“sE VENDEN HUMANIDADES”(Cuento de Alfredo Velasco)

SE VENDEN HUMANIDADES

El gobierno elabora un Decreto Ley de Urgente aplicación para prohibir la quema de billetes de curso legal en protestas anticapitalistas. Billetes ardiendo saliendo por la televisión. ¿Están locos estos disidentes? Nuestro utilísimo- ¿hay algo más útil que el dinero?- efectivo quemado por manos nihilistas y antihumanistas. Es el caos, el fin del mundo, el mundo al revés. Los sin poder haciendo algo tan poco testimonial como fundir oro y echarlo al mar – ¡Es disidencia incontrolada!. Funden monedas y cambia el mundo- ¿La utopía de los ricos en peligro?-. Vacían el agua de la bañera con el bebe dentro. Dicen que renuncian a todo menos a vivir. Asesinan el fruto del trabajo. Sabotean los impuestos y la caridad. Mienten que el dinero no se come. Detectan entre sus guarismos de valor nominal sangre, sudor y lágrimas. Que les queda el alma, chillan. También destruyen relojes. La vida carece de tiempo y se llena de momentos de acción. Se llaman ludditas de la mentira y rallan con pobres cuchillos las pantallas. Dicen que su realidad no es espectacular pero si épica. Son tan cínicos que dicen que son adictos al agua potable, al  aire oxigenado y a los parajes naturales bellos. Venden humo, está claro, pues dicen que contaminar está en oferta en las megalópolis de los invisibles. Acumulan presencias olorosas y concretas, llaman personas a gente sin vicios y con defectos.  Insultan a los coches de alta gama diciendo que son horribles e imperfectos. No mantienen la línea diciendo que la moda mayoritaria es despreocuparse de su corpulencia y pelos. ¿Quiénes son estas bestias que aprenden los unos de los otros sin cursos ni maestros? Se cuidan dicen, los unos a los otros, ¿carecen de ego o inexisten como individuos? Comparten sus virus y practican sexo no masturbatorio sin artefactos-¡como animales! Son unos cerdos, se revuelcan en abrazos y masajean, se besan y dan cremas en la piel. Dicen que se plantan en la calle, como si el espacio público no estuviera para que circulen los empadronados de casa al trabajo y del trabajo a casa y para los tributadores del Ayuntamiento que pagan religiosamente a La Iglesia Financiera. Sólo verlos y echo mano a la cartera, quieren robarnos la esperanza en un mundo en que cada vez somos más ricos los que nos lo merecemos. Nos dan duros a cuatro pesetas, arrogándose el deber de los Bancos y Entidades Financieras. Hacen sentadas en vez de admitir que todos queremos estar lejos de nuestros pasos, bajo el sol y las palmeras de Siberia. ¡Se mantienen en silencio y nos impelen a pensar! Dicen que respiremos, que también es importante. Que nos derramemos mas en los que amamos y tengamos menos orgasmos de consolador-¡son puritita mierda!-. Dicen que la juventud no se ríe de todo y que su conciencia no es mero trámite de lo eterno. Piden con urgencia  que la policía disuelva los partidos políticos de derecha e izquierda e instaure la Democracia de los antiguos iguales, antes de disolverse con flores en los bolsillos. Gritan que nacieron en un mundo mejor que el país de cualquier nacionalista y que son multivalentes, mestizos y viejóvenes. Se aman entre ellos y lo llaman rezar a Dios. No ven las noticias y se llaman librepensadores. Dicen que el mundo es oscuro pero su sangre arde. No están de vuelta de nada y quieren perderse hacia el siglo XXII, por seguir la vaina.  Cantan y nos espantan, su mal dicen que somos nosotros, los responsables de contar el aire. Son tan guarros que pintan las paredes y el asfalto de las carreteras. No son realistas, solo creen en los milagros de las personas.  Carecen de Ley, todo lo hacen de acuerdo, en contubernio y sin luz ni taquígrafos, de palabra y con un apretón de manos.  ¡Que las paguitas los confundan! Tienen la rabia del demonio: dicen que las monedas contagian enfermedades y los billetes la sarna de la vanidad. ¡Algunos echan billetes dentro de la lavadora y los destruyen con agua y detergente! Llevan una dieta tan sucia que no quieren pasar hambre ni sed jamás en su vida-¡la arrogancia de los usurpadores!-. Afirman que el Estado y el Sistema tienen derecho a desaparecer cuanto antes. ¡Tiempos vendrán que nos harán peores! ¡Que estulticia la de progresar hacia la salvación! ¡Paletos que rescatan esa antigualla de palabra: Libertad! Reviven mi asco pomiéndome el cepo como si no fuera la mascota de Belcebú, el becerro de oro, la Economía. ¡Que tiempos! Sólo faltaba que volviera Cristo. En fin, mucha libertad de los mercados, mucho consumismo, mucha avaricia y mas codicia. Que no me entere yo que no sois yonkys del dinero, ávidos de dólares y os conformáis con lo que abunda: Humanidades en el Universo.

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