ROJAVA: COMO UN AUTOPROCLAMADO GENERAL SE CONVIERTE EN DICTADOR

 

Rojava. Como un autoproclamado general se convierte en dictador

Mapa de Siria, Al norte y al noreste (las zonas en verde y verde claro), los territorios controlados por la Rojava; al norte (zonas en rojo), los territorios reivindicados por Rojava pero en manos de Turquía.

Para llegar a ser un dictador reconocido, basta con ser el servil servidor de poderosos intereses globales. Y el ejecutor de su trabajo sucio. Pero eso no es todo, porque el general dictador del que hablamos es también un fiel militante del Partido Comunista Kurdo (PKK),[i] de su líder Öcalan[ii] y de la actual ideología de esta organización. Puede parecer curioso que este tema de Rojava se aborde bajo el ángulo de este estudio personalizado. Pero, hoy, esta historia personal es la historia de Rojava: es él quien la ha formado y la está formando, y los dos itinerarios del general Abdi y de Rojava se funden.

Se trata del calentamiento global

La región de Rojava, entre los ríos Tigris y Éufrates, al sur de Turquía, y fronteriza con Irak, presenta tanto llanuras como colinas y algunas montañas. Rojava es una parte independiente de la federación de regiones de Siria (los Gobiernos), con una superficie de 55.000 km² (una décima parte del tamaño de Francia, es decir, más o menos el tamaño de la región del Gran Este o de toda Bélgica), y una población de entre 6 y 7 millones de habitantes, aproximadamente el tamaño de esta región francesa, pero muy desigualmente distribuida. La mayor parte de la población se concentra en el norte, cerca de la frontera turca, y está formada principalmente por agricultores que producen (sobre todo para la exportación) cereales, algodón, aceitunas y pistachos. En 2009, estas zonas proporcionaron el 52% del trigo y el 79% del algodón de Siria. Entre el 50% y el 60% de la producción de hidrocarburos también procede de la región. Esta producción, evacuada por oleoductos en todo el país, se procesa con capacidades de refinado locales muy básicas y especialmente contaminantes. El sur es desértico pero contiene la mayor parte de los yacimientos petrolíferos del Estado. La principal zona poblada es también en gran medida una franja de 30 km de frontera con Turquía, actualmente ocupada por fuerzas conjuntas sirias, turcas y rusas para impedir cualquier ataque desde Turquía. Esto aumenta la complejidad de la situación en esta región.[iii]

Hay que recordar que el origen del conflicto sirio fue una sequía excepcional causada por el calentamiento global que afectó a una vasta región del norte de Irak y del este de Siria entre 2006 y 2011, provocando un éxodo rural de Siria, sobre todo hacia Damasco que desestabilizaría la situación, dando lugar a los disturbios. Fueron estas mismas regiones desiertas, incluida Rojava, las que permitieron la expansión de los islamistas y la cadena de acontecimientos que comentamos a continuación.[iv] Cuando Estados Unidos se puso al frente de la Alianza para la Eliminación de Daesh y su Estado Islámico, no fue por su extremismo religioso ni por sus diversas atrocidades (lo que no les habría molestado, ya que han apoyado y apoyan regímenes similares en otros lugares), sino porque este Estado tenía el control de los yacimientos petrolíferos del norte de Irak y del noreste de Siria, y porque corría el riesgo, mediante una alianza con Irán, de constituir un polo petrolero mundial fuera del control estadounidense y de paso poner en peligro su control sobre los emiratos petroleros árabes.

Las operaciones militares de la Alianza fueron llevadas a cabo sobre el terreno por milicias kurdas vinculadas al PKK, entrenadas por personal militar estadounidense sobre el terreno, provistas por Estados Unidos de potentes armas  y apoyadas por la cobertura aérea estadounidense. El comandante de las milicias kurdas implicadas en esta lucha contra Daesh se encontró al final de estas operaciones a la cabeza de un verdadero ejército y se había convertido en un aliado inquebrantable de los Estados Unidos en la región. Pero antes de trazar su trayectoria, son necesarios algunos elementos para intentar ver un poco más claro en el caos de Oriente Medio.

