CORRUPCIÓN MÉDICA

CORRUPCIÓN MÉDICA

“La maldad humana campa a sus anchas perfectamente organizada”(Miguel Jara)

Decía San pablo que todos los pecados se resumían en el mandato “No codiciarás” y que el pecado base es el de soberbia. La codicia ha inundado todos los niveles de la industria de la salud capitalista con lo que lo que  falla es todo el sistema sanitario. Propiamente, la acción delictiva se resume en el llamado “tarugueo”, el recetar medicamentos incentivados por dádivas al prescriptor médico, la corrupción o el cohecho médicos. Pero la maldad codiciosa no tiene límites ni falta de ingenio.

En el nivel científico la Ciencia médica está al servicio de la industria de dominación y explotación con lo que sus tecnologías aplicadas de sanación no son neutrales ni al servicio de las necesidades de salud pública. La Ciencia no es la verdad sino lo que interesa a la industria y al servicio de los que la sufragan económicamente. La Ciencia hace mucho que dejó de ser un conocimiento objetivo sobre la realidad fenoménica al servicio de la Humanidad para un progreso constante hacia la excelencia y el bien de ésta. El conocimiento se ha privatizado y se ha convertido en “Propiedad intelectual”. Numerosas corporaciones acaparan el control de la información que determina el funcionamiento de la vida. Mediante tres estrategias los grandes sectores económicos están acaparando el conocimiento científico y prostituyendo la Ciencia enfocándola hacia el mercado y desviándola de su objetivo supremo: las personas, el avance humano. Cada vez más, el funcionamiento de la Ciencia está subordinado al capital privado. Ya en el año 2000 en EEUU y Japón la inversión privada era dos terceras partes del total de Investigación y Desarrollo. En la Unión Europea(UE), el 56%. Las multinacionales que más daño social y medioambiental causan controlan las universidades e instituciones investigadoras. En segundo lugar, existen claras conexiones entre los organismos públicos y los intereses privados. Como ocurre en España, por ejemplo, la industria biotecnológica controla el Comité Asesor del Reino Unido sobre Liberaciones al Medio Ambiente, y abundan los ejemplos parecidos. En tercer lugar, las presiones sobre los científicos independientes que están haciendo descubrimientos que favorecen a las personas y que a las compañías no les interesa que se conozcan están sufriendo fuertes presiones, de tinte mafioso en muchos casos. Hay profesores censurados por denunciar la contaminación genética que produce el maíz transgénico, por ejemplo, en México, y cuando los científicos no apoyan los dictados de los gobiernos pro corporaciones como el de EEUU son perseguidos, ignorados o presionados para que cambien su actitud crítica y ética. “El mercado determina si una aplicación tecnológica es o no apropiada, independientemente de su importancia y de sus consecuencias para la sociedad y el medio ambiente”. Existe un claro vínculo entre el progreso, el desarrollo tecnocientífico y la crisis ecológica.

Aparte hay científicos que venden su prestigio a corruptores de mucho dinero. Por ejemplo, muchas de las 104.000 sustancias químicas liberadas en el ambiente son nocivas para la salud y están provocando cánceres. Según las estadísticas oficiales, más de 100.000 cada año en España. Las cifras de personas afectadas por enfermedades relacionadas con los productos químicos tóxicos no paran de crecer. Un artículo del periódico español “El País” citó que un grupo de científicos unidos en torno a la organización “Sense About Science”(Ciencia Con Sentido) criticó el mensaje de dos famosos a favor de alimentos sin química. Pero lo que no contó la redactora del diario era que los lobbies industriales de casi todos  los sectores, pero especialmente del químico y farmacéutico financian asociaciones científicas que trabajan para deslegitimar todo aquello que pueda poner en peligro los intereses económicos de sus patrocinadores. Sense About Science  es un clarísimo ejemplo. Existen científicos que comen de la mano de los sectores económicos más sucios y antisociales. Forman grupos de presión a favor de las compañías que les financian. Este grupo de científicos es un lobby pagado, entre otros, por farmacéuticas e instituciones pro químicos tóxicos. Una de sus especialidades es atacar a personas y colectivos que apuesten por una cultura natural, que no sigan los mandatos del entramado tecno científico actual. Son la voz de su amo, que alquilan su “prestigio” para salvar la cara de las industrias que están lucrándose con la pérdida de salud de las personas y que dañan nuestro medio ambiente.

