Bill Gates (y XII)

 

BILL GATES (y XII)

 

La India

 

La India, en la actualidad, es el país mayor receptor de dinero dejando aparte EEUU o Europa, con más de 600 donaciones que suman cerca de 1.500 millones de dólares. Contra el VIH/sida y, después, la fundación amplió espectacularmtera de proyectos humanitarios en la India para incluir la salud materna, las vacunas, los sistemas financieros y otros ámbitos.

 

Al incorporar socios gubernamentales y fondos de los contribuyentes a las alianzas público-privadas, la fundación consigue apoyo político, legitimidad de cara a la gente y enormes sumas de dinero que de otro modo no podría obtener. Y al tiempo legitima a la fundación para argumentar que no es quien mueve los hilos, sino simplemente uno de los muchos socios colaboradores.

 

Al magnate también le gusta describirse a si mismo, cuando le resulta conveniente, como un mero catalizador, alguien que innova en iniciativas rompedoras. Después, si funcionan, los gobiernos pueden adoptarlas y ampliarlas. La idea es que a la fundación se le ocurren las grandes ideas, lleva a cabo los proyectos piloto, invierte dinero en medición y evaluación y luego pide a los gobiernos que se hagan cargo del tedioso y difícil trabajo de llevar esos proyectos piloto a su tamaño real. Dicho de otra forma, en intentar convertir esas grandes ideas de Gates en un cambio auténtico.

 

Los determinantes sociales de la salud son una causa mucho más importante de los cambios en los indicadores sanitarios que cualquier otra influencia. Es probable que los datos mejoren a pesar de que este tipo de iniciativas, y no gracias a ellas.

 

Una paradoja fundamental de la ayuda humanitaria, una industria multimillonaria cuya supervivencia depende de la perpetuidad de la pobreza.

 

La vacuna contra el papiloma humano o VPH era un ejemplo perfecto de la razón de ser de la entidad: corregir los fallos del mercado.

 

La labor de la fundación en lo que a salud se refiere va encaminada en especial a aquellas enfermedades que afectan a los pobres, dolencias que las grandes farmaceúticas evitan por no ofrecer márgenes de beneficio atractivos. En los países ricos el virus te lo suelen detectar y tratar. Pero, de hecho, si contraes este VPH-el virus- enu n país en vías de desarrollo, contraerás cáncer de cuello de útero. Muchas de esas mujeres morirán.

 

La creciente labor de la Fundación gates en la India es consecuencia de una débil ayuda gubernamental a la sanidad pública.

 

En lugar de colaborar en una mejora de las capacidades de las sanidades públicas, labor compleja donde las hubiera, la intención de la fundación parecía ser inundar de viales los países pobres.

 

Es muy problemático que un solo hombre decida lo que es bueno para todo el planeta. Es la misma filosofía que han utilizado-y siguen utilizando- dictadores de todo el mundo. ¿Cómo puede un solo hombre saber lo que es bueno para todos?

 

COVID-19

 

Una de las razones por las que la OMS no tenía entonces los conocimientos ni la capacidad para gestionar la epidemia era que su autoridad se había visto mermada por el auge de la fundación. Gates tiene mucho más dinero que la OMS y ha asumido funciones clave de su trabajo. Y, además, la entidad de Seattle se había convertido también en el segundo mayor donante del organismo internacional, lo que le permitía determinar en qué trabajaba éste y en qué no.

 

Llegada la pandemia de COVID-19, el destino de los pobres del mundo, así como su capacidad para acceder a las vacunas, no estaba en manos de los gobiernos ni de un organismo multilateral e intergubernamental como la OMS. Estaba en manos de Bill Gates. En el curso de una epidemia, cuando se produce un vacío de liderazgo, quienes se mueven rápido y parecen saber lo que hacen adquieren un gran poder. Y Bill Gates lo hizo en este caso.

 

El mercado de todo lo relacionado con la enfermedad podía tomar dos caminos: o bien convertirse en uno de los monopolios más potentes y lucrativos jamás concebidos o bien, por el contrario, generarse un momento de cambio en la medicina moderna por el que dejaríamos de lado el enfoque habitual de las grandes farmaceúticas en favor de una distribución abierta y equitativa.

 

La concentración de poder y a toma de decisiones siguen recayendo por completo en el ámbito de las corporaciones: son las empresas farmaceúticas quienes deciden a qué escala, con qué volumen , a qué precios y a quién venden primero.

 

Gates también impulsó primero, y tomó el control después, de una estructura de la OMS no demasiado organizada llamada Covax, cuyo objetivo era ala adquisición de dosis destinadas a los pobres del planeta. La idea era que las naciones ricas reunieran dinero y se asociaran con las menos favorecidas, creando un gran fondo que pudiera utilizarse para negociar acuerdos con las grandes farmaceúticas.

 

Como iniciativa privada que era, Covax carecía de mandato público alguno o de legitimidad en la escena mundial, y las criticas en torno a la transparencia y la rendición de cuentas persiguieron al proyecto. No puedes elegir, pero tienes que pagar.

 

Las naciones ricas se pusieron a cerrar acuerdos individuales con las farmaceúticas para asegurarse dosis de vacunas destinadas a sus ciudadanos. La Fundación Gates y sus socios no lo tuvieron previsto. La respuesta a la pandemia se definiría por la división entre los que tienen y los que no tienen, entre losricos ylos pobres, los ganadores y los perdedores. A esta realidad se la llamó el apartheid de las vacunas.

 

La posición de Gates era que los pobres no estaban lo bastante avanzados como para fabricar las dosis, y que si abríamos demasiado la producción surgirían problemas de seguridad que perjudicarían a la gente y aumentarían el escepticismo respecto a las vacunas.

 

Conclusión

 

Gates no ha sido un defensor de los pobres tanto como de sí mismo. Nos ha pedido que dirijamos nuestra mirada no a la difícil situación de los desvalidos del planeta, sino más bien a sus propios esfuerzos filantrópicos a la hora de salvarlos. El centro de atención de la Fundación Gates no es la pobreza mundial. Es Bill Gates. Contando la atención mediática, los beneficios fiscales, los premios, el poder político y las relaciones públicas, el mayor beneficiario dela Fundación Gates es el propio Bill Gates.

 

La cuestión no es cómo emplear mejor el dinero de gates, sino por qué permitimos que alguien tenga tanto dinero y poder.

 

El modelo de Gates se reduce a dar poder a las personas más ricas del planeta para que tomen decisiones en nombre de las más pobres.

 

Incluso en el caso de nuestros mejores filántropos multimillonarios hay que contar con el daño, la codicia o la evasión fiscal que alimentan sus donaciones a la beneficiencia. Si de verdad nos preocupa la desigualdad y queremos que el mundo sea un lugar más equitativo, deberíamos reorganizar nuestra economía y nuestra sociedad de forma que no permita la acumulación de una riqueza tan extrema por parte de un grupo tan reducido de personas.

 

¿Acaso la Fundación Gates no está malgastando el dinero? Fijémonos en sus iniciativas fracasadas una tras otra, en su fango burocrático, y sobredimensión administrat

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