LA CULTURA MILITANTE

La cultura militante

Ostegunetan

Hablar de la cultura militante es hablar una serie de valores que se le presuponen a quienes militan en diferentes espacios políticos y sociales. La responsabilidad en la toma de decisiones, en asumir y llevar a buen puerto los trabajos a los que nos comprometemos, y el sacrificio por un bien colectivo y no individual son conceptos de una militancia en horas bajas. En horas bajas precisamente porque quienes se animan a trabajar en los distintos espacios, y mas en genérico quienes formamos la clase obrera, hemos ido perdiendo estos conceptos colectivos de solidaridad y responsabilidad. De respeto hacia compañeros de militancia, vecinos, pareja o amigos.

Militancia a la baja.

En todas las radiografías se habla de la falta de compromiso de nuestra clase social en cuanto a su implicación en diferentes colectivos y movimientos sociales y políticos. Ese debate lo dejamos para otro jueves. Hoy nos interesa hablar del perfil de quienes militamos en distintos espacios y de como la seriedad y el compromiso cada vez es mas bajo y menos exigible.

Cuantas veces hemos asistido a reuniones donde no podemos avanzar porque la gente no ha realizado las tareas y trabajos a los que se comprometieron. Donde se vuelve a posponer dinámicas y luchas porque las personas encargadas de diseñar los carteles, de pedir permisos o de realizar contactos no lo ha hecho. El pan nuestro de cada día en colectivos.

Razones.

Empezar diciendo que quienes peleamos en estos espacios no somos ajenos a los valores del sistema, creemos que si pero de una u otra manera esto nos afecta. Lo hace en menor medida pero no escapamos de valores tan arraigados en la sociedad como la falta de responsabilidad, la impuntualidad o la falta de respeto. Estos roles se repiten también entre la militancia. Esa es una de las razones y la mas difícil de combatir.

La otra razón importante se basa en la primera, en no darle importancia a combatir esos valores dentro del colectivo. No realizar dinámicas ni procesos internos que pongan en valor la solidaridad, el compromiso o lo colectivo. Hacerlo de una manera constructiva y ágil, de poco sirve cabrearse y exigir a quienes no tienen interiorizado ese compromiso. No hablamos de no poner encima de la mesa lo que nos esta costando avanzar por la inercia de no coger compromisos y cumplirnos, sino de evitar la bronca y las puestas en evidencia.

Solución. 

La solución no es fácil ni rápida. Se basa en ir impregnando poco a poco a nuestra militancia de valores absolutamente distintos a los dominantes. De darle importancia a las cosas que hacemos bien y de intentar ver porque no hacemos las cosas a las que nos comprometemos.

Podemos intentar dividir aún mas las tareas, en trabajos mas simples y menos costosos en un principio para luego ir subiendo la complejidad y el grado de compromiso. No dejar el colectivo o los trabajos en manos de unos pocos. Dividir tareas y delegar, aunque sepamos que eso nos va a hacer al principio ir mas despacio.

No entregar compromisos por encima de las posibilidades de quienes participan aún cuando muestran una actitud por querer hacer. Evitaremos que se ahoguen de trabajo y sobre todo que se quemen pronto.

Hacer seguidismo de los compromisos adquiridos, no para tirar broncas, sino para intentar que se hagan en tiempo y forma poniendo en valor la necesidad de realizar esas tareas.

En todo esto, también nos toca desaprender los valores de la sociedad y adquirir los revolucionarios. Sin prisa, sin caer en la desesperación pero haciendo ver la necesidad de realizar trabajos y tareas para poder avanzar.

Seguimos….

https://ostegunetan.com/2021/03/11/la-cultura-militante/

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