Un pluralismo étnico y religioso

Debemos considerar la multiplicidad de etnias y religiones, ya que Rojava es un auténtico crisol de culturas, fuente de divisiones y enfrentamientos, con dos grupos étnicos dominantes. Los kurdos representan sólo el 55% de la población de Rojava y el resto es muy diverso: árabes, beduinos, asirios, turcos, armenios, iraquíes. La misma diversidad se encuentra en las afiliaciones religiosas: suníes, cristianos ortodoxos sirios, católicos, iglesia asiria, religión yazidí.[v]

Las secuelas de una guerra de diez años que sigue ardiendo

Diversos factores están obstaculizando seriamente la actividad económica en Rojava. Las secuelas habituales de una agricultura productivista, con el uso intensivo de fertilizantes, pesticidas, herbicidas y otros insumos, se combinan con las circunstancias locales (contaminación por las refinerías de síntesis), los efectos de la guerra, a veces con la quema de edificios, la destrucción de equipos agrícolas o la imposibilidad de mantenimiento. Para cultivar y reforestar Rojava, los agrónomos sirios tienen que limpiar el suelo y los cursos de agua. Los proyectiles explosivos, los casquillos de bala y las armas químicas no sólo han tenido un impacto ecológico desastroso cuando se han utilizado, sino que también han provocado una contaminación a largo plazo. El uso de cartuchos de uranio empobrecido por parte de la coalición internacional provoca graves problemas de salud, ya que sus residuos contaminan el medio ambiente durante mucho tiempo. Las balas de mortero, los cohetes y otras armas explosivas contienen metales pesados y TNT que son cancerígenos. Cuando estas armas se utilizaron en zonas urbanas, por ejemplo en Kobane y Hesekê, estas sustancias se mezclaron con el polvo de los escombros y luego fueron inhaladas por los habitantes. También se extienden al agua y a las tierras agrícolas. El Estado Islámico encendió gigantescos infiernos, alimentados por petróleo, plástico y otros residuos. Su objetivo era crear una enorme pantalla de humo negro y opaco para ocultarse durante los ataques aéreos. Estos incendios contaminaron fuertemente el aire, el suelo y el agua. En su huida, también pusieron minas en muchas zonas que eran mortales tanto para los humanos como para la fauna. Habría que añadir que la destrucción de las instalaciones industriales ha provocado la emisión de muchos gases nocivos y productos químicos a la atmósfera.[vi]

La organización permanente del Estado sirio

Pero primero: ¿qué es un Estado? Es un conjunto de normas que rigen a una población en un territorio definido. Para ello, el territorio del Estado se divide en unidades administrativas en las que se asignan a los agentes del Estado o de las colectividades públicas (ciudades, regiones, etc.) funciones muy específicas relativas a la propiedad (catastro y patentes), al orden público (gendarmería y policía), a la defensa del territorio (ejército), a la aplicación de la ley (tribunales), a la recaudación de impuestos directos e indirectos, a las comunicaciones (redes de carreteras y ferroviarias, correos, teléfono, radios), a la educación y al estado civil. Todo ello en una jerarquía calcada de las jerarquías geográficas, que constituye el aparato del Estado al servicio muy obsesivo del aparato político. Esto significa que, sean cuales sean las vicisitudes de este poder político, tiene la permanencia del conjunto. Por poner un ejemplo, la misma administración del Estado francés funcionó sin problemas, salvo algunas modificaciones de detalle, bajo el ultraconservadurismo antes de 1934, bajo el Frente Popular, bajo Pétain y la ocupación alemana, y bajo la Cuarta y la Quinta República. Lo mismo ocurre con cualquier otro Estado.

Las subdivisiones de Siria incluyen las gobernaciones (o “mouhafazas”), divididas en distritos (o “mintakas”), que a su vez se dividen en subdistritos (o “nahiés”). En ellas se encuentran los pueblos, que son las unidades administrativas más pequeñas. En cada una de estas divisiones administrativas hay funcionarios con responsabilidades específicas.[vii] La posición geográfica de la gobernación de Al-Hasaka corresponde aproximadamente al Djézireh. Djézireh, Jazira o Jezira (al-jazayra, “la isla” en árabe), es una parte del norte de Mesopotamia correspondiente a la Alta Mesopotamia, y una antigua provincia de Siria situada en el noreste de ese país, a lo largo de las fronteras con Turquía e Irak. Corresponde casi en su totalidad a la actual gobernación de Hassaké, los cantones de Djézireh, Kobane y Afrin. Es este territorio el que constituye la “entidad democrática federal” de Rojava, proclamada en 2013, y que ha conservado todo su aparato administrativo con funcionarios locales que siguen siendo pagados por el gobierno de Damasco.

