Lo que está ocurriendo ahora con la Humanidad es que el capitalismo y sus estados burgueses nos están llevando al borde del precipicio en muchos sentidos, y bastará un empujón más para que, bien nosotros nos matemos en una guerra (nuclear, etc.) o la Naturaleza haga el resto, llevándonos a la catástrofe más aterradora.

Con esto último me estoy refiriendo a lo que se llama el efecto de la caída de las fichas de dominó (basta hacer fuerza para que caiga la primera, y lo harán todas en una reacción en cadena, sin necesidad de más intervención), la retroalimentación positiva (circulo vicioso, caída en espiral), la caída en cascada, el derrumbe de un castillo de naipes con sólo retirar muy pocos pero estratégicamente situados…, expresiones que todas/os entendemos a qué se refieren, aunque sea intuitivamente.

Y además los procesos pueden ser irreversibles de todo punto. No hace falta esfuerzo ni violencia para que una persona caiga por un precipicio, pero no habrá manera de devolverla a la vida y seguramente costará mucho trabajo el rescate del cadáver. Si tienes un recipiente con agua y lo haces hervir hasta que todo su contenido se evapore, eso será irreversible hasta que pasado mucho tiempo esa agua, tal vez, vuelva a caer en algún lugar en forma de lluvia, pero ya no la tendrás disponible como antes, sobre todo si lo has hecho en las arenas de un desierto.

I.- “TIERRA INVERNADERO”, un RIESGO que tal vez ni el cumplimiento de los ACUERDOS de PARÍS puedan evitar.

Había publicado mi artículo dedicado al libro “Colapsología” (NOTA 1), cuando me he decidido a leer de una vez desde el inicio (no de aquí y allá) el libro de Daniel Tanuro “¡Demasiado tarde para ser pesimistas! (La catástrofe ecológica y los medios para detenerla)” (Sylone y Viento Sur, Barcelona, 2020, 159 páginas) https://vientosur.info/demasiado-tarde-para-ser-pesimistas-2/ — http://www.sylone.org/ecosocialismo-c102x3862845 . Un artículo del autor, con el mismo título https://rebelion.org/demasiado-tarde-para-ser-pesimistas/

Y ahí, en la página 21 he topado con el epígrafe titulado “El espectro del planeta invernadero” que a su vez remite a un artículo científico muy importante. De éste último puedo extraer muchos párrafos, pues está publicado bajo la licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives License 4.0 (CC BY-NC-ND), pero del libro de Tanuro debo limitarme a citas mucho más cortas, pero que servirán para animaros a leer todo el libro que, desde la primera página, te engancha, pues científicamente está muy fundamentado y políticamente es muy poderoso.

Dice Tanuro: “El GIEC [Grupo Intergubernamental de expertos sobre la Evolución del Clima] no hace investigaciones, compila trabajos existentes. Sus informes son necesariamente conservadores. Lejos de forzar el trazo, más bien lo atenúan [pues en ellos intervienen los gobiernos, no sólo los científicos]. Como ejemplo, el informe sobre el 1,5° C no integró un reciente artículo según el cual el calentamiento “antrópico” [resultado de la actividad humana] amenaza con empujar a la Tierra fuera del régimen, relativamente estable, en el que oscila desde hace 1,2 millones de años, entre período glaciales e interglaciales [períodos glaciales en los que buena parte de la Tierra está cubierta por una gran capa de hielo, y la interglacial, en que no]. El planeta está actualmente en la cúspide de un período interglacial. La tesis de las y los autores del artículo es que en lugar de girar muy lentamente hacia una glaciación (¿en 30.000 años?), el calentamiento lo haría desviar hacia un nuevo régimen, llamado “planeta invernadero”, con una temperatura media de 4° C a 5° C por encima de las temperaturas preindustriales, y con un nivel de los océanos estabilizado, a la larga, entre diez… y sesenta metros más alto que hoy. […] podrían iniciarse, embalarse y volverse irreversibles a partir de un calentamiento de [“sólo”] 2° C [gracias a] una cascada de “retroacciones positivas” [o sea] los efectos del calentamiento que aceleran el calentamiento”. (Los corchetes y subrayados con míos).

