EL INTERNET DEL FUTURO

EL INTERNET DEL FUTURO

El ser humano va a revolucionar su modo de percibir la realidad en un futuro que ya está aquí. Hay un gran plan tecnológico en que, de manera completamente estudiada, se está diseñando un nuevo futuro que utiliza un sistema de control diseñado a la carta. Grandes corporaciones están empeñadas en plasmar una nueva tecnología que nos encadenará a la red de internet.

¿Cómo será el internet del futuro? De 1997 a 2002 en España pasó de haber 4 millones de líneas de  móviles a 42 millones y fue predeterminado. Hubo una apuesta institucional y corporativa e ingeniería social. En ese corto período de tiempo hubo un diseño de la sociedad y su futuro. El motor del cambio social no son las ideas sino la tecnología (el gran elemento posibilitador de los cambios). La imprenta, la revolución industrial y la tecnología hicieron realidad las ideas. Los primeros descubrimientos o tecnologías disruptivas cambiaron la sociedad abruptamente y espontáneamente pero ahora la sociedad se diseña por las tecnologías. En el siglo XX internet fue el diseño social de las grandes sociedades tecnológicas. Hoy viene un gran cambio brutal en internet y solo estamos en el inicio.

Antes los inventos eran de genios pero, ahora, son empresas que guían el camino de la Humanidad. Ahora hay un despliegue brutal de mega constelaciones de satélites. Hoy  hay cinco mil satélites militares, comerciales, metereológicos, etc en la órbita espacial. Pero, en este momento, hay un cambio exponencial del despliegue que dotará de innumerables funcionalidades a la superficie de la Tierra. Hay múltiples proyectos alternativos de esto y muchas empresas. El más llamativo, de Space X del millonario Elon Musk, puso 12.000 satélites en órbita. Esto supone mucho dinero y quiere diseñar la sociedad. Oneweb lanzará 650 satélites. Amazon también, etc. A nivel de tecnología doméstica hay una apuesta por las mega constelaciones de satélites que permite banda ancha de internet en cualquier lugar del planeta. Este cambio industrial gigante aumenta enormemente el número de objetos inteligentes. Esto es una inversión enorme si no se confía en un plan de negocio muy rentable en beneficios. Se consigue con un sobrecoste rentable sobre los objetos cotidianos que se hacen inteligentes.

La tecnología hace evolucionar a la sociedad y cambia su mentalidad humana (imprenta, máquina de vapor, coche, avión, etc.). Cada vez más las creaciones tecnológicas son más diseñadas y menos fortuitas (teléfonos móviles dotados a la ciudadanía exponencialmente). Estamos a punto de vivir otra revolución en internet. Con la tecnología se crea una necesidad, hay un consumo y un negocio. El internet del futuro junta cuatro tecnologías existentes: cobertura de internet de banda ancha por todo el planeta (se lanzan 12.000 satélites por un plan de negocio rentable) y da cobertura al internet de las cosas, la realidad aumentada y la realidad virtual, y la inteligencia artificial. Este diseño sistémico es una apuesta inversora empresarial para beneficiarse del valor añadido que suponen los objetos inteligentes, con un mercado derivado de datos privados. Gracias a esta infraestructura nos facilitará la vida con un costo.

Todos estos satélites suministran internet de banda ancha en cualquier metro cuadrado de la superficie terrestre con datos de alta velocidad. El despliegue de la velocidad 5G se hace por ejemplo para dotar de conectividad a todo el mundo de una manera muy estructurada. Las direcciones de internet (IP versión 6) son de 118 bits y permite la existencia de sexmillones de direcciones por metro cuadrado de superficie terrestre.

El marco es el internet de las cosas. Vamos a un mundo con conexión a internet con miles de objetos por metro cuadrado. Es la interconectividad a extremos inmensos. El internet de las cosas dota de conexión a los objetos y no solo sirve para las personas. Y para objetos inteligentes, televisión, frigorífico, espejo (que puede hacer diagnósticos médicos con sólo la imagen), cubos de basura, Smart coches, etc.

Sin nuestro consentimiento se está dotando a muchos bienes de consumo de IOT( Internet Of Things) que es una filosofía o estándar llamado internet de las cosas que es un sistema tecnológico que dota a estas cosas de conectividad a internet. Es un cambio de filosofía en conectividad en que todo es conectivizable como si fueran dispositivos informáticos.

Se apuesta por dotar de internet a las cosas por ser una innovación que satisface los planes de dotar de conectividad a toda la superficie del planeta.