Finalmente todo gira entorno al petróleo

Antes de que comenzara la guerra en 2011, Siria producía 360.000 barriles de petróleo al día. Hoy en día produce unos 60.000 barriles. “El punto de inflexión –indica un activista internacionalista que ha permanecido en Rojava– [viii] fue después de la guerra contra Daech, cuando la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES) negó a Estados Unidos el acceso directo a los campos petrolíferos, concediéndole sólo el derecho a comprar el petróleo extraído por las autoadministraciones (lo que, entre otras cosas, permite a los consejos populares financiar el esfuerzo bélico). Trump inició entonces conversaciones con Erdogan, que esperaba la luz verde de EEUU para invadir Siria, y las zonas kurdas en particular.

La operación Rama de Olivo de 2018, que llevó a la ocupación de la ciudad y la región de Afrin, surgió de este acuerdo militar entre Erdogan y Trump. Estados Unidos quería demostrar a los kurdos y a toda la población de Rojava que, sin su apoyo, estaba condenada a ser derrotada por Bashar al-Assad o Turquía. Tras la ocupación de Afrin, las negociaciones continuaron con los estadounidenses: amenazaron con retirarse del territorio si no se permitía a sus empresas explotar los pozos de petróleo.

La consecuencia fue la retirada de las tropas estadounidenses y la operación Primavera de la Paz, lanzada en el norte de Siria por el ejército turco y los rebeldes del Ejército Nacional Sirio contra las Fuerzas Democráticas Sirias. Estas ofensivas militares turcas, apoyadas tácitamente por Estados Unidos, han arruinado la reputación de los presidentes estadounidenses entre la población de este país. Antes de 2018, los civiles se referían cariñosamente a Obama como “Heval Obama”; hoy, se refieren a los estadounidenses como “bênamus” (sin honor). Dicho esto, las tropas estadounidenses nunca se retiraron completamente ni de Siria ni de Irak.

Hoy, con Biden, la voluntad de restablecerse en la región es muy clara. Han llegado nuevas tropas, se están construyendo nuevas bases y el equipamiento está llegando a raudales. Recientemente, las tropas estadounidenses atacaron las bases de una milicia iraní en Siria; este ataque fue una respuesta a otro ataque de una milicia iraní contra las tropas estadounidenses en Irak. Estos acontecimientos demuestran la naturaleza supranacional de la guerra civil en Siria: una milicia iraní ataca a los estadounidenses en Irak, los estadounidenses responden con un ataque en Siria.”

¿Quién es el general (autoproclamado) Abdi?

Es necesario hablar del hombre fuerte de Rojava que también es un “vasallo” de los americanos, pero un vasallo que pretende mantener la independencia de “su” Estado, que sin embargo indirectamente es un elemento del federalismo sirio. Mazmoum Abdi es sólo uno de los nombres de guerra de Ferhat Abdi Sahin (que también se hace llamar Sahin Cilo y Sualin). Nacido en 1967 de padres kurdos en un pueblo cercano a Kobane, estudió ingeniería en la Universidad de Alepo y se unió al PKK en 1990, donde se hizo militante.

“Hay que remontarse a principios de los años 80 para entender la revolución de Rojava.[ix] En esos años, los cuadros del PKK en el exilio sentaron las bases de las organizaciones populares en las comunidades kurdas de Siria. Abdullah Öcalan (conocido como Apo, que significa “tío” en kurdo) y sus parientes, los “apocis” (seguidores de Apo), iban de pueblo en pueblo, de casa en casa, para reclutar y formar a activistas políticos y construir una estructura popular revolucionaria. Poco a poco, las instituciones democráticas populares comenzaron a surgir en toda Rojava, e incluso en las grandes ciudades sirias como Alepo o Damasco. PA medida que han ido surgiendo el movimiento de mujeres, el movimiento juvenil, los partidos políticos kurdos y sus instituciones, como los consejos populares, las cooperativas y otras. Estos movimientos sufrieron la represión de los estados imperiales, decenas de activistas fueron encerrados, asesinados o “simplemente” desaparecieron. Esto hizo que Abdi fuera encarcelado cinco veces. También se convirtió en amigo personal del líder Öcalan, cuyas numerosas fotos muestran una gran hermandad de armas. En 1996, el PKK le envió a realizar labores de reclutamiento en la zona rural de Sendili, en Turquía.