Añado. El estudio afirma que incluso alcanzando los objetivos de los Acuerdos de París, no se puede excluir el riesgo de abocarnos a esa catástrofe.

Tanuro se extiende en informaciones y reflexiones sobre la situación y peligros para el casquete glacial de Groenlandia, Antártico (polo Sur), la Corriente de Golfo atlántica, etc., que ponen los pelos de punta.

Aunque sólo sea de oídas, sabréis que una “media de 4° C a 5° C por encima de las temperaturas preindustriales” no es mucho, no es una barbaridad, es una hecatombe para nuestra especie y millones más (empezando por aquellas de las que nos alimentamos en la agricultura, pesca y ganadería) que sería irreversible y duraría cientos de miles de años o más (a escala de la supervivencia humana, como si fuese para siempre); y qué decir de la elevación del nivel del mar que sumergiría enormes superficies terrestres, las actuales costas y sus proximidades, en las que habitan miles de millones de personas y que tienen un papel central en la economía mundial (puertos navales, industrias, servicios, redes de comunicaciones…). Ya “sólo” con 3° C más, estaría garantizado el colapso de la agricultura mundial. Con 5° C sólo con muchísima suerte y esfuerzo, la especie humana no se extinguiría completamente. Con 6° C, llegaría la extinción generalizada de las especies, hasta dejar la vida reducida casi a la nada, para, en el mejor de los casos, tras millones de años, empezar casi desde cero. Y debido a las dinámicas de retroalimentación, efecto dominó, etc., no sería nuestro esfuerzo directo en cada fase el que nos llevase a la superior, sino un automatismo planetario, ya inevitable e irreversible por mucho que nos empeñásemos.

Según se avanzase a esos escenarios, incluso en una fase muy temprana (1,5° C y 2° C), unamos a esto las tensiones nacionales e internacionales, por la necesidad de alimentos y otros recursos, el desplazamiento de millones de personas, etc., y se eleva exponencialmente el riesgo de guerras y su escalada hasta la guerra nuclear, etc., y la definitiva extinción de nuestra especie.

Pero no creáis que eso nos quedaría muy lejos, pues “gracias” a los intereses capitalistas y la política de sus estados, encontrándonos ahora a algo más de 1° C por encima de las temperaturas preindustriales, los 1,5° C “al ritmo actual de emisiones, este nivel se alcanzará entre 2030 y 2052” (Daniel Tanuro, página 19).

El artículo al que se refiere Tanuro es el escrito por dieciséis científicos/as titulado “Trajectories of the Earth System in the Anthropocene” (Trayectorias del sistema terrestre en el Antropoceno) de junio-agosto 2018, accesible en PANS (Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America) https://www.pnas.org/content/115/33/8252 al que acompaña un extenso y detalladísimo Apéndice de 20 páginas, en https://www.pnas.org/content/pnas/suppl/2018/07/31/1810141115.DCSupplemental/pnas.1810141115.sapp.pdf . Gracias al ordenador puedo traducir el artículo al español, pero el Apéndice en pdf me daría mucho trabajo traducirlo, con sus tablas, etc., y no quiero retrasar la publicación de éste, y es muy probable que vosotros os defendáis en la lectura del inglés.

La época geológica en la que vivimos es el Holoceno, sin embargo, la actividad humana mediante la economía capitalista industrial, está dando lugar a una modificación tal del medio ambiente que dejará su huella en el registro geológico, y por eso se la llama Antropoceno, aunque más justo sería llamarla Capitaloceno. El horizonte catastrófico al que podríamos estar marchando, tan inconscientemente y con tantísimo empeño, es lo que los autores del estudio llaman de “Tierra invernadero” (no confundir con el natural efecto invernadero en la Tierra, pues se trataría de una Tierra con unas condiciones de temperatura como las de un invernadero, muy superiores a las existentes fuera de él, es decir, a las actuales en la Tierra).

