuál es entonces su línea política? ¿A qué se supone que tienen que adherirse miles de personas (sin nunca, recordémoslo, tener posibilidad de discutirlo)? En vez de un pensamiento político, lo que se nos sirve es, sobre todo, un pensamiento estratégico: “establecer amplias alianzas”, “establecer estrategias de resistencia eficaces”; les Soulèvements de la Terre hasta llegan a citar a la DGSI (Dirección General de la Seguridad Interior): “movimiento que transciende las pertenencias de orígenes y las divergencias de estrategia”, “federar al máximo militantes y grupos provenientes de horizontes ideológicos diferentes” (Llamamiento a la temporada 5). Lo que cuenta aquí son los números, la masa, que claramente no tiene otro punto de vista más que una naíf “defensa de la tierra”. Se trata de evitar definir, antes que nada, una línea política que pueda perjudicar a las “grandes alianzas” (véase al respecto la alucinante lista de firmantes del llamamiento “Somos les Soulèvements de la Terre”, de Mélenchon al antiguo ministro Yves Cochet, pasando por el infame Yannick Jardot).

Volviendo a la ZAD, el CMDO hizo una pintada en una carretera que decía: “que ardan los principios con los puristas en medio”. Los “puristas” son aquellos que se empeñaban en proponer otra cosa que la unidad a cualquier precio con cualquiera. Despreciando los “principios” en nombre de las alianzas con los partidos burgueses, les Soulèvements de la Terre se retratan como un grupo oportunista. Sin embargo, la unidad bajo cualquier precio refuerza las posiciones de las franjas más reformistas y burguesas, sirve sus intereses e impide las posibilidades de llevar la lucha un paso más allá. El sensacionalismo es un elemento central: las “temporadas” se dividen en “actos”, es decir, acciones puntuales coordinadas y decididas por los jefes de les Soulèvements de la Terre. Que una lucha local sea erigida en “acto” oficial de una “temporada” (es decir, que les Soulèvements de la Terre llamen a acudir, según sus modalidades y sus planes) parece constituir la ambición suprema: “los comités locales pueden apoyar a estas luchas, aun cuando todavía no es el momento de inscribirlos en los actos nacionales de les Soulèvements de la Terre”: sean pacientes, vuestro momento llegará, os nombraremos cuando juzguemos que sea necesario. A su carácter vertical y autoritario se añade entonces esta tendencia clara hacia el paternalismo.

Pero en el fondo ¿en qué consiste, políticamente? No lo sabemos. Se insiste en el aspecto “ecologista” de las luchas, sin entrar en detalles (con el fin, probablemente, de abarcar mucho): “luchar contra el hormigón, las megabalsas, contra aquellos que envenenan la vida”; “la defensa de la tierra y del agua como bienes comunes frente al acaparamiento por el complejo agroindustrial y frente a la devastación de la mega-máquina metropolitana” (Llamamiento a la temporada 5). Cuando vemos, por desgracia, cuál ha sido la relación de los jefes de les Soulèvements de la Terre con los “bienes comunes” en NDDL, hay razones para preocuparse. No se puede ver en ningún sitio una definición más precisa del sustrato político de estas luchas: la fraseología hueca permite aglomerar diversas tendencias (desde la Federación anarquista a los Verdes) ¿Por qué oponerse a las megabalsas? Para “defender el agua” –¿pero eso qué significa? – En vano buscamos un análisis político profundo sobre la cuestión que vaya más allá del “acaparamiento por el complejo agroindustrial” (¿qué es lo que está en juego? ¿a quién beneficia? ¿En detrimento de quién?) que explique concretamente los procesos en marcha y la lógica de oponerse a ellos. En cuanto al concepto-cajón de sastre de “mega-máquina metropolitana” a cada cual de inventarse por su cuenta una definición. En realidad, nos oponemos a ideas vagas, o conceptos abstractos, cuando lo que habría que hacer es, con honestidad, transparencia y una indispensable pizca de humildad, realizar un análisis material de lo que está en juego. Pero para hacerlo, hay que mojarse un poco, cuestionar las relaciones capitalistas o de propiedad –algo que les Soulèvements de la Terre no hacen nunca– Es compresible que, si lo hicieran, los Verdes u otras organizaciones profundamente burguesas serían más reticentes a darles su apoyo. Por otro lado, sabiendo las relaciones ambiguas de los jefes de les Soulèvements de la Terre con la propiedad de la tierra y la agricultura, entendemos que no quiera precisar mucho lo que sería, para ellos como para las masas que aspiran a liderar, la “victoria”.

