ENTREVISTA A MIQUEL AMORÓS SOBRE EL MAYO DEL 68 ESTUDIANTIL ESPAÑOL

Entrevista de Manu, del Ateneo Libertario de Segorbe, a Miquel Amorós para el podcast La Nevera, a difundir en diversas radios libres, sobre su libro «Los ácratas en la Universidad Central (1967-1969)»

1.- ¿Qué fue lo que te animó a escribir sobre un grupo de activistas universitarios de los años 60?

Yo fui uno de esos activistas. Nada más entrar en la Universidad de Valencia me pusieron al corriente de las andanzas de los ácratas unos madrileños que se habían trasladado a la ciudad del Turia huyendo de la policía. Incluso conocí a uno de ellos. Por otra parte, la ritual efemérides del Mayo francés cada diez años dejaba sistemáticamente de lado el 68 de acá.

2.- Marcas el 18 de febrero de 1965 como el inicio del pronunciamiento estudiantil, la universidad entro en una especie de nueva normalidad a base de movilizaciones en un pulso contante con las autoridades hasta casi la muerte de Franco ¿Qué ocurrió ese día?

Un hecho que ahora parecería intrascendente. El rector de la Universidad Central de Madrid prohibió una conferencia sobre la democracia cristiana al catedrático Aguilar Navarro. El asunto de la democracia, aunque fuera con sotana, molestaba mucho a las autoridades.

3.-Ese año en 1965, los estudiantes entran en una dinámica de movilización represión que no acabaría hasta el año 68 69. Parecía ser que la universidad a pesar de estar destinada a la clase media/alta se había convertido en un foco de radicalización política que pillaba al régimen de improviso ¿Por qué sucedió todo esto?

En poco tiempo la dinámica que has señalado había acarreado la disolución del sindicato oficial de estudiantes, el SEU, politizando a casi toda la población estudiantil. Esta pasaba de hacerse preguntas sobre la enseñanza que recibía a cuestionar al régimen franquista y al sistema económico sobre el que medraba.

4.- Durante esos años es cuando se pasó del sindicato franquista al sindicato democrático. ¿Cómo se consiguió que las autoridades “aceptaran” un sindicato democrático?

Las autoridades nunca aceptaron un sindicato democrático, precisamente porque el sistema político que representaban no era democrático en absoluto, ni en la acepción burguesa más restrictiva. Intentaron sustituir al SEU con otras asociaciones, las APE y luego las AE, pero no tuvieron éxito.

5.-Y es aquí como un grupo de estudiantes surge criticando todo ese proceso de democratización del régimen, surgen los ácratas. ¿Quiénes eran y que reivindicaban este grupo?

Los llamados ácratas nacieron en oposición a los métodos autoritarios empleados por las células universitarias del Partido Comunista en el seno del pronunciamiento. Los comunistas querían imponer su política particular a todo el movimiento estudiantil, que consistía básicamente en forzar un diálogo con las autoridades a fin de legalizar el Sindicato Democrático donde trataban de acaparar cargos. A cambio, ofrecían la paz en la universidad. Para eso, tenían que moderar la respuesta de los estudiantes y acotar la democracia universitaria dentro de límites estrechos. Nada de asambleas decisorias y delegados revocables o rotativos, ni menos escaramuzas con la policía.

6.- Escribes que “Los estudiantes se percataban de los cambios que se avecinaban; se rebelaban no contra el pasado, sino contra el futuro” ¿A qué te refieres con ello?

La frase es de Agustín García Calvo. Los estudiantes de entonces eran casi todos hijos de burgueses y funcionarios, a los que un periodo de aprendizaje en una institución anquilosada y obsoleta permitía desclasarse, y por consiguiente, ignorar el pasado, que era el de sus progenitores. La información recibida por canales semiclandestinos, la reflexión y la discusión abierta llevaban a rechazar el prosaico destino laboral y social que les estaba destinado. No querían ser parte de la clase dominante y plegarse a su anodino modo de vida consumista: se rebelaban contra su futuro.

7.- El grupo Ácrata a pesar de ser un grupo mucho más de acción que de teoría se diferenciaban de demás nuevos grupos políticos de la universidad de no defender la democratización de la enseñanza, sino que su crítica iba más allá. ¿Qué era lo que ellos pensaban y por qué o contra que luchaban?

Insisto en que no eran un grupo. Eran un antigrupo, o más bien una movida con una clara inclinación al choque con la policía armada. En eso ya se diferenciaban bastante de los demás radicales. No querían controlar nada, ni imponer ninguna ideología, ni forjar ninguna organización. Sus fines eran elementales: lograr un grado suficiente de alteración de la vida universitaria, de modo que la reacción represora de las autoridades impulsara a la masa estudiantil a bloquear el funcionamiento académico y diera al traste con el aparato de enseñanza. Luego se procedería con de la misma suerte con las demás instituciones de la dictadura.

8.- ¿Cuál era la relación entre el grupo ácrata y Agustín García Calvo?

Había una relación de respeto, y por parte de algunos, de amistad. Agustín se había solidarizado con los estudiantes, lo que le había valido la expulsión de la Universidad y la persecución del TOP. La policía le acosaba a diario. Los ácratas asistían a veces a sus tertulias y le escuchaban con atención, pero discrepaban con él al priorizar la acción sobre la reflexión inactiva. Los ácratas ardían por combatir y Agustín prefería recrearse en la pereza.

9.- Se van conformando ya desde la aparición del SDEUM y del Grupo ácrata dos líneas bien diferenciadas de actuación ¿Cuáles eran?

