Sobre pandemias, represión y apoyo mutuo
Comunicado de la Asamblea Anarquista Autoconvocada Bahía de Quintil (Ex-Valparaíso):
«Negar la realidad sanitaria del covid 19 y la velocidad del avance de su contagio a nivel mundial es tan absurdo como negar la evidente precariedad del sistema de salud y el contexto de inexistente seguridad social en el que la enfrentamos en el territorio dominado por el Estado de chile. Con 20.000 personas, aproximadamente, muriendo anualmente en lista de espera y una infraestructura sanitaria devastada por la privatización. Con condiciones laborales miserables, con trabajo precarizado y pensiones de hambre. Con el 60% de lxs trabajadorxs ganando menos de 450 mil pesos, con 12 millones de personas endeudadas con el sistema financiero, y con una desigualdad brutal que se expresa en que el 1% de la población concentra un tercio de la riqueza total del territorio. Con esta realidad como escenario, estamos obligadxs a enfrentar esta pandemia: la realidad de los pueblos y comunidades precarizadas y explotadas de los territorios en lucha que nos levantamos masivamente desde el 18 de octubre a denunciar en las calles esta cruda realidad y a crear nuevas y creativas instancias de lucha y organización.
Hoy, la pandemia del Covid 19 sólo viene a darnos más argumentos y más urgencia a los cambios estructurales demandados masivamente en las calles y asambleas: Vida digna aquí y ahora. Que la prioridad sea la vida y los ecosistemas y no el capital y la propiedad.
El estado no nos cuida ni lo hará. Solo sabe de cifras de muertes. Como anarquistas hemos denunciado y luchado contra el estado históricamente, entendiéndolo sólo como la violencia organizada y financiada de los poderosos, su existencia misma atenta contra la organización libre y saludable de las comunidades. Así mismo, el Covid 19 nos recuerda algo que también quedó en evidencia con la revuelta: sólo nos tenemos a nosotrxs mismxs y a nuestra capacidad comunitaria y creativa para organizarnos y darles respuesta a nuestras necesidades vitales de manera colectiva. Por otro lado, ha quedado brutalmente demostrado el desprecio total que tienen los ricos por nuestras vidas, se ha hecho evidente una vez más el carácter de clase que tiene el conflicto social y ha sido demostrado quiénes actúan en defensa de la vida y quienes sólo gestionan la muerte:¡Ahí están, ellos son!
Hoy, estamos atravesando una vez más, un estado de excepción constitucional que abre un nuevo período de incertidumbre y lucha. Con un Estado que pone las medidas de control social por sobre las medidas sanitarias, sacando los militares a las calles como primera respuesta; que manda a “lavarse las manos” cuando en muchos territorios simplemente no tenemos agua, pues los grandes empresarios llevan años saqueándola; que manda a “quedarse en casa” después de desalojar a las familias de campamentos y tomas de terrenos y dejarnos en la calle; que a tantas nos manda a encerrar con nuestros agresores y potenciales femicidas; que manda a “mantener la distancia” cuando tantxs vivimos hacinadas en nuestras viviendas sociales o sub arrendadas; con un Estado, que en vez de socializar las camas del sistema privado de salud que tanto ha ganado por años, arrienda piezas de hoteles y centros de eventos para lxs infectadxs en cuarentena, entre otras medidas a favor del mercado y no de la salud pública y del cuidado de la vida.
Este nuevo escenario que se abre nos encuentra no sólo en la precariedad a la que nos quiere condenar el Estado, sino también nos encuentra en medio del proceso de lucha más importante desde hace décadas. Este proceso que no se detiene, pero que claramente cambiará de forma. Estamos en un escenario completamente nuevo y complejo. Vamos a tener que recordar cada experiencia de lucha acumulada durante estos más de 5 meses de revuelta (y la de tantos años). Vamos a necesitar profundizar las confianzas y las redes creadas, las experiencias de organización y contención comunitaria, tanto en salud, abastecimiento y en todo lo que se vaya necesitando en el andar de esta emergencia. Vamos a tener que ser responsables y cuidarnos, pero desconfiando siempre de los poderosos y su discurso mediático del “aislamiento social” como única posibilidad en su gestión de la crisis política y sanitaria en curso ¿Por qué deberíamos confiar? Nos han dado suficientes pruebas de que nos prefieren muertxs.
Vamos a tener que ser creativxs y audaces.
Vamos a tener que saber estar a la altura de las circunstancias y seguir fortaleciendo el tejido social que colectivamente veníamos construyendo junto a las organizaciones nacidas al calor de la lucha, apoyando los procesos de maduración de gestión y control territorial local por parte de las comunidades organizadas, seguir potenciando la atención sanitaria autónoma y la colectivización de los saberes y cuidados, además de los ejercicios prácticos de autogestión y acción directa. Debemos imaginar y experimentar formas de cuidados mutuos con criterios no estatales ni patriarcales, formas y prácticas que estén envueltas en una ética colectiva y una política emancipadora que crezca desde abajo. Debemos más que nunca estar unidxs y luchar juntxs contra el miedo y por la defensa de la vida digna para todxs.
Como último elemento, nos parece imprescindible enviarle un cariñoso abrazo a todes quienes se han involucrado de manera activa y llenxs de convicción en las luchas emprendidas por las comunidades y pueblos desde el 18 de octubre a la fecha. Entendemos y compartimos las dificultades anímicas y emocionales que pueden estar presentes en cada unx de ustedes en estos días. La violencia, las muertes, la tensión y la incertidumbre por la que atravesamos, sumado a este extraño período de reflujo en la lucha y la entendible ansiedad que esto puede provocar, podrían afectar directamente nuestra salud mental e integridad. Por eso, el deseo de compartir este cálido abrazo colectivo que atraviese las distancias y dificultades y llegue a todxs y cada unx de nuestrxs compañerxs en lucha.
No estamos solxs. Estamos en todas partes.
La lucha sigue
No nos mata la muerte, nos mata el Estado y el Patriarcado
Organización, autonomía y control territorial comunitario.
Asamblea Anarquista Autoconvocada
Bahía de Quintil»