ACTUALIZACIÓN SOBRE EL ANARQUISMO EN INDONESIA

 

Actualización sobre el anarquismo en Indonesia

Gavroche

Desde hace algunos años el anarquismo del sudeste asiático está despuntando. Normalmente se trata de escenas muy volátiles, ligadas a la contracultura juvenil, aunque existen casos de organizaciones libertarias. El caso de Indonesia no deja de llamar la atención. En alasbarricadas ya publicamos hace tiempo una traducción de la historia de nuestro movimiento en aquellas tierras. Otra buena fuente es esta entrevista sobre el movimiento hacia 2006-2010. A finales de la década que acabamos de pasar, las manifestaciones del Primero de Mayo han logrado congregar cifras bastante altas de público (si bien, son una gota en el océano cuando hablamos de Indonesia, un país con 260 millones de habitantes).

A destacar la manifestación de 2018 en Bandung (vídeo) cuyo bloque negro o bloque libertario lo componían unas 1000 personas. En el vídeo podemos ver toda una marea negra, que podría parecer similar a las Grecia. En el 2019 se reunieron 2500 personas para la manifestación anarquista. Tanto crecimiento hizo que se vinieran arriba y que comenzasen rápidamente unos fuertes disturbios a los que la policía respondió con contundencia. Es evidente que aquel joven movimiento no estaba preparado ya que aquella jornada se saldó con 300 detenidos (otras fuentes dicen que 600 y otras que 200). Independientemente de la cifra final de detenciones está claro que suposo un duro golpe moral. La policía se ensañó con los detenidos llegando a humillarlos en público. Las autoridades impidieron cualquier manifestación similar en Bandung este año en el contexto de la pandemia global.

Existen escenas similares en otras ciudades como Yakarta, Surabaya,  Yogyakarta o Makassar. En general el componente predominante es la juventud punk. En la capital, Yakarta, tomó forma un sindicato anarcosindicalista, llamado PPAS (ahora Solidaritas Pekerja) que organiza manis el Primero de Mayo. A pesar de todo, el anarquismo suele estar más bien vinculado al insurreccionalismo. Indonesia es uno de los focos de actuación de las Células de Fuego (CCF/Nemesis Action) y los sabotajes y ataques son una constante. Esto ha provocado una paranoia en las autoridades, temerosas de que este movimiento se les escape de las manos. El pasado 9 de abril tres compañeros fueron detenidos por hacer pintadas. Entre las pruebas del registro, la policía mostraba orgullosa un gran alijo… de libros y fanzines.

Quizás lo podemos interpretar como un choque de culturas. Se trata de un movimiento juvenil con características muy diferentes de cómo es la sociedad indonesia, que convive con un sistema policial anclado en otro tiempo. Lo que nos parece interesante es que el anarquismo empieza a ser culpado de todos los males del país: por un lado la policía en Papúa Occidental ha prohibido las manifestaciones que “promuevan actos anarquistas”. De alguna manera se vincula el anarquismo y el independentismo papúo. En aquel país en realidad el movimiento anarquista apoya la independencia papúa, y es posible que una parte de la juventud papúa pueda interesarse por los métodos ácratas. Allí existe un movimiento de liberación nacional, de carácter indígena, que está en armas contra el estado indonesio.

La otra noticia reciente han sido unos disturbios tras una marcha obrera en Yakarta. La policía culpó a los anarquistas de estar detrás de las acciones y los enfrentamientos. Dijeron que se habían infiltrado en el movimiento obrero. Típico mensaje que suele soltar la policía para evitar cualquier confluencia. Hubo protestas numerosas también en Bandung, Semarang y Yogjakarta. El contexto de estas protestas era la aprobación de la Ley Omnibus, por la cual el Gobierno intenta generar empleo, pero que las fuerzas de izquierda ven como una precarización laboral encubierta. Además las entidades ambientalistas y ecologistas alertan de que los proyectos propuestos también pondrán en riesgo la supervivencia de los pueblos indígenas.

Desde un artículo de carácter marxista se critica a la dirigencia de los sindicatos de haberse desmarcado de los disturbios. En la manifestación de Yakarta había mucha juventud que nada tenía que ver con el anarquismo, pero que no rehuía los enfrentamientos con la policía. Se insinúa que este tipo de desmarques, así como la acusación de la policía contra el anarquismo, en realidad lo está poniendo en boca de mucha gente. Y no precisamente para mal, como suele ocurrir con otros disturbios en otros países.

Podemos reconocer que el anarquismo indonesio aún está muy verde. Que no dispone de grandes organizaciones sociales para canalizar el descontento social. Que el país es demasiado grande como para soñar con ninguna revolución social. Sin embargo, causa respeto ver cómo se desarrolla el movimiento año tras año.

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