CONSPIRACIONES: DISCERNIR ENTRE LA PARANOIA Y LA REALIDAD
¿Cómo distinguir una teoría de la conspiración real de otra falsa? Or que hay teorías de la conspiración reales. En los años sesenta los medios de comunicación estadounidenses intentó ridiculizar a la gente que sospechaba que la CIA mató a Kennedy, por ejemplo. Pero, luego llegó el Watergate, cuando Nixon y sus secuaces conspiraron para espiar al Partido Demócrata e intentaron ocultarlo. Aquello pareció una teoría de la conspiración delirante hasta que resultó ser verdad. En los años sesenta activistas políticos en EEUU, por ejemplo, clamaban que el gobierno intentaba sabotear e infiltrarse en los movimientos civiles. Un grupo de ciudadanos robó documentos del FBI y reveló que, efectivamente, existía un proyecto sistemático para desacreditar a activistas. ¿Y Edward Snowden? Décadas de activistas afirmando que el gobierno de EEUU vigilaba nuestras telecomunicaciones privadas hasta que, en efecto, un técnico de la NSA reveló el espionaje masivo a ciudadanos inocentes. La verdad incómoda es que, a veces, las conspiraciones existen. Las élites políticas, las élites empresariales conspiran. La pregunta es, más bien, cómo podemos distinguir aútenticas conspiraciones que aún no han sido expuestas de los delirios paranoicos. Por cada conspiración real, con el gobierno estadounidense haciendo experimentos con su población en el proyecto MKUltra, o las empresas de tabaco conociendo perfectamente la capacidad cancerígena de sus productos y añadiéndoles aditivos para volverlos más adictivos, hay cientos de teorias sobre reptilianos controlando el mundo o bases secretas en la cara oculta de la luna.
¿Qué señales nos indican que estamos ante una teoría conspirativa sin fundamento? ¿Hay algún patrón de pensamiento crítico que nos ayude a separar el grano de la paja? ¿Cómo hacemos para rechazar la plausabilidad de una teoría sin creernos todo ni caer en el cinismo absoluto?
Una teoría de la conspiración es ela creencia de que ciertos eventos y situaciones están siendo manipulados secretamente por fuerzas poderosas con intenciones malévolas. La palabra clave aquí es , secretamente. E alguna forma, un grupo de personas, organizaciones o entidades, que están actuando entre bambalinas, manejando los hilos del mundo sin que los demás nos demos cuenta. Y, a veces, tienen razón. Hay reales que existen probadas irrefutablemente. Por ejemplo, durante décadas, las grandes empresas del tabaco conspiraron activamente para ocultar los efectos cancerígenos de sus productos. En documentos internos los directivos reconocían los peligros mientras que, públicamente, contrataban abogados y científicos para sembrar dudas ante las evidencias médicas. Una auténtica conspiración que costó millones de vidas. No son casos aislados. La CIA experimentó con ciudadanos estadounidenses en el proyecto MKUltra. La NSA espió las comunicaciones de los ciudadanos, como reveló Snowden. El programa COINTELPRO espió a movimientos sociales legítimos para desacreditarlos. Pero, y es crucial, existe una diferencia esencial entre estas conspiraciones reales y las teorías conspirativas que existen por ahí. Y es el método de descubrimiento. Las conspiraciones se destapan mediante pruebas reales, tangibles: documentos internos filtrados, investigaciones gubernamentales, denunciantes con acceso privilegiado, periodismode investigación riguroso, sentencias judiciales, confesiones de los implicados, etc en otras palabras, mediante herramientas convencionales, la evidencia y la confirmación. Los malos conspiranoicos encajan las piezas a presión en su narrativa preconcebida… Ve pistas por todas partes, reinterpreta cualquier evidencia contraria… el caso de COINTELPRO es ilustrativo. Durante años los activistas denunciaron estaban siendo vigilados y saboteados por el gobierno norteamericano. Los consideraban paranoicos hasta que en 1971 un grupo autodenominado Comisión Ciudadana para Investigar al FBI forzó una oficina del FBI en Media (Pennsylvania) y robó mas de mil documentos clasificados.. Estos documentos, publicados en medios como el Washington Post revelaron la existencia de un programa sistemático de vigilancia, infiltración y descrédito contra grupos políticos considerados subversivos. Un teoría conspirativa se confirma con evidencias documentales irrefutable. Las sospechas de los activistas se basaban en parones de sospecha observables(sabían que los estaban interfiriendo). Las teorías infundadas se alejan cada vez más de la injerencia verificable mientras que las investigaciones sobre teorías reales se acaban traduciendo en pruebas concretas.
Existen algunas señales de alerta que nos pueden ayudar para detectar auténticos abusos de poder. Los investigadores han desarrollado un acrónimo extraordinariamente útil: CONSPIR. Resume los siete rasgos característicos de las teorías conspirativas infundadas.
C-Contradictorio: el pensamiento conspirativo tiene una asombrosa capacidad para sostener ideas mutuamente excluyentes. Por ejemplo, personas que creen firmemente que Diana de Gales fue asesinada por los servicios secretos británicos, lo cual no es descabellado, pero a la vez creen que fingió su propia muerte y vive en un refugio secreto. Estas contradicciones no molestan al teoríco de la conspiración pues su compromiso no es con la coherencia lógica sino con la desconfianza hacia la versión oficial. Cualquier alternativa es creíble con tal de que contradiga la versión gubernamental.
O-Obsesión o sospecha extrema: Para el teórico de la conspiración nada es casual, nada es lo que parece. El escepticismo sano y saludable se transforma en una hipersospecha nihilista donde todo pronunciamiento oficial es una mentira. Si alguien desconfía de todos los medios de comunicación convencionales sería un conspiparanoico confeso.
N-Nefastas intenciones: en el mundo de las teorías conspirativas los conspiradores jamás tienen intenciones benévolas o neutras. Siempre actúan con propósitos malignos: control mental, sometimiento, despoblación, genocidio, etc Es una visión maniquea del mundo que contrasta con las conspiraciones verificadas. Sus motivaciones suelen ser bastante prosaicas: generalmente en dinero, poder, evitar escándalos, evitar juicios legales…
S-Siempre debe haber algo más: el conspirativo patológico nunca abandona su versión oficial de que algo va mal. Puede que modifique detalles insostenibles pero el núcleo permanece. Se abandonan unas teorías por otras.
P-Persecución: el teorico de la conspiración se ve como víctima perseguida y a la vez como héroe valiente que ve la verdad en un mar de ovejas ciegas. Cada vez que está atacado se ve como perseguido. Se cree que está cerca de la verdad cuando sus afirmaciones son gilipolleces.
I-Inmunidad a la evidencia: Las teorías conspirativas son autosellantes. Cualquier prueba en contra es reinterpretada como parte de la conspiración. Es un mecanismo que hace imposible desmentir a los teóricos de la conspiración.
R-Reinterpretación de la aletoriedad: El pensamiento conspirativo tine alergia a las casualidades, al azar. Pequeños elementos aleatorios son reinterpretados como una narrativa mas amplia. Esta tendencia a ver patrones donde no los hay está profundamente arraigada en la cognición humana pero, mientras la ciencia intenta contrarrestar el sesgo, el pensamiento conspirativo lo amplifica.
La teoría conspirativa así, está diseñada para ser inmune a la refutación:comprados por el Sistema, no ver toda la realidad, no entender como funciona el poder… Las grandes narrativas conspirativas son poco plausibles (por ejemplo, la excepción es el Proyecto Manhattan, que fue cierto). Las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias. La codicia, la estupidez, la irracionalidad, etc son mas usuales que la maldad.