Pero, donde hay corrupción pierden las poblaciones y ganan los corruptores que se llevan la parte del león del “arte” de la codicia. Ciertas minorías sin ética están consiguiendo un enorme beneficio económico a costa de la salud de todas las personas y de la naturaleza. La riqueza mundial se concentra cada vez más en menos manos y la crisis ha contribuido a ello. Esta élite rica ha creado y mantenido su vasta fortuna gracias a las actividades para defender sus intereses en un puñado de sectores económicos, entre ellos el farmacéutico y de atención sanitaria. Así lo explicó el informe de Oxfam “Riqueza: Tenerlo todo y querer más” Las empresas de estos sectores destinan millones de dólares cada año a actividades de lobby dirigidas a favorecer un entorno normativo que proteja y fortalezca aún más sus intereses. La mayoría de las actividades de lobby que se llevan a cabo en EEUU tratan de influir sobre cuestiones presupuestarias y fiscales, es decir, sobre recursos públicos que deberían orientarse a beneficiar al conjunto de la ciudadanía, en lugar de reflejar los intereses de los poderosos lobistas. Entre 2013 y 2014, la riqueza que experimentó un mayor incremento fue la conjunta de los milmillonarios que tienen intereses o desarrollan actividades en los sectores farmacéutico y de atención sanitaria. Las mayores y más exitosas empresas tanto del sector financiero y de Seguros como del farmacéutico y sanitario generaron unos beneficios extremadamente elevados, y por lo tanto disponen de considerables recursos que dedican a compensar a sus propietarios e inversores, contribuyendo al incremento de su fortuna personal. Sin embargo, estos recursos se están utilizando también para ejercer influencia a nivel económico y político. En 2013, el sector farmacéutico y de atención sanitaria dedicó más de 487 millones de dólares a actividades de lobby sólo en EEUU, más de lo que invirtió ningún otro sector en este país. Es así como compran la voluntad de los políticos favorecidos. Esta cifra constituye un 15% del total de los 3.200 millones de dólares dedicados en ese país a actividades de lobby en 2013. Además, durante el período electoral de 2012, este sector dedicó 260 millones de dólares a realizar contribuciones a las campañas. 22 de los 90 milmillonarios con intereses en el sector farmacéutico y de atención sanitaria son ciudadanos estadounidenses. La industria farmacéutica y sanitaria dedica al menos 50 millones de dólares anuales a llevar a cabo actividades de lobby en la UE, donde residen 20 de los 90 milmillonarios que amasaron su fortuna en el sector farmacéutico y que, en conjunto, incrementaron su riqueza en 28.000 millones de dólares en 2013.

Pero la corrupción mundial de las élites también es compartida al mismo nivel por la organización de salud pública de los estados, la Organización Mundial de la Salud(OMS). Estudios científico-médicos independientes aseguraron que los índices de seguridad de las radiaciones electromagnéticas emitidas por torres de alta tensión, antenas de móviles o los propios móviles habían de reducirse por miles de veces, pero los límites los establece la ICNIRP(International Comission on Nonionizing Radiation Protec tion, Comisión Internacional de Protección contra la Radiación No ionizante) y, esta agencia, dependiente de la OMS, mantiene estrechas relaciones con las compañías del sector eléctrico y de las telecomunicaciones como desde hace años vienen denunciando los científicos críticos. El informe “Bioinitiative Report” indicó que “la exposición a largo plazo a alguna clase de campos electromagnéticos puede causar efectos graves en la salud” como cáncer y enfermedades neurológicas. Mientras decenas de miles de personas enferman cada año por esta causa aún nos meten el  5G. Pero es que el responsable de campos electromagnéticos de la OMS, Michael Repacholi, “tergiversaba repetidamente la ciencia para proteger a la industria y con ello desacreditaba a la OMS, que perdía su papel de velar por la salud de todos”.