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La fraseología de les Soulèvements de la Terre es literalmente militar. Se llama constantemente a la “batalla”, se nos promete constantemente la “victoria”. “La victoria está al alcance de la mano” (Llamamiento a la temporada 5); hay que obtenerla a cualquier precio. Así, en su página web, el fin de semana del 25 de marzo es descrito sin ninguna vergüenza como “alegre”; las masas son felicitadas por su “creatividad” y su “audacia” frente a las fuerzas represivas. Recordemos que este fin de semana “alegre” se saldó con por lo menos 200 heridos de los cuales 40 graves; uno de ellos sigue en coma, tres semanas más tarde. Del mismo modo que, en la ZAD, la “victoria” había supuesto la obtención de algunos pedazos de tierra, pero también la expulsión de decenas de habitantes y el fin del movimiento de lucha como tal: en la actualidad, la ZAD es una zona de agricultura y de artesanado legal, convencional e integrada en el mercado. Y, sin embargo, este final de la lucha es celebrado como una “victoria” y continúa siendo celebrado. Tanto en Sainte-Soline como en Notre-Dame-des-Landes, la “victoria” ignora a aquellos y aquellas que deben ser sacrificados para obtenerla. Si, como se afirma, después de la masacre de Sainte-Soline “la prioridad debe ser la atención de las personas heridas, eso no impide que esa misma noche se llevara a cabo una obscena “fiesta de la victoria” a pesar de los cientos de heridos, con “espectáculos para todos los públicos” y “conciertos”. ¿Consiste esta “victoria”en haber conseguido excavar y sabotear una bomba y una canalización? No lo creemos. ¿quién se atrevería a hablar de éxito estratégico (no ya digamos de “victoria”) ante tal balance? No, es evidente que la “victoria” celebrada es haber conseguido federar miles de personas, sentir su propia fuerza, aquella que es capaz de traerlas para lanzarlas a la “batalla”, sin que las decisiones de los jefes sean puestas en duda: mejor aún, la “victoria” va a permitir ampliar aún más el “movimiento” con la adición de miles de “personalidades mundiales” (que se fastidien aquellas que no solo son personalidades no mundiales o no son ni siquiera personalidades). Les Soulèvements de la Terre sueñan con ser generales de una guerra un poco obscena: En calidad de tal, no detallan ni sus objetivos, ni sus estrategias ni sus fundamentos políticos.

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En tanto que antiautoritarios, queremos plantear preguntas y debatir, pero no someternos a decisiones tomadas en otros lados por otros. Queremos luchar, incluido contra la desposesión de las tierras y de los recursos, contra el control del capital sobre todos los aspectos de nuestras vidas, contra la brutalidad del Estado. Pero se trata de saber con quién luchar, por qué luchar, bajo qué modalidades luchar. Para nosotros, el fin no justifica los medios. Preferimos no tener el “apoyo” de Yannick Jadot si eso nos permite llevar a cabo asambleas de lucha horizontales en las que discutir nuestros objetivos políticos y los medios para conseguirlos. Juzgamos que es más importante construir una lucha juntos, aunque sea difícil, aunque se comentan errores, en vez de contribuir pasivamente a la “victoria” de una organización. Y juzgamos que les Soulèvements de la Terre es una organización vertical, opaca y autoritaria. El entusiasmo, repetimos, es muy comprensible: la proposición de les Soulèvements de la Terre es muy seductora, rica en promesas, llena de fuerzas, deja entrever posibilidades de rebosamiento de la existencia capitalista, en un momento terrible en los que los movimientos sociales son machacados sin piedad y asistimos impotentes a la destrucción del planeta por parte de la burguesía, tal propuesta parece ser una respuesta a la desesperación –sobre todo cuando se nos garantiza la “victoria”. Este texto no tiene como intención desanimar que la gente acuda a las operaciones de les Soulèvements de la Terre, pero advierte que, si acudimos, lo hagamos por lo menos con cierta desconfianza hacia les Soulèvements de la Terre, observando en todo momento las formas de proceder, poniendo en cuestión los objetivos o incluso el funcionamiento decidido por les Soulèvements de la Terre. Que sepamos que estamos lidiando con estrategas, autoritarios y oportunistas: sabiendo eso, quizás sea posible no cederles las luchas y forzarles a la horizontalidad, el debate, la honestidad política, la decencia y la solidaridad.

Dos chavales de Arriege, abril 2023

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