CÓMO DISEÑAR GENTE QUE GASTE MENOS

CÓMO DISEÑAR GENTE QUE GASTE MENOS

Hay una tendencia siniestra que vino  a decir en el año 2021: “si no podemos cambiar el mundo, cambiemos a la gente”. Se llama ingeniería humana y fue planteada por primera vez por Mattew Liao, catedrático de Bioética y profesor en la Universidad de Nueva York. Lo que proponía era combatir la Ebullición Climática reduciendo las necesidades ce consumo de los humanos mediante técnicas de ingeniería genética y farmacológica. Por ejemplo: induciendo que los humanos que nazcan sean más pequeños, con lo que comerían menos, consumirían menos telas en sus ropas… También había de evitar el consumo de carne, cuya producción provoca buena parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, se haría generando intolerancia a este alimento mediante fármacos. Los medicamentos también se utilizarían para inducir “altruismo y empatía”, de modo que los individuos venzan sus reticencias a la hora de tomar decisiones convenientes para el bien común. Todo esto fue algo más que una ocurrencia. Por supuesto,  arreciaron las críticas contra estas tesis por motivos evidentes entonces, de tipo ético, social y humanitario. Pero también se contemplaron en foros internacionales de discusión. La técnica científica podía, en aquel entonces, hacer cualquier cosa, o ese era su deseo. Aunque no debiera.

Políticamente, en Europa, la alta política expresó su pensamiento con el enunciado: “Sabemos lo que hay que hacer, pero no que la gente nos vote”. Así, la universidad, la ciencia y los políticos enunciaron la vía cortada en que nos encontramos hoy. Y el tiempo apremiaba.

AVN

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