Pero lo inteligente es costoso y abre un mercado secundario de datos personales que construye perfiles de hábitos de consumo increíbles. Es un mercado en que la gran empresa convive con la privacidad personal. Es una tecnología que puede cambiar el mundo: un bolígrafo inteligente detecta los caracteres escritos y lo sube a internet digitalizándolo haciendo obsoletos los libros de notas. Hay aspiradoras inteligentes que hacen el plano de la casa y lo sube a internet. Esos datos cruzados suponen mucho dinero de conocimiento.

Las grandes capacidades de espionaje están operadas por empresas comerciales. Esta todo lo virtual sujeto a pago y lo que te conoce la operadora. Todo en internet deja un rastro y queda registrado por una empresa comercial que emplea técnicas de manipulación(se conoce la arquitectura de la toma de decisiones, etc) y está diseñado para generar adicción y extraer todo el dinero posible del cliente(los sistemas de re compensa variable son muy adictivos). Otro recurso de manipulación es la gamificación(cuando todo es un juego se puede fidelizar al cliente).

Los dispositivos inteligentes, son elementos variadísimos con automatismos que nunca antes han tenido. De aquí salen espionajes abusivos de hábitos de la ciudadanía que conforman el Big Data, una gran industria. La gran industria tiene mucho interés en conocer los hábitos personales pues es un  mercado al alza. Inteligente significa espía y perdemos privacidad.

Internet se complica con dos tipos de tecnología que transforman la realidad directamente: la realidad aumentada y la realidad virtual. Tienen muchas potencialidades pero afectan a la sociedad (adicción al móvil, etc). Si el móvil genera efectos tan destacables (eliminar la lectura o la meditación etc) esto igualmente.

El tipo de seres humanos que crea la realidad aumentada es brutal. La realidad aumentada hace sosa la realidad normal. Se desconecta con la realidad desnuda. A la gente le faltan estímulos. Nos están encerrando en la Matrix borrando la línea entre  lo real y lo virtual. Para las nuevas generaciones lo real y lo virtual se amalgamará virtualmente y no distinguirán.

El 5G es un internet diseñado para las máquinas y no para los seres humanos y se integrará con la inteligencia artificial. Hay un cambio de filosofía con gran capacidad de transformación  social. La separación entre el mundo físico y el virtual va a desaparecer: el internet posreal con interacciones  con objetos reales y virtuales. Pero la experiencia con la televisión indica que las situaciones inmersivas con lo virtual no lo hace indistinguible de lo real. Pero, por otro lado, la dependencia de la tecnología indica que la inmersión tecnológica puede suponer una alternativa vital más rentable para las corporaciones  y obediente a las autoridades. La sociedad produce sus individuos, como la actual tendencia a la atomización. En la tecnologizada Japón  hay un millón de personas, adultos que no salen de casa, excluidos sociales pues todo lo viven por internet. En Occidente, durante la pandemia, se ha disparado la venta de muñecas sexuales, amigos o parejas virtuales, etc., tienen un potencial revolucionario social abrumador. Esto supone un cambio social dramático y aterrador.

La tecnología va a hacernos más dependientes  e ignorantes del funcionamiento o la fabricación de cosas siendo menos autónomos. Cada vez será más difícil oponerse a este futuro. La ntigua autosuficiencia humana se extinguirá.

Con interne apareció la hiperrealidad, con la viralidad de informaciones y la aparición de las fake news y la posverdad en que no somos capaces de distinguir la verdad de la ficción. Con el internet del futuro aparece la posrealidad, Nos encerrarán en Matrix a través de una realidad mixta, real y virtual, borrando sus fronteras. Es un  mundo virtual que se superpone al real que transformará la sociedad. El mundo desnudo aparecerá como menos atractivo que el virtual y esto hará más adictivo a este último. Por ejemplo, la Noofobia nos hace sentirnos desnudos  al estar desconectados.

La gente puede derivar a engancharse a realidades alternativas (la mujer de tus sueños, alma gemela, amante avatar, avatar de familiar fallecido, etc.). Cada vez la realidad normal va a contar menos. En los mundos paralelos no seremos libres  sino que serán creados y propiedad de empresas como un ratón en el laberinto del investigador sujeto a adicción y manipulaciones  para exprimirte económicamente.

Habrá un riesgo de exclusión de internet y será como desaparecer. Y el entorno está diseñado. La presión social del entorno cercano incidirá en la obligación de la conectividad o la desaparición social. Aunque la industria apuesta por esta tecnología no se ha impuesto todavía y si se acaba por popularizar  sería el fin de la intimidad y la privacidad. El internet de las cosas promete  funcionalidades, un valor añadido a cambio de datos sobre nuestros hábitos.

Las luchas del futuro lo serán por derechos digitales, por ser alguien en un mundo virtual. Los derechos son permisos de red en un internet mercantilizado. Es la sumisión absoluta en la lucha de clases. La lucha de los pobres por ser alguien en un mundo diseñado por ricos. La dictadura digital.

