LAS REDES DE SOLIDARIDAD DE BARRIO: FRENTE A LA EMERGENCIA Y CONTRA LA “NORMALIDAD”

La redes de solidaridad de barrio: frente a la emergencia y contra la “normalidad”, AUZODEFENTSA eta AUZO-BOTEREA.
Auzoetatik Piztu Bilbo
Desde Auzoetatik Piztu Bilbo hemos decidido compartir unas reflexiones, en caliente y desde las barricadas, sobre estos primeros días de crisis y estado de excepción.
Frente a la emergencia del COVID-19 se ha puesto en marcha en toda Euskal Herria un movimiento de autogestión de los cuidados y auto-organización de la lucha en los barrios. Desde las instituciones nos acusan de crear “redes de contagio”. Sí, estamos creando redes de contagio, estamos  contagiando la solidaridad colectiva en los barrios y pueblos. El virus de la solidaridad de clase se está propagando por toda Euskal Herria, a una velocidad exponencial y es imparable.
1. Sobre la dialéctica entre emergencia y normalidad: dos mundos frente al espejo, dos mundos en guerra. Respecto a los primeros días de esta “emergencia sanitaria”, al contrario de lo que dice la “versión oficial”, creemos que, la situación de emergencia no supone un cambio radical en la sociedad, ni en su forma de enfrentarse al mundo; simplemente evidencia aún más lo que ya se da en una situación de supuesta “normalidad”.
En la crisis, como en la “normalidad” (capitalista), emergen dos maneras de habitar el mundo, dos mundos enfrentados y dos éticas antagónicas: a un lado, el mundo de quién apuesta por delegar todo en las instituciones y se enfrenta a la crisis de forma individualista, bajo la lógica del “sálvese quién pueda”; al otro lado, el mundo de quienes apostamos por otra forma de hacer y de organizarnos, colectiva y comunitaria, con el objetivo de crear redes de cuidado y apoyo mutuo y de autodefentsa de barrio (auzodefentsa).
A un lado, está la respuesta policial del estado de excepción, con los barrios populares militarizados y la difusión de un imaginario apocalíptico y patriarcal; al otro lado, la socialización de los cuidados desde, por y para el pueblo, con la convicción de que, como decimos desde hace tiempo, “nos cuidan las vecinas y las amigas, no la policía”.
A un lado, está el mundo empresarial, el mundo de quiénes quieren hacernos pagar a las trabajadoras esta emergencia, despidiéndonos o recortándonos derechos; al otro, estamos las trabajadoras organizadas, las que creamos redes de lucha y solidaridad contra la explotación y la vulneración de derechos. Las que queremos ir más allá de vuestra caridad y asistencialismo, las que estamos organizando la solidaridad y la lucha de clases.
A un lado está el viejo mundo destapando toda su crueldad, mostrándose en toda su decadencia e insostenibilidad. Al otro lado existe la posibilidad de un mundo otro –el nuevo mundo ético y solidario que se vislumbra en estos momentos de crisis–.
Encendamos la lucha de clases, profundicemos la guerra de mundos.
2. Respecto a la actitud de las instituciones: ¡la vuestra no es una respuesta a la emergencia, sino una respuesta a la auto-organización popular!
Desde las instituciones nos enseñan sus dos caras, que no se pueden separar: la cara asistencialista y la cara represiva; el policía bueno y el policía malo; el cura y el carcelero. A la vez que hablan en nombre de “las más desfavorecidas”, cierran los albergues y los servicios sociales y mandan a sus cipayos a amenazar a las personas sin techo, diciéndoles que no pueden estar en la calle. A la vez que montan sus redes asistencialistas y caritativas con un gran presupuesto público (las redes “oficiales y organizadas”, como “Guztion Artean”) criminalizan y deslegitiman las redes de solidaridad populares de barrio –mandando, además, a identificar quienes está montando estas mismas redes–.
Ahora, nosotras nos preguntamos: ¿de verdad era tan necesario movilizar todos estos recursos para responder al único servicio que se había cubierto a nivel de barrio/pueblo y de forma popular? ¿Lo que estáis montando es una respuesta a la emergencia o una respuesta a la auto-organización popular? ¿No será que lo que os da miedo no es tanto la emergencia sanitaria, sino un pueblo organizado y en lucha? En lugar de pensar en hacer contra-propaganda a las iniciativas auto-gestionadas y de barrios, ¿Por qué no intervenís los hoteles, los pisos turísticos y los pisos vacíos de las inmobiliarias, para dar un techo a quién no lo tiene o para montar camillas para gente enferma? ¿Por qué no bloqueáis el pago de alquileres, hipotecas y recibos para toda la gente de clase trabajadora? ¿Por qué no aseguráis un ingreso mínimo a todas las currelas que se han quedado sin trabajo y a todas las personas paradas y sin ayudas sociales?
¿Por qué no reforzáis el servicio de salud, asumiendo más trabajadoras y descargando el trabajo de las sanitarias? Contra vuestro paternalismo, tejamos la auto-organización popular.
3. Respecto al discurso mediático de “estamos todos en el mismo barco”: ¡No estamos, ni queremos estar, en el mismo barco con vosotros!
No estamos “todos en el mismo barco”. No están en el mismo barco los propietarios de los hoteles de lujo y de las inmobiliarias y las trabajadoras que están echando a la calle sin sueldo. No están en el mismo barco las grandes empresas de la oligarquía vasca o las multinacionales, que bajarán un poco su plusvalía, y las trabajadoras de sus empresas que se encontrarán sin sueldo y sin derechos. No están en el mismo barco la gente que tiene a sueldo trabajadoras del hogar para para cuidar de sus hijas o mayores y quienes, en estos momentos de crisis, tiene que elegir entre ir a currar (para comer) o dejar solas sus hijas.
No están en el mismo barco, los cerdos capitalistas que están pensando en cómo aprovechar esta crisis para que sea una oportunidad de ganancia y para implementar medidas de estado de excepción permanente; y la gente de los barrios que nos estamos organizando. No queremos volver a vuestra normalidad individualista y patriarcal, sino construir otra forma de vida y otra forma de funcionar colectivamente, que vaya más allá no solo de la emergencia, sino también de vuestra “normalidad”.
Nosotras y vosotros nunca hemos estado en el mismo barco: el vuestro es un yate de lujo y esta tormenta únicamente os molesta en la medida de no poder salir al puente a tomar el sol; nuestro barco, por el contrario, es una chalupa en medio de una tempestad, donde solo cooperando y entre todas podemos hacer que no se hunda. Pero nos estamos organizando, no solo para no hundirnos, sino para organizar un barco pirata y, una vez salidas de la tempestad, abordaremos el yate del Capital y lo socializaremos, desde el pueblo para el pueblo.
¡Organicemos la auzodefentsa, construyamos el poder popular!

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