Volvemos a encontrar a Abdi enviado a una misión similar en Europa (1997-2003) e Irak (2003). Ascendió a la dirección del PKK en 2005 y dirigió la Unidad de Defensa Popular (YPG) armada de 2009 a 2011. Luego regresó a Siria para establecer el YPG entre la población kurda. En 2010, un grupo de senadores estadounidenses pidió que se concediera a Abdi un visado para dsicutir de las relaciones entre Siria y Estados Unidos, una decisión criticada por Turquía, que considera al PKK y sus ramificaciones como organizaciones terroristas.[x]

“En 2011, durante las revueltas populares sirias que sacudieron el país para derrocar al régimen de Bashar al Assad, los kurdos se manifestaron junto al resto de la población siria. En 2012, el régimen de Assad retiró sus tropas del noreste de Siria. Los partidarios del régimen y, en particular, la burguesía (grandes terratenientes, industriales) huyeron de la región para refugiarse, bajo la protección de Assad, en las grandes ciudades de la costa o en el oeste. En ese momento, el movimiento del confederalismo democrático ya tenía una sólida base organizativa y popular (consejos populares de autogestión, cooperativas, fuerzas de autodefensa, sistema de formación, etc.). Así que cuando el régimen de Assad se retiró, el movimiento pudo forzar su mano para entregar ciertos recursos (especialmente militares y económicos) al movimiento. Este fue el punto de partida de la declaración de autonomía y de la revolución de Rojava que luego se convertiría en la AANES”.[xi]

Abdi trabajo entonces junto a Bashar al-Assad y el gobierno de Damasco, que le dio un papel clave en el gobierno de al-Hasaka, que ocupó militarmente con su ejército, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), formadas en 2015. En calidad de tal, firma la carta de la ONU contra el reclutamiento de niños en las fuerzas armadas. A esto le siguieron las negociaciones con Bashar y Rusia para crear una zona tampón entre el gobierno de Rojava y Turquía, con la presencia de tropas rusas y sirias para evitar cualquier ataque desde Turquía. Abdi es enviado en agosto de 2014 a Estados Unidos para negociar con Estados Unidos e Irán la formación de la Alianza para eliminar al Estado Islámico. Asciende con instructores estadounidenses y al final de esta guerra se encuentra al mando de 70.000 combatientes, comandante en jefe -general- de las FDS. Durante esta guerra, los estadounidenses no sólo proporcionan cobertura aérea, sino también un potente armamento, instructores y tropas de apoyo. Forjando relaciones, no sólo militares sino también personales, especialmente con los líderes militares y políticos estadounidenses.

Una vez finalizada la operación, Abdi guardó excelentes relaciones con la administración estadounidense, que lo veía como un hombre en el que podían confiar. Los demócratas y los republicanos del Congreso vuelven a insistir unánimemente para que venga a Washington para discutir la situación en Siria, a pesar de la hostilidad de Erdogan. En la primavera de 2019, el Estado Islámico ya no existe, pero Daesh continúa su guerra de guerrillas en toda Siria, incluso en Rojava. Mientras las milicias luchaban en el frente, las diversas estructuras del confederalismo democrático se desarrollaban e integraban a más y más personas y comunidades en su sistema político, especialmente en las zonas anteriormente ocupadas por Daesh.[xii]

Fue finalmente en Davos, el 24 de enero de 2020, durante las reuniones anuales de los explotadores del mundo, cuando Trump se reunió con Abdi, que había acudido especialmente al complejo suizo. Pero un incidente causará revuelo. Como es habitual, Trump confundió a Abdi con su oponente kurdo de Irak, Barzani, cuya organización basada en estructuras tribales difiere del PKK leninista. Esta confusión ilustra la política de Estados Unidos en el sector petrolero de Oriente Medio, que juega a dos bandas para evitar una fusión entre estos sectores petroleros nacionales. Poco importa porque la reunión es simbólica, mientras entre bastidores los expertos resuelven la cuestión crucial del petróleo sirio (del que Rojava posee casi el 70%).[xiii]

