Los ataques atribuidos a grupos yihadistas en el Sahel y África Occidental registran una tendencia al alza en los ataques reportados desde el año 2016 en la región, con niveles superiores a la media en lo que va de 2020.

– Superposición global de la presencia del Estado Islámico (ISGS) y Jama’a Nusrat Al Islam Wal Muslimin (JNIM) reflejada en la codificación de ataques atribuibles a uno u otro en áreas comunes de operación.

Los grupos terroristas africanos establecen un récord de actividad violenta
Análisis del Centro Africano de Estudios Estratégicos.

Los grupos terroristas afincados en el Sahel y África Occidental han protagonizado un crecimiento casi ininterrumpido en la actividad violenta, aunque el enfoque de esto ha cambiado con el tiempo.

Una revisión de los episodios violentos que involucraron a los grupos   en África terroristas durante la última década subraya la creciente y cambiante amenaza que representan estos grupos.

Los hallazgos clave incluyen:Un aumento del 31 por ciento en los actos violentos que involucraron a grupos terroristas en África en los 12 meses hasta el 30 de junio de 2020, representa un récord de actividad violenta por parte de estos grupos. Con 4.161 actos violentos, este período marca la primera vez que este total supera los 4.000 y refleja un aumento de seis veces desde 2011 (693).

El aumento de la actividad terrorista en África está presentado en cuatro de los cinco principales escenarios de actividad extremista violenta en África: Somalia, la cuenca del lago Chad , el Sahel occidental y Mozambique . El norte de África es el único teatro que ha experimentado un declive, continuando una tendencia a la baja desde 2015.

El Sahel ha experimentado la escalada de violencia más dramática desde mediados de 2017. Los eventos vinculados a los grupos que formaron la coalición de Jama’at Nusrat al Islam wal Muslimin (JNIM) y el Estado Islámico en el Gran Sahara (ISGS) registraron un aumento colectivamente casi siete veces desde ese momento (de 147 operaciones a 999 ataques durante los 12 meses hasta el 30 de junio de 2020).

La mayoría de los ataques violentos en el Sahel en 2020 se produjeron en Burkina Faso (516 frente a 361 en Malí y 118 en Níger). 

La cuenca del lago Chad casi duplicó la actividad desde junio de 2017 (de 506 eventos a 964). Enfrentando una amenaza relativamente nueva, Mozambique experimentó un aumento de casi siete veces (de 39 eventos en 2018 a 306 durante los 12 meses anteriores al 30 de junio de 2020). 

Las muertes reportadas vinculadas a grupos militantes islamistas en África aumentaron un 26 por ciento (12.507 frente a 9.944 muertes el año anterior). 

Esto pone fin a 3 años de relativa estasis en el número total de muertes vinculadas a grupos militantes islamistas en África. Gran parte de este aumento se atribuye a la violencia en el Sahel (4.404 frente a 1.538 muertes el año anterior). Mientras tanto, Mozambique experimentó el mayor aumento porcentual de muertes reportadas durante el año pasado (219 por ciento).

Si bien sigue siendo el grupo terrorista más activo de África, al Shabaab se relacionó con un 17 por ciento menos de muertes durante el año pasado, continuando una tendencia descendente de dos años.

Las líneas de tendencia también revelan una expansión de la violencia contra la población civil. Los ataques de grupos terroristas contra civiles aumentaron un 47 por ciento desde junio de 2019. La violencia contra civiles ahora representa el 31 por ciento de la actividad de los grupos islamistas en África en comparación con el 17 por ciento en 2017.

Los grupos islamistas militantes en Mozambique están vinculados a la mayor proporción de ataques contra civiles en el último año (78 por ciento), seguidos por la cuenca del lago Chad y el Sahel (42 por ciento y 36 por ciento, respectivamente).

Fuente: ECSaharaui