MILES DE ESTUDIANTES SE MOVILIZAN EN ALEMANIA CONTRA EL RESTABLECIMIENTO DEL SERVICIO MILITAR

Miles de estudiantes se movilizan en Alemania contra el restablecimiento del servicio militar

Miles de estudiantes se manifiestan en las calles de Berlín contra el servicio militar. Foto: Craig Stennett | Getty Images

La huelga estudiantil contra el servicio militar tuvo impacto en más de 90 ciudades del país y podría marcar un giro en el debate público.

Por Joaquín Castro | 6/12/2025

Miles de estudiantes alemanes abandonaron las aulas este 5 de diciembre para participar en una huelga nacional contra el restablecimiento del servicio militar obligatorio. Bajo el lema «Schulstreik gegen Wehrpflicht» (Huelga Escolar contra el Reclutamiento), las manifestaciones se extendieron por más de 90 ciudades del país, coincidiendo con la votación en el Bundestag que aprobó una reforma militar controvertida. Los jóvenes denuncian un proceso de militarización acelerado y rechazan ser carne de cañón en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas.

La huelga se enmarca en el debate sobre el «Wehrdienst-Modernisierungsgesetz» (Ley de Modernización del Servicio Militar), aprobado este 5 de diciembre por el Parlamento alemán y que entrará en vigor el 1 de enero de 2026. Esta norma introduce un modelo de conscripción «voluntaria» inicial, pero obliga a todos los hombres nacidos a partir de 2008 a completar un cuestionario y someterse a exámenes médicos obligatorios para evaluar su aptitud militar. Si no se alcanza el objetivo de 20.000 reclutas voluntarios anuales, el gobierno podría recurrir a un «sorteo de reclutamiento» o extender la obligación a un servicio parcial. Las mujeres podrán participar de forma voluntaria.

El ministro de Defensa, Boris Pistorius, defendió la medida como una respuesta a la «situación de amenaza» derivada de la guerra en Ucrania y los planes de la OTAN para fortalecer las defensas europeas. «Nadie obliga a nadie más que a rellenar un formulario y pasar un chequeo médico que no duele», argumentó Pistorius, reconociendo que las protestas son bienvenidas pero insistiendo en que muchos jóvenes están dispuestos a asumir responsabilidades. Sin embargo, los sectores críticos llaman a la resistencia, recordando el derecho a la objeción de conciencia.

Esta reforma revive el debate sobre la suspensión de la Wehrpflicht en 2011, en un país que ha aumentado drásticamente su gasto militar en los últimos años. El movimiento estudiantil ve en este hecho un paso hacia la remilitarización de la sociedad, en un momento en que Alemania busca posicionarse como «potencia de guerra» en Europa.

La respuesta de la juventud fue inmediata y masiva. Organizada por el colectivo «Schulstreik gegen Wehrpflicht» y apoyada por sindicatos, iniciativas de paz y alianzas juveniles como el DFG-VK (Comité Alemán de Servicio Militar y Paz), la huelga convocó a concentraciones en ciudades como Berlín, Hamburgo, Colonia, Múnich, Dortmund y Bochum. En la capital, más de 3.000 estudiantes se reunieron cerca de la estación de metro Hallesches Tor antes de marchar hacia Oranienplatz, ondeando pancartas con mensajes como «No al  servicio militar obligatorio», «Estudiantes contra las guerras y el rearme», «Nuestro futuro es nuestro» y «Nosotros decidimos».

En Hamburgo, salieron a la calle 1.500 participantes, mientras que en Renania del Norte-Westfalia (NRW), epicentro de las protestas, se registraron acciones en Bielefeld, Essen y Wuppertal desde las 9 de la mañana. Los organizadores, muchos de ellos menores de edad, enfatizaron que «no queremos pasar medio año encerrados en barracones, entrenados en disciplina y obediencia, aprendiendo a matar. La guerra no ofrece perspectivas de futuro y destruye nuestros medios de vida», reza el manifiesto del movimiento.

Miles de alumnos vaciaron las clases. En Potsdam y Cottbus, por ejemplo, las concentraciones comenzaron a las 10:00 en las plazas y contaron con el apoyo de grupos contra la guerra.

Leo Reinemann, estudiante y coorganizador de la huelga en Coblenza, expresó el sentimiento generacional: «Nos sentimos ignorados como generación, y no vemos por qué debemos ir a las trincheras por el gobierno». En Múnich, jóvenes portaban carteles con «Fck war» (Jódete, guerra) y «Solo lucharemos por la paz».

El movimiento, que surgió en redes sociales –donde se han lanzado peticiones con miles de firmas–, subraya la oposición al servicio militar. «Somos carne de cañón para una guerra que no queremos», resume el eslogan que resuena en las calles, reflejando el temor a un reclutamiento que limite planes educativos y profesionales en un país con una de las tasas de natalidad más bajas de Europa.

El gobierno de la coalición CDU, CSU y SPD celebró la aprobación como un «avance necesario» para la Bundeswehr, que busca crecer de 180.000 a 203.000 efectivos. Sin embargo, la polarización es evidente: mientras algunos ven la ley como insuficiente y abogan por una conscripción total, pacifistas y juventud la tildan de «primer paso hacia la obligación general».

Esta huelga, la más grande contra políticas militares desde los años 80, podría marcar un giro en el debate público. Con la ley ya aprobada, el foco ahora está en su implementación y en posibles recursos legales por parte de los opositores. Para los estudiantes, el mensaje es claro: en un mundo al borde del abismo, prefieren invertir en educación y paz antes que en uniformes.

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