Todo esto es público y notorio aparte de viejo. En el escándalo de la epidemia de Gripe A en torno al comienzo de 2010 se empezó a difundir información sobre la corrupción en torno a la respuesta de la OMS en revistas científicas (Science, British Medical Journal), la prensa general e incluso el Consejo de Europa. Se acusó a la OMS y a sus asesores de colusión de intereses con las industrias. Por otro lado, basándose en los datos facilitados por el presidente de la Comisión de Salud del Consejo de Europa, la psicosis de la Gripe A la organizó el lobby de los laboratorios farmacéuticos y la OMS. El argumento del sospechoso cambio de definición de Pandemia que realizó la OMS justo antes de comenzar a expandir el miedo a la “pandemia” ya lo había dado la doctora y monja Teresa Forcades hacía meses en la ya famosa entrevista que le grabó la censurada periodista alternativa Alish y que luego fue el documental distribuido en internet bajo el título “La Gripe A o el marketing del miedo”. Dio eso y mucho más y el mascarón de proa del Grupo mediático Prisa, el diario “El País”, marcó un hito de antología en la falta de ética en periodismo con aquel texto sobre la “monja-bulo”. En síntesis, personajes concretos, que trabajan para instituciones “de prestigio” en el mundo científico y financiadas por la industria farmacéutica influyen en la OMS de manera directa y decisiva para que se promuevan “pandemias”, como la de la Gripe A, pero no solo ésta.

En el siguiente nivel, las Administraciones Públicas estatales, las “manzanas podridas” también responden a la “llamada” de la codicia. Una cosa que siempre se pasa por alto es que la Administración de Justicia de los estados suele ser muy lenta lo que permite reproducirse, proliferar y reinventarse a la corrupción, cuando no salirse de rositas, y esto la denunciada. Por ejemplo, los lobbies de las compañías pro alimentos transgénicos ejercen presión sobre los políticos europeos para que impulsen la alimentación de laboratorio. La institución europea encargada de velar por la calidad y seguridad de lo que nos llevamos a la boca los ciudadanos, según las normas de funcionamiento de la Administración Europea, a la hora de autorizar un cultivo o un alimento se limita a revisar los informes de la compañía interesada en comercializarlo. No realiza análisis independientes. Este funcionamiento legal de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria(EFSA) es idéntico al de la EMEA, la Agencia Europea de Medicamentos, que tampoco realiza estudios independientes cuando una farmacéutica  solicita licencia para comercializar un fármaco en Europa. La EFSA, además está conformada sobre todo por biólogos moleculares. Haría falta otros especialistas parta juzgar otros aspectos del cultivo y comercialización de alimentos transgénicos, como los ecólogos. Muchos empleados de la EFSA tienen conflicto de interés con las compañías biotecnológicas. El órgano ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, está próximo al lobby biotecnológico, capitaneado por EuropaBio. Desayunos “de trabajo”, encuentros o jornadas de la industria cuentan con altos cargos de la Comisión. La presencia de la industria en órganos asesores clave y el acceso privilegiado a la información señalan también la preocupante cercanía entre los grupos de presión de la industria y la Comisión. El resultado: un marco político favorable, intentos de rebajar los controles sobre los cultivos con organismos modificados genéticamente en la UE, apuesta firme de la UE por la comida biotecnológica y millones de euros de fondos públicos dedicados a financiar las investigaciones de la industria. EuropaBio, lobby de la agricultura biotecnológica, está liderada por las empresas Bayer Cropscience, DuPont/Pioneer, Monsanto y Syngenta. EuropaBio también ha presionado a políticos europeos para conseguir que la biotecnología aplicada a la agricultura se haya convertido en un tema estrella en el programa de investigación de la UE con una inversión de 53 millones de euros provenientes de las arcas públicas. Se trata del trasvase de dinero público hacia intereses económicos privados. EuropaBio es, en sus propias palabras, “la voz de la industria biotecnológica en Europa”.