Por un lado, la línea sindicalera centrada en pactar con la autoridad académica a través de un sistema jerárquico de delegados, sin control de la base, para después servirse de dicho pacto como instrumento de diálogo con la autoridad política. Por el otro, la línea antiautoritaria, que procuraba lanzar desde las asambleas un movimiento de guerrilla de campus con el objetivo final de derrocar al régimen de Franco.

10.- Hazañas de los ácratas.

Su corta y agitada existencia fue un reguero de ellas. Empezó con el apedreamiento del restaurante donde se reunía el fascista Blas Piñar con sus acólitos. Algunas salieron en los periódicos: el desarme de un policía de paisano infiltrado entre los estudiantes, el ataque a una furgoneta de la policía armada, la quema de una bandera española con el escudo del pollo en el hall de una facultad, el juicio popular de estudiantes fascistas violentos, el incendio de dos autobuses, el asalto al decanato de Ciencias, el boicot a la conferencia de Servan-Schreiber y el lanzamiento del crucifijo por la ventana del decanato de Filosofía, verdadero escándalo en su día al realizar la autoridad eclesiástica misas en desagravio que contaron con la presencia de ministros y generales.

11.- Va creciendo la escalada de tensión entre las autoridades franquistas y los estudiantes, haciéndose un ambiente cada vez más ácrata hasta llegar a un punto en que ya no se celebrarían con normalidad lo que siempre se ha entendido por clase.

Las asambleas se hicieron tan frecuentes que podría habarse de una sola asamblea permanente. El ambiente se hizo cada vez más radical y las clases normales, menos frecuentes, contribuyendo a ello las huelgas, los cierres de facultades, la presencia policial, las expulsiones y las detenciones.

12.-Y ya llega 1968. Dicen que los ácratas se adelantaron a lo que fue Mayo del 68 ya que muchos de ellos ya estaban perseguidos o en la cárcel y el ambiente contestatario de la universidad desbordaba totalmente la oposición domesticada que representaba el SDEUM. Huelgas indefinidas, dimisión de cargos del SDEUM, asamblea continua, cierre de facultades, ocupaciones.¿podemos decir que existió en la península ibérica un mayo del 68 como el francés?

Ese es el punto de vista que reflejo en mi libro. Se trató de un mayo que duró un año, desde el vuelo del cristo en enero, pasando por la proclamación de la Comuna Libre de Filosofía, el recital de Raimon, los juicios críticos a profesores y la destitución de dos ministros, hasta la quema del cuadro con la efigie de Franco en diciembre, o mejor, hasta la proyección del busto de Franco por la ventana del rectorado de Barcelona en enero del año siguiente, poco antes del asesinato de Enrique Ruano. El Sindicato Democrático fue rebasado por los acontecimientos y no tuvo más remedio que disolverse. No eran buenos tiempos para la lírica.

13.- Finalmente las autoridades se vieron tan desbordadas que adoptaron medidas judiciales desde el consejo de ministros, creación de una policía universitaria… hasta el asesinato por parte de la policía de Enrique Ruano.

Las medidas de mayor envergadura fueron, por un lado, la Ley General de Educación, que no era más que una reforma tecnocrática de la enseñanza en acorde con los nuevos tiempos de la economía; y por el otro, la creación de la Organización Contrasubversiva Nacional por el Alto Estado Mayor del Ejército a petición del mismísimo ministro de Educación, como complemento represivo de tal reforma. La OCN dio lugar luego al tristemente famoso Servicio Central de Documentación, SECED, del almirante Carrero. La ofensiva tecnopolicial condujo al asesinato del estudiante Enrique Ruano, lo que provocó una oleada de indignación tan grande e imparable que obligó a la declaración del estado de excepción. El franquismo acalló las voces internas que pedían apertura y se endureció irremisiblemente.

14.- Días después se llega a un clima de tanta tensión que la Junta del Gobierno ordenó el cierre de la Universidad “ante la situación creciente de desorden e indisciplina”; el ministro del interior, Fraga anuncia el Estado de excepción. Empieza una oleada de detenciones, registros nocturnos, expedientes y persecuciones en toda la península, logrando acabar con todo este movimiento.

Hubo centenares de detenidos y exiliados no solamente en el medio universitario, pero no se acabó con el movimiento de oposición radical, sino que este se extendió a diversos ámbitos, sobre todo al obrero. Los conflictos obreros causaron un reguero de muertos, produciéndose el primero durante la huelga de la construcción de Granada de mismo año 1969. El movimiento asambleario se desarrolló en las fábricas, tajos y barrios del Estado español con enorme rapidez desplazando en protagonismo al de los estudiantes.

15- ¿Cuál fue el papel histórico desempeñado de alguna forma por los ácratas?

La intervención de los ácratas, al desbaratar el reformismo universitario desde dentro, agudizó la percepción en el campus de la crisis profunda que incubaba la dictadura, que no solo era educativa y cultural, sino social y política. Pero la vieja sociedad no se resignaba a morir, mientras que la nueva no conseguía manifestarse claramente, o como diría Hegel, racionalmente. Nuevas fuerzas sociales pugnaban por salir a la luz envueltas en una maraña de intereses particulares que lastraban su avance, mientras el monstruo franquista iba dando sus últimos coletazos. Al final, el franquismo acordó su relevo con una oposición ávida de poltronas y algo a lo que llamaron democracia y no lo era cubrió políticamente a un invariable e intocable régimen capitalista.

19 de marzo de 2020.

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