LA GUERRA A LOS POBRES

Hoy en día los movimientos migratorios forzosos son un problema ante el que los gobiernos del mundo desarrollado occidental miran hacia otro lado. El comercio, el negocio del traslado de personas de aquí para allá, más allá de una visión romántica o de caridad, de pena, conlleva tras de si un negocio tan criminal como multimillonario. Detrás de cada voluntad de una persona, forzosa, de cambiar de aires y buscar acomodo en otro lugar no tiene nada que ver con los viajes de placer. Estos movimientos migratorios son causados por una extrema pobreza, por la incapacidad de conseguir una subsistencia mínima. Es una actualidad desde hace unos años provocada por el shock de la guerra o la violencia. Los países occidentales incorporan el concepto de la caridad o pena pero no explican las causas de pr qué la gente debe abandonar su tierra. En el fondo, lo que se busca es de dotar de total impunidad a quien domina en una tierra aunque la deje arrasada y pobre. Con o sin mafias se facilitan las migraciones forzosas. Se limpia la escena del crimen. Se elimina cualquier reacción insurgente contra los señores de la guerra de la población migrada de un país. Los emigrantes son una fuerza a la baja de los salarios. Pues cuanto mayores son los desempleados menos fuerza de negociación tienen los empleados. Y mayor es la capacidad para explotar un beneficio. La pobreza genera externalidades beneficiosas para quienes se sirven de ella. Mientras haya un contingente amplio de precarios las condiciones del empleo serán pésimas.

La “necropolítica” es dejar morir a personas como está ocurriendo en el Mar Mediterráneo por falta de atención (ahogarse) o por hambre. Es un concepto creado por el camerunés Behbe y que ha desarrollado Javier de Lucas. El modelo ha decidido discernir quien tiene importancia y quien no, quien es fácilmente sustituible y quien no. Es una fase tremendamente dura del sistema económico contra los trabajadores. Ha aparecido la acumulación por desposesión y a la gente se la expulsa de sus tierras y se pasa a la necropolítica. La necropolítica tiene un aspecto de omisión de ayuda por parte de los estados y una parte positiva que es la eliminación de líderes de movimientos sociales (en 2017 se han asesinado 300 activistas sociales) y se elimina, como decía Bauman, “desechos humanos” (personas que no son útiles al modelo). Quien no consume ni produce termina por no ser funcional al modelo económico capitalista y se le elimina. La necropolítica por omisión o acción es una expresión de poder que requiere una red neocolonial de caracterizar la titularidad de derechos humanos por categorías de personas. Esto es un retroceso humanitario.

Los países del Sur global enviaron en su balanza de pagos 2 billones de dólares mas de lo que recibieron del Norte. Es benefactor quien menos tiene y beneficiado quien más.

¿Porqué la gente se va a los tránsitos del horror migratorio? El neocolonialismo, en clave económica, dota de un flujo económico del Sur al Norte mucho mayor que la ayuda al desarrollo inverso. El neocolonialismo demuestra que los países empobrecidos pagan el bienestar de los países ricos. Es un problema de justicia. La interdependencia de los ricos de los recursos naturales de los pobres es total. Las fronteras son seguras para los bienes y no con derechos para las personas. Las fronteras son un gran negocio para la seguridad y conculcan los derechos humanos.

Resultado de imagen de LA GUERRA A LOS POBRES        En el África Subsahariana hay un paro estructural del 20 al 30% que hace que deseen ser explotados por vivir un día más. Esta población molesta y les viene bien que migren para que no protesten y haya guerra entre pobres y los trabajadores tengan miedo a perder su empleo y no se sindiquen ni mejoren sus condiciones. Las guerras han desalojado a las gentes de sus bienes y no se persigue a los criminales de guerra. Estados opresivos no son castigados por su potencial en materias primas: no se cuestiona su democracia o nivel de libertad. Las empresas multinacionales conquistan territorios para explotarlos echando a la gente. Los estados no piden responsabilidades a los delitos de las corporaciones. Se dota de impunidad a quien convierte en un infierno los países que abandona la gente.

