El Capital presenta tres formas fundamentales: el capital monetario o dinero, el productivo y las mercancías. El Capitalismo surgió a través del desarrollo del capital mercancía juntamente con el dinero hasta que se pudo transformar en un capital productivo a gran escala. Hoy vivimos una fase de involución en el Capitalismo en la que el capital productivo va cediendo cada vez mas terreno al capital dinero. Al capital mercancía le pasa igual. Esto quiere decir que vivimos una fase de desacumulación histórica del Capital.
Esto sucede por un éxito del capital productivo junto al capital monetario. Se ha llegado a tal nivel de crecimiento exponencial que ha llegado a su límite. El crecimiento exponencial que lo caracterizaba ya es imposible por haber llegado al límite (aparte del externo o ecológico) interno de propia reproducción del Capital que se compagina con otro límite interno marcado por la sobreacumulación del Capital. Esto quiere decir que por cada unidad de producción se utiliza menos trabajo humano y más maquinaria. Lo que quiere decir que cada vez se usa menos trabajo humano vivo creador de plusvalor, porque la sola maquinaria no puede crear mas valor, es trabajo muerto (las máquinas no trabajan: funcionan). Otros seres humanos hicieron las máquinas y se depositan en cada realización de trabajo nuevo una parte del que les fabricó. No realizan trabajo nuevo. Realizan un valor pasado. El Sistema Capitalista se basa en la realización de valor, pero no para él, sino básicamente le interesa el plusvalor: el tiempo de trabajo socialmente necesario que se emplea en cada producción y que no es pagado a los productores directos. Si nos pagaran todo el trabajo que realizamos en cada producto quien nos contratara o comprara como fuerza de trabajo no obtendría beneficio alguno. El beneficio es el valor convertido en plusvalor. Entonces, de las máquinas no se extrae plusvalor pues ya se extrajo de los que las hicieron. Esto genera un continuo mecanismo de pérdida de valor. Cuanto más desarrolladas están las fuerzas productivas, cuanto más tecnologías aplicamos a los procesos productivos, más productos podemos hacer en menos tiempo. Eso quiere decir que el valor de la sociedad capitalista es menor porque tiene menos tiempo social de realización. Es un tiempo que no se mide físicamente sino abstractamente en función del desarrollo tecnológico de cada momento. Si se acelera el desarrollo tecnológico, el valor acelera su descenso y, el Capital, para paliar la pérdida de valor, sobre explota a los trabajadores que siguen trabajando y no han sido desplazados por el desarrollo de las máquinas. En eso estamos hoy. Estamos rodeados de una gran tecnología y la población trabajadora tiene que echar más horas trabajando superando las ocho horas. Esto significa que este plus de trabajo vivo se necesita para compensar el plusvalor que se pierde con las máquinas.
Cada vez que hay una crisis de sobreacumulación (gran disparidad entre la producción abundante y el consumo escaso) una solución histórica ha sido que la productividad permite compensar la pérdida del plusvalor. Si un sombrero que antes se hacía en dos días, ahora se hace en dos horas y tiene dos horas de sobrevalor. Pero, con la nueva tecnología, podemos hacer muchos sombreros con poco valor que, al ser muchos, compensan el sobrevalor. Y se inunda el mercado, se desbanca a los competidores, se oligarquiza el mercado y se crea riqueza y empleo. Es parecido a lo que se decía de que la maquinaria destruye unas cosas para crear otras. Pero esto también se ha acabado. La actual revolución industrial (microelectrónica, informática, biogenética, inteligencia artificial, nanotecnología…) permite que las máquinas puedan hacer prácticamente cualquier cosa que nosotros hagamos. Nos podrán desplazar de todos los campos menos los creativos, que no son significativos económicamente. Pero por muchos sombreros que se hagan no podemos paliar la pérdida de valor producida pues el mercado no puede absorber esa cantidad de mercancías. Y no las puede absorber al pauperizarse la población al ser desplazada de los trabajos productivos y achicando cada vez más el mercado. Una población asalariada mermada, cuando el salario es la principal fuente de ingresos de la población y la principal distribución de riqueza entre el Capital y el Trabajo, deja sin consumo.