La tecnología produce una sociedad y a las generaciones actuales se les pide ser famosos (youtube, tik tok, etc). Si no tienes likes no eres nadie.

En una sociedad posreal se abriría una batalla por conectarse  y otros serían excluidos como desconectados. Afectaría desde las relaciones íntimas a la lucha de clases. Por ejemplo, se trabaja en la venta de avatares como pareja sentimental. Se podrá mercantilizar todo. Y las luchas sociales serán por derechos digitales dentro de Matrix. Las autorizaciones informáticas serán privilegios virtuales que permiten hacer cosas en la red y serán esclavos de la recreación y su dominación garantizada. Esta sería la entrada en Matrix y la esclavización de la sociedad por la elite que la ha creado.  Pero una parte de la sociedad- desconectados-intentaría escapar de este sistema y se dedicaría  a cuidar de la Matrix desde fuera.

Por otro lado, se lleva internet al cerebro. Si un chip conecta internet a los sentidos humanos y el cerebro la confusión con lo virtual es total. Hoy en día, se puede leer la mente con máquinas y se han grabado las palabras de cerebros soñando. También el ordenador genera imágenes reales de imágenes cerebrales. Es la última frontera, la privacidad cerebral. Los programas de vigilancia masiva de EEUU que desveló Snowden seguirán violando la intimidad (grabando sueños, detectando delincuentes potenciales, etc.). El escenario será posreal pues llegaremos a un mundo totalmente virtual. Podrá ser el control absoluto de los ciudadanos por la conectividad.

La última frontera de la libertad del ser humano es la conexión internet-cerebro humano. En esto no se ha avanzado tanto como en otras cosas. En ciencia ya se ve la colonización del cerebro en lo  más íntimo (filmación de sueños, etc.). Ya se habla de privacidad mental y neuroderechos. Con el antecedente de las revelaciones de Snowden sobre el espionaje de EEUU ¿cómo será el espionaje del futuro?

La conexión cerebro-internet permite leer datos, escribir los y transmitirlos y esto inaugurará una nueva era. En 2016 hubo en EEUU una carrera de drones conducidos por los cerebros de los jugadores mediante un casco con sensores que leían la mente. La telepatía digital se produciría mediante la  la lectura del cerebro por un sensor y solo pensando algo se mandaría un mensaje.            Se ha conseguido leer con máquinas el cerebro. La hiperrealidad es una consecuencia de todo esto. Lo real es la experiencia del cerebro de la acción combinada de los sentidos. Si somos capaces de acceder al cerebro que interpreta la  experiencia e información sensorial y somos capaces de provocarle nuevos estímulos eso no es real sino construido artificialmente. Si esto se populariza ¿Qué concepto tendremos de lo real si será distinto para cada uno? Nuestra realidad se podría transformar en insuficiente al interactuar con cosas irreales que existen subjetivamente. Estas cosas tendrían un sentido comercial (hacerte seguidor, fidelizarte, maximizar el tiempo de atención con el ordenador, etc.) y la colonización del individuo sería total.  Si el entretenimiento de masas se inmersiona en el propio cerebro como plataforma, el mundo simulado sería más adictivo que la realidad (puedes tener toda forma, personaje, etc.). El cerebro se haría puerta al mundo y libro abierto para leer y escribir en el. Somos lo que hemos vivido, resultados de nuestras propias experiencias y nuestros recuerdos.  Y la conexión permitiría descargar recuerdos falsos. Que suman experiencias ficticias  y olvidar recuerdos. Abre un mundo de posibilidades infinitas. Somos fruto de nuestros recuerdos, de lo que hemos vivido e implantarlos es difícil  pero se trabaja en ello. Se descubrieron un tipo de neuronas llamadas  células de tiempo que al formar un recuerdo lo ordenan cronológicamente. Ya existe la tecnología gamma de microondas que pueden eliminar recuerdos traumáticos (violaciones, secuestros, etc.). Las células de tiempo permiten crear un falso recuerdo (como con la hipnosis y la sugestión) se escribe sobre el cerebro y ya no hay control experimental vital sobre la propia vida: hackear la mente humana. Son modificaciones cognitivas de pago. Podría darse espionaje cerebral  introduciéndose en la mente. Al tener el cerebro conectado te pueden dar todo tipo de servicios (transmitir datos inteligibles  para el cerebro, acceso a conocimientos, etc.).  Al final son flujos de información que es la materia prima del mundo al que nos encaminamos. Se acabaría espiando la actividad cerebral en internet tras la era Snowden.

Alfredo Velasco

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