Otro caso de megacorrupción estatal más exótico  sucedió en 2013. El Gobierno de China investigó una trama de corrupción, sobornos y graves delitos económicos protagonizados por directivos de la compañía farmacéutica GlaxoSmithKline(GSK). El Ministerio de Sanidad acusó a los sospechosos de ofrecer “grandes sobornos” a funcionarios del Gobierno chino, asociaciones y fundaciones médicas, hospitales y médicos “con el objetivo de ampliar el mercado de la compañía y subir los precios de sus medicinas”. El personal de ventas de GSK, según esa acusación, podría haber estado sobornando a médicos en el país oriental para que recetasen medicamentos de la compañía, al menos entre 2004 y 2010. Muchos laboratorios, como GSK, de manera perfectamente planificada, fomentan o han fomentado esta corrupción al dotar económicamente a sus visitadores médicos y exigirles realizar estas prácticas; cumplir con los objetivos lo llaman. En 2012 GSK acordó con el Departamento de Justicia de EEUU pagar una multa de 3.000 millones de dólares (unos 2.300 millones de euros) por falsear u ocultar información sobre tres medicamentos y por sobornar a médicos en 2003 para que recetaran uno de sus fármacos. El Departamento de Justicia estadounidense también inició en 2010 una investigación contra GSK y otras firmas farmacéuticas que cotizan en su país por presuntas violaciones de la Ley estadounidense de Prácticas Corruptas en el Extranjero. Estas prácticas se realizan de manera sistemática en muchos países: Italia, Alemania, España, 42 estados de EEUU, etc.

En la España autonómica hubo tráfico de datos confidenciales de enfermos de los sistemas sanitarios públicos extremeño y andaluz. A nivel municipal no se conocen casos pues no tienen competencias sanitarias.

El siguiente nivel es el de los laboratorios y sus lobbis, que son el núcleo ejecutivo de la corrupción. El vicepresidente de la Comisión Europea Siim Kallas elaboró la Iniciativa por la Transparencia en Europa (conocida como Iniciativa Kallas). El proceso fue largo y contó con no pocas presiones. A finales de la década de 1990, el Parlamento Europeo creó un  registro del personal que compone los grupos de presión empresarial, también conocidos como lobbies, acreditados ante el Parlamento mediante una tarjeta de acceso total a sus dependencias, incluidos plenos y comisiones. En la actualidad existen 4.435 lobbistas oficialmente registrados en la Eurocámara. Los grupos empresariales atentan contra la salud y el medio ambiente con seis a uno lobistas por los 732 escaños. Sólo en Bruselas, la capital de la UE, operan unos 2.000 lobbies que dan empleo a 15.000 personas, repartidas por los departamentos de “asuntos regulatorios” de las empresas multinacionales, las asociaciones empresariales, ONG´s, agencias de relaciones públicas, consultoras de “asuntos públicos”, bufetes legales e institutos de ideas o “think-tanks”. Según el Observatorio Europeo de las Corporaciones (CEO), una fundación antilobbies con sede en Amsterdam(Holanda), unas 200 multinacionales han abierto oficina en la cercanía de la Comisión Europea o de la Eurocámara para tratar con ellas asuntos de su incumbencia. Ninguna gran compañía europea, norteamericana o japonesa que se precie de ofrecer sus productos en los mercados internacionales carece hoy de representación en Bruselas. Esta misma asociación estima  que el gasto del lobbismo empresarial en la capital belga sobrepasa  los 1.000 millones de euros al año. Para la Petrolera BP o la tabaquera Philip Morris, el alquiler de sus oficinas en la plaza de Schuman (donde se ubica la Comisión Europea) les cuesta cada año la cifra de 300 euros por metro cuadrado. Por todo ello, la Comisión Europea lanzó su Iniciativa por la Transparencia Europea, que, entre otras medidas, propone limitar las actividades de  estos profesionales ante las instituciones políticas, un registro voluntario de lobbies y lobistas e incentivos para hacer públicas sus actividades, naturaleza y financiación. La propuesta, elaborada por el Comisario europeo para Asuntos Administrativos,  Siim Kallas, ha sido rechazada tajantemente por las tres asociaciones de lobistas (la de los profesionales en general, la de los “cabilderos” del Parlamento Europeo y la de las empresas consultoras). El lobbismo es una actividad en auge y su mano ha marcado iniciativas como el Plan Hidrológico Nacional, el apoyo público a la energía nuclear, el impulso de las centrales térmicas  o las plantas petroquímicas o la fiebre de las urbanizaciones  con campo de golf en la costa de España.