Acuerdo petrolífero

En el verano de 2020, todo se hizo realidad. Un anuncio suscita la indignación de Damasco y Ankara, el acuerdo entre la petrolera estadounidense Delta Crescent Energy LLC y la administración kurda semiautónoma del noreste sirio, zona en la que se encuentran la mayoría de los yacimientos petrolíferos y que está en gran medida fuera del control de Bashar al-Assad. Aunque se han dado pocos detalles sobre el contenido del texto, se han facilitado detalles en una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense. El senador republicano Lindsey Graham, afirmó haber sido informado del contrato para “mejorar los campos petrolíferos del noreste de Siria” por el comandante en jefe de las Fuerzas de Autodefensa, el general Mazloum Abdi, aprovechando la ocasión para pedir al secretario de Estado estadounidense que invitara a Abdi a Washington. Mike Pompeo, entonces Secretario de Estado de EE.UU. (jefe de la diplomacia estadounidense), apoyó la iniciativa. La coalición militar compuesta en su mayoría por la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG), han mantenido estrechos vínculos con Washington desde su creación. “El acuerdo ha tardado un poco más de lo que esperábamos, y ahora estamos en el proceso de implementarlo”, afirmó la secretaria de Estado, confirmando el apoyo de la administración de Donald Trump. En octubre de 2019, Washington ya había anunciado que se preparaba para desplegar “medios mecanizados” para garantizar la defensa de los campos petrolíferos de la provincia de Deir ez-Zor, cerca de la frontera con Irak, recuperados de manos de los yihadistas del EI con las fuerzas kurdas y donde se encontraban entonces unos 200 soldados estadounidenses.[xiv]

A finales del verano de 2019, Trump y Erdogan llegaron a un acuerdo: Turquía ocuparía los territorios fronterizos del norte de Rojava, mientras que EEUU tendría influencia para presionar a los consejos de autogobierno para que firmaran tratados petroleros más jugosos. Tras estos acuerdos entre ambos gobiernos, Trump comenzó pidiendo a las instituciones militares de Rojava que retiraran su línea de defensa en esta frontera norte (túneles, búnkeres, líneas de armas pesadas posicionadas y otros obstáculos), asegurando a cambio un apoyo militar incondicional en caso de invasión turca. Una vez desmantelada la línea de defensa, Trump anunció la retirada de sus tropas. Esto fue el 6 de octubre de 2019, y la traición se consumó. El 9 de octubre, Erdogan lanzó la Operación Primavera de la Paz y comenzó a invadir Rojava. La batalla fue dura y duró dos meses. Al mismo tiempo, la situación política en Siria cambió; Rusia aprovechó el vacío creado por la retirada de las tropas estadounidenses para volver a colocar a su potro, Bashar al-Assad, en la carrera geopolítica de la región. Las autoadministraciones tuvieron que aceptar el regreso de las tropas gubernamentales sirias al noreste de Siria para bloquear el avance turco. Rusia declaró que respondería a todos los ataques contra los soldados del régimen sirio, hasta el punto de que bastó con izar la bandera de Assad en determinados puestos de control para bloquear el avance de los pro-yihadistas turcos. Este ejemplo muestra muy bien el juego de los estados imperialistas; se ponen de acuerdo para aplastar a los actores locales y defender sus intereses económicos y políticos, a cualquier precio.

Colaboración a cualquier precio

Entrevistado por L’Orient-Le Jour,[xv] Nicholas Heras, responsable del programa de seguridad en Oriente Medio del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), señala que “el acuerdo sobre el petróleo ofrece a las FDS la oportunidad de construir una base más sólida para una asociación a largo plazo con Estados Unidos”. El 3 de agosto de 2020, el Ministerio de Asuntos Exteriores turco declaró que el acuerdo entre Delta Crescent Energy LLC y la administración semiautónoma kurda del noreste de Siria era “inaceptable” y afirmó en un comunicado: “Lamentamos el apoyo estadounidense a este hecho que ignora el derecho internacional (…) y que concierne a la financiación del terrorismo”. Según fuentes citadas por el sitio web al-Monitor, Ankara no reaccionó negativamente, tras ser informada del acuerdo petrolero entre bastidores por el enviado especial de Estados Unidos para el compromiso en Siria, James Jeffrey. Las mismas fuentes dijeron que Rusia, patrocinadora de Damasco, también había sido informada y no se había pronunciado, afirmando que algunos yacimientos petrolíferos no se habían incluido en el texto para garantizar que el pueblo sirio fuera de las zonas kurdas “no se vea privado de su parte de petróleo”.

Es igualmente difícil saber qué se ha acordado para la Siria de Bashar, ya que se han reanudado las entregas de petróleo de Rojava a Damasco (¿oleoducto directo existente o noria de camiones cisterna?), pero lo cierto es que Damasco no sale perdiendo en estos acuerdos.