Frente a esta el Capital emprende varias salidas. Una es la huida parasitaria a través de la exacerbación del capital dinero. Esto quiere decir que el dinero se sobredimensiona, al empezar a disminuir el valor y cuando el plusvalor no puede compensarlo suficientemente cae la tasa de ganancia. Pero el Sistema no está pensado para satisfacer necesidades humanas, sino para crearlas a los consumidores y la inversión no actúa si no hay ganancias, cuando el mercado se ha achicado y el valor no compensa la inversión hecha despareciendo ésta. Actualmente estamos en el momento de menor tasa de inversión en proporción al Capital acumulado de toda la historia del Capitalismo. Hay masas enteras flotantes de dinero listas para invertir que no se invierten. Y entonces se derivan hacia la especulación y entra en el sistema financiero y no en el productivo. Todavía arrastramos la crisis de los setenta que se ha ido postergando a través de burbujas financieras. Las masas de capital se convierten en dinero financiero y adquieren dimensión ficticia. El dinero ficticio se crea de la nada, no tiene una traslación real. Es una consecuencia de la caídad e la tasa de beneficio. Entonces tenemos una tasa de crecimiento de capital dinero en activo listo para entrar en la ingeniería financiera especulativa. Pero esa ingeniería ha necesitado un proyecto estratégico para desarrollarse (desvinculación dólar-oro en 1971, referenciación de unas monedas a otras, rotura de los acuerdos de Bretton-Woods que desenjaulan al sector financiero regulado para la no repetición del Crack de 1929…). El desmadre de las finanzas nació contra el atascamiento del capital productivo. Se creó un balón de oxígeno de capital ficticio para suplir al dinero que no apoyaba al capital productivo. El Capital se dio un plazo de postergación de la crisis. Pero el capital ficticio acabó dominando al capital productivo no sólo refinanciándolo con dinero creado de la nada. Se crearon una serie de mecanismos de de financiación empresarial que luego pasaría a la financiación de la sociedad y que fueron los únicos capitales solventes. Es el único capital que decide a que se tiene que dedicar una empresa para generar valor, que se vea ese valor en la cotización en Bolsa, y que medidas han de adoptar para recibir reinversión como descuartizar los departamentos deficitarios, disminuir el empleo, hacer reformas estructurales, etc. La Reserva Federal de EEUU, el Banco Central de Japón y el Banco Central Europeo llevan años inventándose el dinero de la nada. El capital ficticio pone muletas a la producción pero la parasita a la vez. Y esto hace parecer que todo funciona. Sólo un dólar de cada veinte que circula por el mundo tiene una base real. El capital ficticio se crea a través de la titulización de deudas y de valorar varias veces las acciones de una empresa en las bolsas. El Producto Interno Bruto mundial es de unos 70 billones de dólares y el capital financiero ficticio se calcula en 1.200 billones hasta que estalle. Esto ha sido una solución a través de un cáncer.
Otra huida desde los años 80 ha sido aprovecharse del conjunto de la riqueza creada hasta entonces. Como no se puede generar más riqueza para seguir viviendo se apropia de lo conseguido hasta entonces, la riqueza colectiva, des espacio de lo social. Apropiarse de un conjunto de factores de lo social (el espacio de desproletarización entre el Capital y el Trabajo) como el patrimonio natural, sustitución de consumo y producción no capitalistas, biocapitalismo…. Es un proceso de apropiación del Capital que supone desposesión de la gente. Con un conjunto de mecanismos de desposesión. Pero sólo es una autofagocitación o autocolonización en el sentido de que se aplican a los estados europeos las mismas recetas de los años 80 que a América o África con la crisis de la deuda y los planes de ajuste estructural tristemente famosos. Y cuando un sistema sobrevive a base de balones de oxígeno creado de la nada y autofagocitándose quiere decir que es terminal.
Ya no se puede volver al Capitalismo del pasado porque estamos ante los límites claros de seguir acumulando valor y distribuírlo. Cualquier intento de reacaparamiento de valor y creación de riqueza no podrá hacerse por la opción pacífica institucional sino por una correlación de fuerzas sociales. La población ha de saber que cualquier cosa que tenga a partir de ahora lo tendrá por la lucha social. Nada nos vendrá dado de un Sistema en fase degenerativa histórica. Sólo puede ofrecer violencia, dolor y muerte. Lo han bautizado como Tanatocapitalismo en que la guerra social contra las poblaciones y la guerra militar directa cobrará una mayor relevancia cada vez. Es una de las últimas dinámicas que le quedan para eliminar sobreacumulación y conseguir energía. Donde ha intervenido EEUU y la OTAN ha creado agujeros negros sociales destruidos. Cuando un Imperio comienza a caer recurre a la política de tierra quemada. Por eso las movilizaciones antimilitaristas se justificaran por los estertores del Sistema.
Para poder hacer este simulacro de que el sistema funciona se mercantilizan todos los aspectos ajenos a la ley de valorización del Capital. Se mercantiliza la vida humana no asalariada que sustenta a la población asalariada que no le da para vivir. El trabajo de no pago tiene que mantener cada vez más al trabajo de pago. Se trata de hacer mercancías ficticias porque no tienen trabajo abstracto o valor detrás (agua natural, relaciones humanas, etc). Es un suicidio acelerado más. Aumenta el parasitismo de la vida. La economía colaborativa supone eliminar el autostop gratis por el pago a Uber, pagar por hablar por teléfono, alquilar sitios antes gratuitos…. Es un rentismo extralimitado: Los capitalistas que se apropian de las mercancías ficticias se apropian del valor de la vida y de otros capitalistas. Generan un dinero parasitario.
Hoy en día, diluido el salario y generando explotación vital, se socializa la dinámica de clase entre los apropiadores y los desposeídos. Esto permite situarse estratégicamente ante la dinámica final capitalista. Solo puede haber rupturas con el Sistema (ya no volverán el pasado ni los viejos discursos).