Y ahora paso a citar sólo las partes más destacadas, menos técnicas, más fáciles de entender, del referido artículo publicado por dieciséis científicos/as. Los subrayados y corchetes son míos para ayudar a la lectura de un texto tan “frío” como el informe médico forense sobre el asesinato de una persona querida.

“La dinámica del sistema terrestre se puede describir, estudiar y comprender en términos de trayectorias entre estados alternos separados por umbrales que están controlados por procesos, interacciones y retroalimentaciones no lineales. Basándonos en este marco, argumentamos que las tendencias y decisiones sociales y tecnológicas que ocurran durante la próxima década o dos podrían influir significativamente en la trayectoria del Sistema Tierra durante decenas a cientos de miles de años y potencialmente conducir a condiciones que se asemejan a los estados planetarios que fueron la última vez vistas hace varios millones de años, condiciones que serían inhóspitas para las sociedades humanas actuales y para muchas otras especies contemporáneas. […]

En el futuro, el sistema terrestre podría seguir potencialmente muchas trayectorias ( 12 , 13 ), a menudo representadas por la amplia gama de aumentos de temperatura global simulados por modelos climáticos ( 14 ). En la mayoría de los análisis, estas trayectorias están impulsadas en gran medida por la cantidad de gases de efecto invernadero que las actividades humanas ya han emitido y seguirán emitiendo a la atmósfera durante el resto de este siglo y más allá, con una presunta relación cuasilineal entre las emisiones acumuladas de dióxido de carbono y las emisiones globales, aumento de temperatura ( 14). Sin embargo, aquí sugerimos que los procesos de retroalimentación biogeofísica dentro del Sistema Tierra junto con la degradación humana directa de la biosfera pueden jugar un papel más importante de lo que normalmente se supone, limitando el rango de trayectorias futuras potenciales y eliminando potencialmente la posibilidad de trayectorias intermedias. Argumentamos que existe un riesgo significativo de que estas dinámicas internas, especialmente las fuertes no linealidades en los procesos de retroalimentación, puedan convertirse en un factor importante o quizás incluso dominante en la dirección de la trayectoria que el Sistema Tierra realmente sigue en los próximos siglos.

Este riesgo está representado en las Figs. 1 y 2 por un umbral planetario (línea discontinua horizontal en la Fig. 1 en la trayectoria de la Tierra Invernadero alrededor de 2 ° C por encima de la temperatura preindustrial). Más allá de este umbral, las retroalimentaciones biogeofísicas intrínsecas en el sistema terrestre ( retroalimentaciones biogeofísicas ) podrían convertirse en los procesos dominantes que controlan la trayectoria del sistema. Es incierto dónde podría estar exactamente un umbral planetario potencial (15, 16 ). Sugerimos 2° C debido al riesgo de que un calentamiento de 2° C pueda activar elementos de vuelco importantes (12, 17), elevando aún más la temperatura para activar otros elementos de vuelco en una cascada similar a un dominó que podría llevar al Sistema de la Tierra a temperaturas aún más altas ( Cascadas de vuelco ). Estas cascadas comprenden, en esencia, el proceso dinámico que conduce a umbrales en sistemas complejos (sección 4.2 en ref. 18 ).

Este análisis implica que, incluso si se alcanza el objetivo del Acuerdo de París de un aumento de la temperatura de 1,5° C a 2,0° C, no podemos excluir el riesgo de que una cascada de retroalimentaciones empuje al sistema terrestre irreversiblemente a una ruta de “Tierra de invernadero”. El desafío al que se enfrenta la humanidad es crear una vía de “Tierra estabilizada” que aleje al Sistema Tierra de su trayectoria actual hacia el umbral más allá del cual se encuentra la Tierra Invernadero ( Fig. 2). La vía de la Tierra Estabilizada creada por humanos conduce a una cuenca de atracción que no es probable que exista en el paisaje de estabilidad del Sistema Terrestre sin la administración humana para crearla y mantenerla. La creación de un camino y una cuenca de atracción de este tipo requiere un cambio fundamental en el papel de los humanos en el planeta. Esta función de rectoría requiere una acción deliberada y sostenida para convertirse en una parte integral y adaptativa de la dinámica del Sistema Terrestre, creando retroalimentaciones que mantengan al sistema en un camino de Tierra Estabilizada ( Camino Alternativo de Tierra Estabilizada ). […]