Por su lado, las compañías farmacéuticas violan el derecho de competencia comunitario aferrándose a sus patentes y rechazando de forma indebida la salida al mercado de medicamentos genéricos. La mayoría de los nuevos fármacos patentados son copias de otros ya existentes que no presentan  novedad terapéutica de importancia. Esto es un fraude pues se venden a altos precios  como “nuevos” productos que no merecen tal consideración. Pfizer, GlaxoSmithKline, AstraZeneca, Johnson&Johnson, Merck y SanofiAventis son los laboratorios más criminales. Algunas farmacéuticas han intentado que se retrasase la comercialización como genéricos  de sus principios activos una vez vencida la patente de los mismos. Niegan el derecho al acceso a medicamentos de las poblaciones empobrecidas. Sanofi Aventis  tiene varios miles de denuncias  por el fármaco Agreal. Es la primera empresa no estadounidense  sentenciada por defraudar a la FDA(órgano administrativo de medicamentos y alimentos de EEUU). También ha recibido una de las multas más altas  impuesta en un juicio sobre medicamentos, 33 millones de dólares. Aventis admitió los cargos de conspiración e importación de medicamentos  adulterados con intención de defraudar al Departamento de Justicia de Maryland(EEUU). Durante su carrera, Aventis ha creado  o participado en lobbies a los que luego ha traicionado colaborando con la Justicia para librarse  de una sanción mayor. En 2004 GSK concedió comisiones ilegales  y regalos a 4.000 médicos italianos  como premio por recetar sus productos a sus pacientes. En Alemania GSK regaló importantes premios  a 6.600 médicos meses antes.

Abundando en las prácticas torticeras, no deja de ser paradójico que sean los laboratorios que cometen sobornos a los médicos (perfectamente tipificados en la última Ley del Medicamento aprobada en España) los que se regulen a sí mismos. Esto es como poner al zorro a cuidar de las gallinas. Tampoco se explica que en medio de una gran crisis como la que vive la industria farmacéutica –han ido perdiendo patentes de productos muy rentables y no encuentran nuevos medicamentos que patentar en el número deseado-, los laboratorios vayan a deshacerse en buena medida de la que es su principal arma para generar los enormes beneficios que generan: la corrupción de los médicos. Los recursos de los laboratorios destinados a “formación” no se dedican a cursos sino que se utilizaban como tapadera para otros tipos de presentes a los médicos-clientes-funcionarios del Estado y hasta dinero en efectivo. Las auditorías internas de las empresas son inútiles. Se usan facturas de restaurantes con beneficiarios de médicos que no habían asistido a dichas comidas y facturas de cursos de informática con beneficiarios de médicos que no habían realizado dichos cursos. Las auditorías internas no sirven para nada si su objetivo no es imparcial sino que se trata de investigaciones dirigidas a encubrir una situación incómoda para la empresa.