La situación es compleja. El Sistema Capitalista tiene dificultades para crecer económicamente por límites materiales del planeta de materias primas, por la economía financiarizada que fagocita la productiva y por el Cambio Climático. Las tasas de ganancia son injustas y endurecen los niveles de absorción de plusvalía laboral. La precariedad está sustituyendo las relaciones laborales anteriores y se empobrece a los trabajadores sin sindicación (falsos autónomos, etc). Se detraen las condiciones laborales de los trabajadores por la explotación. Se  eliminan las ayudas del estado. Y hasta se mercantiliza como objeto el cuerpo de la mujer. Además las multinacionales buscan negocio para aumentar el Capital con acumulación por desposesión de los recursos naturales. La lógica es desposeer y expulsar a las travesías del horror. Los bienes valen más que los derechos humanos. Los arrojados a la nada no sirven al Sistema. Los ricos han declarado la guerra sostenida a los pobres para castigarlos socialmente (conflictos militares, petróleo, terrenos, control geoestratégico, terrorismo, etc). Estos conflictos hacen sufrir a la gente de a pie y se unen a los desplazados económicos. Europa quiere crear fronteras para contener esto. Pero las fronteras son lugares de no derecho, de impunidad y violencia, donde el civilizado expulsa al bárbaro y filtran gente permitiendo limbos jurídicos de cupos de refugiados para que entren y trabajen en determinados trabajos creando a la vez una guerra entre pobres. Y aquí aparece la extrema derecha con su xenofobia y guerra entre pobres. Entran en sobreexplotación bajando los salarios y además de guerra entre pobres crea diferentes categorías de derechos muy funcionales al Sistema para controlar y dividir. Enfrenta al trabajador indefinido con el funcionario, al indefinido con el temporal, al temporal con el excluído, al excluído con el migrante, etc. Esto fomenta la xenofobia y el fascismo. No sólo se desregulan derechos sino que también se eliminan la titularidad de derechos de determinadas personas incluso dentro de las fronteras (los desechos humanos que no producen ni consumen). Se producen limbos jurídicos en que una situación puede ser regular o no y es funcional al Sistema.

Las multinacionales subcontratan a empresas de países que sirven de pantalla descargando ilegalidades consiguiendo impunidad del trabajo esclavo, infantil, abusos, etc. Las multinacionales explotan la menor resistencia por necesidad de los subdesarrollados. Caciques y dictadores de países subdesarrollados hacen depender su economía de las multinacionales que los financian aparentando defender el interés público. El factor humano frente al maquinismo y la automatización es una carga, una molestia. En el cerco al pobre se aplica el dicho “al enemigo ni agua”. El maquinismo y la tecnología eliminará y minimizará el factor humano (menos problema, más beneficio, menos complicaciones, etc). Se encubre este genocidio con la  lucha entre pobres, se discute entre miseria de estupideces. Y mientras aparece el concepto de pobreza laboral: gente que trabaja y no puede salir de la pobreza (13% en España).

Resultado de imagen de LA GUERRA A LOS POBRES         La sociedad necesita reactivarse. Armarse cultural e ideológicamente contra los valores funcionales a la clase dominante. No hay que aceptar ideas dominantes de valores hegemónicos. Los movimientos sociales, la organización, salir a la calle, etc, es importante. La sensación es que no hay nada que hacer. Hay que ser feliz por luchar por la dignidad humana y no mirar a otro lado. Hay que recuperar ideas. Fuerzas sencillas y comprensibles contra el modelo dominante y organizarse que aumenta la presión y la felicidad. Hay que confrontarse radicalmente. Los grandes cambios han venido de poner la primacía de la legitimidad sobre la legalidad: la desobediencia civil. Se está criminalizando la defensa de los derechos humanos y la ayuda humanitaria. La compasión está siendo criminalizada, por legislaciones xenófobas. Hay que reaccionar ante este drama social. Para frenar a un poder de represión y crear miedo es enfrentándolo. Hay un retroceso de valores. El activismo crea un sujeto político con propuestas políticas alternativas. Hay que recuperar los derechos humanos como límite. Hay que parar social y organizadamente al gobierno y a las multinacionales o perderemos un futuro digno. Hay que romper el individualismo que es el banderín de enganche del Sistema. Hay que construir desde abajo, para los de abajo y por los de abajo, pues la política al uso es funci9onal al Sistema. No podemos mirar a otro lado y enfrentarnos.

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