La trayectoria del Sistema Tierra está influenciada por retroalimentaciones biogeofísicas dentro del sistema que pueden mantenerlo en un estado dado (retroalimentaciones negativas) y aquellas que pueden amplificar una perturbación e impulsar una transición a un estado diferente (retroalimentación positiva). Algunas de las retroalimentaciones negativas clave que podrían mantener el sistema terrestre en condiciones similares al Holoceno, en particular, la absorción de carbono por los sistemas terrestres y oceánicos, se están debilitando en relación con el forzamiento humano ( 19 ), lo que aumenta el riesgo de que las retroalimentaciones positivas puedan desempeñar un papel importante en determinar la trayectoria del Sistema Tierra. La Tabla 1 resume las retroalimentaciones del ciclo del carbono que podrían acelerar el calentamiento, mientras que el Apéndice SI , Tabla S2 describe en detalle un conjunto más completo de retroalimentaciones biogeofísicas que pueden desencadenarse forzando niveles que probablemente se alcanzarán en el resto del siglo. […]

Nuestro análisis se centra en la fuerza de la retroalimentación entre ahora y el 2100. Sin embargo, varias de las retroalimentaciones que muestran una magnitud insignificante o muy pequeña para el 2100 podrían, no obstante, activarse mucho antes de esa fecha, y eventualmente podrían generar una fuerza de retroalimentación significativa durante períodos de tiempo más largos: siglos. e incluso milenios, y por tanto, influyen en la trayectoria a largo plazo del sistema terrestre. Estos procesos de retroalimentación incluyen el deshielo del permafrost, la descomposición de los hidratos de metano del océano, el aumento de la respiración bacteriana marina y la pérdida de las capas de hielo polar acompañadas de un aumento en el nivel del mar y una posible amplificación del aumento de temperatura a través de cambios en la circulación oceánica (33). […]

Si bien esto puede parecer un escenario extremo, ilustra que un calentamiento en el rango incluso del grupo de temperaturas más bajas (es decir, los objetivos de París) podría provocar un vuelco en los grupos de temperaturas medias y altas a través de efectos en cascada. Con base en este análisis de las cascadas de vuelco y adoptando un enfoque de aversión al riesgo, sugerimos que podría ocurrir un umbral planetario potencial con un aumento de temperatura tan bajo como ± 2,0 ° C por encima de la preindustrial (Fig. 1). […]

En esencia, la vía de la Tierra Estabilizada podría conceptualizarse como un régimen del Sistema Terrestre en el que la humanidad desempeña un papel activo de rectoría planetaria para mantener un estado intermedio entre el ciclo límite glacial-interglacial del Cuaternario tardío y una Tierra de invernadero (Fig.2). Enfatizamos que la Tierra Estabilizada no es un estado intrínseco del Sistema Terrestre, sino más bien, uno en el que la humanidad se compromete a seguir un camino de gestión continua de su relación con el resto del Sistema Terrestre.