Los laboratorios farmacéuticos grandes compran el silencio de la Justicia cuando son pillados. El Departamento de Justicia del gobierno de EEUU vendió la posibilidad de no encarar juicios por malas prácticas en la promoción de fármacos. Quien aceptó el negocio fue el laboratorio que más factura  del mundo, Pfizer. Pfizer pagó la “multa” por animar a la receta de uno de sus medicamentos Bextra(valdecoxie) para usos ilegales, lo mismo que hace en España con su fármaco Neurontin, pero no por los graves efectos adversos que podía provocar el potingue en cuestión. Es costumbre en el sector que cuando un laboratorio ha creado los suficientes problemas como para enfrentar la Justicia el primero prefiera llegar a un acuerdo que llegar a los tribunales. Con dos objetivos: Primero, por alta que sea la cifra a pagar suele ser menor que la que deberían asumir en caso de celebrarse los juicios. Segundo, salir una vez en la prensa por motivos que socavan con tanta claridad la imagen de una empresa es menos malo que exponerse a ser “percha informativa” de los periodistas durante los muchos meses que, de celebrarse, dura un pleito de estas características. El principio activo mortal ya fue retirado de las farmacias y fue vendido por Merck que compró el silencio de sus demandantes por 3.400 millones de euros.

Otro acto dudoso y muy criticado, más conocido, es que los gobiernos firman con las farmacéuticas contratos de exoneración de la responsabilidad sobre los efectos secundarios de las  vacunas.

La ingeniería del fraude llega a lo humanitario. En Alemania varias farmacéuticas se montaron un negocio consistente en vender allí medicamentos que tenían una subvención para ayuda al desarrollo. En teoría, debían ser comercializados en Sudáfrica pero eran llevados a Alemania, les copiaban el envase  y los vendían al precio alemán, ganando la prima de la subvención. Tres grandes farmacéuticas estaban implicadas, entre ellas GSK. Otra parte de estos medicamentos eran producidos de manera ilegal en Sudáfrica y enviados después a las farmacias alemanas. La estafa a las aseguradoras médicas fue de 10 millones de euros. Más de 10.000 preparados habrían sido introducidos ilegalmente en el mercado alemán.

Y es que entre un 30% y un 40% del gasto medio de los laboratorios se destina a la promoción comercial, entre cuyas partidas está la de la red de Ventas.

En 2005, el gobernador antimonopolio de Portugal multó a cinco grandes empresas farmacéuticas, entre ellas Bayer, a pagar 16 millones de euros por haber conformado con las otras un cártel de precios, fijar el mismo precio para el mismo producto fabricado por varias compañías con tal de eliminar la competencia. Bayer ha sido representado durante sus problemas en Portugal por un bufete de abogados muy conocido en Londres –Jardín, Sampaio, Caldas e Associados- que han ocupado, respectivamente, el Ministerio de Justicia, la Presidencia de la República y el Ministerio de Defensa del país. Un denunciante portugués de la corrupción de Bayer sufrió, mientras tanto, un intento de asesinato.

En realidad, los grandes laboratorios multinacionales y sus imitadores, han entrado en una fase de mercantilismo tal e interés absoluto por el beneficio económico que de alguna manera ni ellos mismos son capaces de controlarse. Sólo Pfizer y GSK (las dos multinacionales farmacéuticas que más facturan) pagaron 262 millones de dólares para financiar eventos, asesoramientos e incluso regalos en 2010. También hay irregularidades de todo tipo de las farmacéuticas en el terreno de los ensayos clínicos. Por otro lado, la mayor parte del marketing de las farmacéuticas a los médicos es ilegal.

Otro ejemplo es la farmacéutica AstraZeneca(AZ) que tiene que pagar 520 millones de dólares para evitar las demandas judiciales por cargos criminales que la acosan por su fármaco Seroquel, un antipsicótico que ha causado diabetes en sus consumidores. Al laboratorio farmacéutico se le acusa de ocultar información y no querer realizar estudios de farmacovigilancia para no entorpecer el plan de comercialización ni las ventas del medicamento, una vez que sabía que su fármaco podía causar diabetes.