Un tema crítico es que, si se cruza un umbral planetario hacia la vía de la Tierra Invernadero, acceder a la vía de la Tierra Estabilizada se volvería muy difícil sin importar las acciones que pudieran tomar las sociedades humanas. Más allá del umbral, las retroalimentaciones positivas (de refuerzo) dentro del Sistema Tierra, fuera de la influencia o el control humanos, podrían convertirse en el impulsor dominante de la ruta del sistema, ya que los elementos de inflexión individuales crean cascadas vinculadas a través del tiempo y con el aumento de la temperatura ( Fig.3 ). En otras palabras, después de que el Sistema de la Tierra se comprometa con la vía de la Tierra Invernadero, la vía alternativa de la Tierra Estabilizada probablemente se volvería inaccesible como se ilustra en la Fig.2. […]

Sugerimos que se requiere una transformación profunda basada en una reorientación fundamental de los valores humanos, la equidad, el comportamiento, las instituciones, las economías y las tecnologías. Aun así, el camino hacia la Tierra Estabilizada implicará cambios considerables en la estructura y el funcionamiento del Sistema Terrestre, lo que sugiere que las estrategias de creación de resiliencia [capacidad de adaptación a una situación adversa] recibirán una prioridad mucho mayor que en la actualidad en la toma de decisiones.” (FIN de las citas).

II.- MI CONCLUSIÓN.

No soy científica y me siento incapaz de discutir en esos términos con los autores de ese artículo. Pero evidentemente no son ni unos becarios, ni unos influencers gilipollas de las redes sociales, a los que millones de personas hacen caso. Si no nos tomamos en serio a científicos/as como estos, no sé quién puede merecerlo. Pueden estar equivocados (¡ojalá!), pero no por ello podemos ignorarlos como si el asunto no fuese con nosotros, nuestra descendencia, la Humanidad entera, millones de otras especies, la supervivencia, nada menos.

Como ya lo he expresado en otras muchas ocasiones, vivimos en Babia. Basta poner la televisión, acceder a las redes sociales, observar nuestro estilo de vida y rutinas diarias, asistir a las movidas políticas imperantes, etc., para comprobar que lo advertido en ese artículo está a años luz de los objetos diarios que copan nuestra conciencia, motivación, deseos, preocupaciones, actividades… Y sin embargo, puede ser mil veces más real, y por supuesto incomparablemente más trascendental y peligroso, que cualquier otra cosa con la que nos ocupamos y entretenemos a diario, y que nos hace vivir como en un sueño.

Nuestro Titanic puede estar a punto de colisionar con el iceberg que lo hundirá, si no cambiamos de rumbo a tiempo. Y aunque muchos nos lo advierten, la inmensísima mayoría preferimos ignorarlo ahogando el aviso con nuestro griterío, para seguir cenando, parloteando, bailando, como si no fuese a pasar nada o, en todo caso, en un futuro lejano que no nos afectaría. Sin embargo es muy real y nos va en ello la vida, pero no lo queremos saber, y menos creer, hasta que ya sea demasiado tarde.

Nuestra inconsciencia voluntaria, falta de sentido de la responsabilidad, falta de sentido de la realidad, nos está convirtiendo en una Humanidad suicida, que no desea ser plenamente consciente de sus problemas, menos incluso de sus causas, y aun menos de lo que debiera hacer para evitar el futuro que se está ganando a pulso, aunque podría merecer algo mejor.

Esto ocurre incluso entre muchísima de la gente más luchadora y consciente social y políticamente, que prefiere dedicar su tiempo y energías a cuestiones muy menores que apenas o nada contribuirán a nuestra liberación, en lugar de profundizar y comprometerse con los asuntos que sí. Por eso, un artículo como éste tiene muchas menos probabilidades de ser leído o compartido en las redes sociales, que muchísimos otros. De ahí que, como provocación también, le acompañe como imagen el cartel que dice “No querrás saberlo”.

Lo estamos viendo ahora también con la pandemia de la covid-19, la combinación de irresponsabilidad criminal de la burguesía y sus estados, y del narcisismo, inconsciencia, falta de empatía y solidaridad de muchísima gente “de a pie” que, pese a los muertos, las graves secuelas de la enfermedad, el confinamiento domiciliario pasado, la actual crisis económica, el enorme esfuerzo y riesgo durante meses del personal sanitario, el riesgo de un confinamiento próximo, más crisis…, sigue faltando a algo tan básico como ponerse bien la mascarilla y que ésta sea eficaz (no haya sobrepasado su tiempo, etc.), no sólo un complemento facial y un evita-multas.