El siguiente nivel son los visitadores médicos, que a su pesar o no, se convierten en los tentadores de la corrupción. Los visitadores médicos practican el tarugueo o compra de voluntades con regalos, atenciones o dinero. Los laboratorios se están aprovechando de la crisis para ofrecer su cartera de productos a comisión a trabajadores-visitadores(en muchos casos desesperados porque se les agota la prestación de desempleo). Las condiciones de trabajo son leoninas; el propio visitador tiene que pagarse la Seguridad Social, dándose de alta en el régimen especial de autónomos, tiene que poner vehículo propio y en muchos casos hasta el tercer mes no se le abonan gastos de desplazamiento. Van a comisión en productos que muchos de ellos no están introducidos, que cuesta mucho trabajo introducirlos en el mercado, y en algunos casos le deducen de la comisión las bonificaciones (ilegales) que tendrán que ofertar a los farmacéuticos, bonificaciones que vendrán regladas y ordenadas por parte de la empresa.

Y, por fin, llegamos a los galenos. En España hay laboratorios que compran a los médicos con dinero para que receten sus productos. Los laboratorios farmacéuticos han generado una “cultura de patrocinio” en torno a toda la cadena que conforma la comercialización de fármacos. Esto afecta a la autonomía de los profesionales sanitarios y la racionalización- o mejor dicho a la falta de la misma- a la hora de prescribir fármacos. No sólo se trata de la práctica ilegal de que los visitadores médicos de las compañías farmacéuticas corrompen a los médicos con los regalos que les ofrecen a cambio de que receten sus productos. Es que en España hoy se está comprando médicos directamente con dinero a cambio de recetas que demuestren que los galenos le han dado salida a los medicamentos del laboratorio sobornante. Muchas de las asociaciones de pacientes están financiadas en todo o en parte por los laboratorios. Los laboratorios farmacéuticos han conseguido que se antepongan sus intereses a la salud de las personas.

Hoy existen intereses divergentes entre los pacientes y la industria farmacéutica. Uno de los caballos de batalla es este soborno o cohecho sobre médicos y personal sanitario por parte de muchos laboratorios y empresas del sector. También con la financiación privada de la formación de los galenos. En EEUU el lobby farmacéutico controla el gobierno mediante la financiación de las campañas electorales. España es el país que posee más medicamentos con menos de 5 años de comercialización. Esto genera un aumento del gasto público en fármacos, al ser estos de marca, y un crecimiento de los daños y muertes por efectos adversos provocados por los preparados, al estar menos comprobados sus posibles daños. Es tarea casi imposible ser hoy al 100% médico e independiente de los laboratorios. Hay un enorme tráfico de influencias en el sistema sanitario, en el que con frecuencia altos administrativos pasan a las filas de las empresas privadas.

La industria farmacéutica utiliza un marketing de dudosa ética y legalidad para presionar a muchos médicos e intentar que éstos acepten sus productos. Numerosos médicos no sólo reciben regalos más o menos importantes de las compañías farmacéuticas sino que también son remunerados por estudios pseudocientíficos. Hay médicos y empresas que trafican con recetas. “Mire, doctor, tenemos este producto nuevo, aprobado por la FDA(Agencia estadounidense de medicamentos) y nos interesa que usted haga una evaluación. Por supuesto, todos saben perfectamente que eso no es un verdadero estudio clínico; los estudios clínicos deben estar aprobados por la ANMAT(Agencia de Medicamentos de Argentina), ser gratuitos y seguir determinados procedimientos (…) Y como esto implica mayor trabajo para usted, doctor, estimamos que le corresponden 50 pesos por la visita de cada paciente (…) Aunque en realidad esos recursos indirectos ya no se usan mucho; últimamente se hacen las cosas mucho más guarangas (obscenas). Entregaban tarjetas para raspadita, con premios o se sorteaba un auto entre cien números con uno por receta prescrita. Varios institutos tienen convenios con administradoras de fármacos por las cuales la información se vuelca en plantillas donde se incluyen datos confidenciales como los nombres y diagnósticos de los pacientes. Todo eso termina en poder de los laboratorios que lo usan para armar estrategias y para auditar el cumplimiento de los médicos. “Los datos de ventas eran confidenciales y muy valiosos: las empresas farmacéuticas pagan hasta 150.000 pesos anuales (unos 38.104 euros) por suscribirse”. Estos datos sirven a las farmacéuticas para intentar que los médicos más abiertos a sugerencias receten sus medicamentos incluso en dolencias para los que no están indicados con el consiguiente riesgo para la salud de los enfermos.

La multinacional Pfizer promocionó el fármaco Neurontin para más de una docena de patologías para las que no estaba aprobado. Se elaboró para ello una lista de médicos dispuestos a recomendar el principio activo para usos no autorizados en cenas, reuniones de consultoras, seminarios educativos e, incluso, a través de videoconferencias. Los médicos cobraban entre 250 y 3.000 dólares por acto asegurando que algunos llegaban a ganar más de 10.000 dólares al año. Pfizer terminaría siendo multada por ello con 430 millones de dólares por utilizar información falsa y/o manipulada sobre Neurontin y promocionarlo para dolencias no aprobadas. Pero no importa, el negocio compensa. Se calcula que en un solo año Neurontin hizo ingresar a la compañía 2.700 millones de dólares, descubriéndose que el 90% de las recetas no correspondían a ninguna de las dos indicaciones aprobadas por la FDA. Se engañó a los enfermos y se les dañó por los efectos secundarios del fármaco. Esta estrategia se explica porque en EEUU las compañías no pueden promocionar sus fármacos más que para las enfermedades que tienen el visto bueno de la FDA pero los médicos pueden prescribir cualquier fármaco para tratar cualquier enfermedad, esté o no oficialmente indicado su uso en ella.

En el ámbito sanitario se ha institucionalizado la compra de voluntades. Los efectos secundarios del tráfico de recetas quiebran la salud de la población. Las administraciones se arruinan mientras lo consienten y la medicina alopática baja en credibilidad. Muchos médicos se han situado en los límites de la Ley y otros luchan por recuperar la ética perdida. Pero los médicos están desengañados con su sistema de salud que les engaña a diario, su vocación se diluye en un alto porcentaje con los años, y no se creen nada de nadie. Así que el terreno está abonado incluso para la corrupción por sexo de pago. Encuestas realizadas en Aragón y Extremadura de médicos reconocen que aceptan mayoritariamente regalos de los laboratorios. Los médicos reconocen el “arte” del “tarugueo” como se llama en argot los sobornos o cohecho.

Y llegamos a la base, la población paciente que espera que le resuelvan sus dolencias y padecimientos. Al año de declararse la Gripe A la población aprendió la lección del marketing del miedo y el escepticismo ante lo que ciertas industrias, autoridades sanitarias, administraciones públicas y medios de comunicación pueden llegar a hacer por oscuros intereses. El sano escepticismo había calado en la calle. Pero la responsabilidad de todo se hace recaer sobre los pacientes que son insanos, vagos, defraudadores, consumidores de pseudociencias, crédulos de charlatanes, impacientes, que quieren que les curen y no les cronifiquen, que no valoran su salud en lo que vale, etc Esto es lo que sale en los medios de comunicación financiados por Seguros y Laboratorios. Y, en realidad, son los humildes ciudadanos los paganos de un sistema que falla en su totalidad y cada vez más inhumano para todos los implicados, incluídos los codiciosos.

Finalmente España no protege a quienes tienen el valor, desde dentro de las instituciones, de denunciar la corrupción sistémica que existe, sino que, por el contrario, esos mismos organismos, que deberían estar empeñados en limpiar sus sótanos de la ponzoña corrupta, les machacan, ponen todo su poder de influencia y económico al servicio de quienes quieren evitar que sus comportamientos espurios salgan a la luz o tengan el castigo que la ley dispone para los mismos.

Alfredo Velasco

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