Ahora es como si estuviésemos navegando en una balsa por un río muy caudaloso y con una corriente cada vez más fuerte. Dentro de muy poco podríamos alcanzar el punto de no retorno, esto es, ya sería imposible navegar contra la corriente, ni siquiera acercarnos a la orilla para desembarcar e inútil lanzarnos al agua para nadar, pues de todos modos, la fuerte corriente nos arrastrará hasta una enorme catarata, y el impacto de la caída descontrolada desde tantísima altura, el peso de la columna de agua sobre nosotros y la inmersión en aguas profundas y turbulentas, nos matará. De nada habrá servido que poco antes hayamos sido, ¡por fin!, plenamente conscientes del peligro, nos lo hayamos creído, y reaccionado haciendo esfuerzos desesperados, pues ya será nuestro destino.

¿La solución?. Viene a ser esencialmente la misma que propone Daniel Tanuro en su libro. Si queremos un futuro con una Tierra Estabilizada, se hace imprescindible y urgente la revolución socialista mundial y el eco-socialismo-comunismo, con una economía democráticamente planificada, perfectamente factible hoy día.

¿Que eso es imposible? Seguro que lo es si así lo creemos, si seguimos cerrando los ojos a la realidad y perdiendo el tiempo como hasta ahora. Pero más imposible será nuestro futuro si tienen más o menos razón estos científicos, pues escaparía totalmente a nuestra capacidad de control. Sin embargo, ellos mismos creen en la posibilidad, todavía, de evitarlo y de conseguir una Tierra Estabilizada, si procedemos a “transformaciones profundas” en nuestra forma de vida que, sin duda, deberían ir en una vía progresista, pues hablan de “valores humanos, equidad”. En la práctica, esto supondría una revolución eco-socialista-comunista, pues no habrá capitalismo y Estado burgués que pueda solucionarlo, como también explica Daniel Tanuro en su libro “El imposible capitalismo verde” (La Oveja roja, Viento Sur, 2012, Madrid, 239 páginas) https://vientosur.info/el-imposible-capitalismo-verde/ . Un extenso comentario de Alfonso Rodríguez de Austria Giménez de Aragón http://revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/revistas/n14/Resen-3.-alfonso.pdf . Una entrevista a Daniel Tanuro https://www.lahaine.org/mundo.php/colapsologia-todas-las-derivas-ideologicas , también la misma en https://izquierdaweb.com/cambio-climatico-entrevista-a-daniel-tanuro/ ; artículos de Daniel Tanuro https://rebelion.org/autor/daniel-tanuro/

Si queréis profundizar más en el tema, os remito al artículo mencionado en la Nota 1, que a su vez os ofrecerá muchísimos e importantes recursos, y también a otro dedicado a los opios del pueblo (NOTA 2), que hará otro tanto.

Terminaré con las palabras con las que Daniel Tanuro termina su libro «Sólo hay una certidumbre: “quien combate no está seguro de ganar, pero quien no combate, ya está perdido” (Bertold Brecht). Es demasiado tarde para ser pesimistas. Hay que luchar.»

NOTA 1.- «“Colapsología” de Servigne y Stevens: ¿horizonte, espejismo, abismo?» (29-10-2020) – Reseña y comentario crítico del libro. Sobre la amenaza de un colapso de la civilización industrial, autodestrucción de la Humanidad, y qué alternativa debemos construir desde ya mismo si queremos salvarnos https://kaosenlared.net/colapsologia-de-servigne-y-stevens-horizonte-espejismo-abismo/

NOTA 2.- “Opios del pueblo: final feliz, viaje del héroe, progreso, victoria final segura” (22-9-2020) ilusiones, mitos y autoengaños de todo orden que debemos superar si no queremos la derrota total y la autodestrucción; recursos importantes para profundizar – https://kaosenlared.net/opios-del-pueblo-final-feliz-viaje-del-heroe-progreso-victoria-final-segura/

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