Tras la elección de Biden a finales de 2020, se vuelve a hablar de que Abdi sea invitado oficialmente a Washington. Para Abdi, “el mismo equipo [estadounidense] está en su sitio”, repitiendo que “nuestros lazos militares con Estados Unidos son muy buenos, pero consideramos que nuestras relaciones políticas son insuficientes”. El general se niega a tomar partido en las relaciones entre el PKK y el KDD, así como en las complejas relaciones entre Damasco, Irán e Irak. Otro problema complica las relaciones con Turquía: la mayoría de los afluentes del Éufrates que riegan Rojava nacen en Turquía. Por lo tanto, Turquía tiene un gran poder de presión, tanto más cuanto que la sequía sigue estando presente y los cultivos importantes, como el algodón, necesitan mucha agua. Pero, a diferencia del petróleo, donde todo se juega a nivel global, este problema del agua sólo influye en las relaciones de Rojava con Turquía.[xvi]

Nepotismo

La posición dominante de Abdi en esta provincia, que es autónoma pero sigue federada dentro de la Siria de Bashar, no sólo se debe a la fuerza militar de las FDS (Fuerzas Democráticas Sirias), sino a la conquista de todos los puestos de poder político en las actividades económicas (independientemente de los funcionarios que quedan) por parte de todos los miembros de la familia Abdi, en un nepotismo sin parangón. Dara, uno de los hermanos del general, se benefició de lucrativos contratos por valor de más de 50 millones de dólares para el suministro de alimentos y servicios para el ejército estadounidense. En sus viajes a Ucrania, forjó vínculos con la mafia local para llevar a cabo sus contratos. Además, como abogado de profesión, Dara desempeña un papel muy activo en la comunidad de asesores. Falza, hermana de Abdi, es la presidenta del Consejo Legislativo de la región del Éufrates. Rosha, otra hermana, es alcaldesa de Kobane. Un hermano menor, Kurdo, es director del hospital militar de Kobane. Un primo es jefe del departamento estatal de construcción y obras públicas. Otro primo dirige una red de empresas textiles y de confección.[xvii]

Prisioneros

Paralelamente, ha habido diferentes problemas más específicos de la Rojava. Uno de estos está relacionado con las decenas de miles de soldados de Daech prisioneros, que están a cargo de las administraciones de Rojava. Miles de ellos son extranjeros que nadie quiere. La situación es muy complicada: su encarcelamiento es extremadamente caro para una administración que ya sufre una terrible crisis económica, y un buen número de ellos son muy peligrosos (asesinan regularmente a sus guardias).

Occidente se ofende por sus condiciones de vida, pero al mismo tiempo se niega a repatriar a sus ciudadanos y/o a financiar estructuras más adecuadas para su detención. Al final, esta situación obligó a las administraciones a liberar a varios cientos de antiguos militantes de Daech. El impacto se hizo sentir rápidamente en la situación de seguridad de la región. Reanudandose los atentados, asesinatos, tiroteos y otros incidentes.[xviii]

La crisis económica

“Otro gran problema es la crisis económica. En los últimos años, los precios se han multiplicado por diez. Por ejemplo, 1 dólar valía 500 libras sirias en 2015. Hoy en día, vale más de 3.000. A esto se suma un severo embargo sobre el gobierno sirio y la Siria autoadministrada. Las zonas ocupadas por Turquía no se ven afectadas por el embargo, ya que las mercancías transitan por Turquía.

En los últimos meses, en Rojava ha habido un problema con el pan. Los consejos han impuesto un precio fijo al pan, para garantizar el acceso a toda la población. La producción se reparte entre empresas privadas y cooperativas de autogestión. Desde la ocupación turca, los yihadistas, con el apoyo de Turquía, han robado cientos de toneladas de harina. Esto ha hecho que el precio de la harina de contrabando se dispare. Las empresas privadas detuvieron su producción de pan para protestar contra el precio fijado, abrumando a las cooperativas con una demanda que, hasta hace poco, no podía satisfacer. Actualmente las cooperativas se organizan para aumentar su producción manteniendo el mismo precio. Este es sólo uno de los cientos de ejemplos relacionados con las sanciones económicas occidentales y las consecuencias de la ocupación turca.

En 2020, también tuvimos Covid-19. Al principio, la pandemia era bastante limitada, sobre todo porque no hay mucha gente que pase por Siria y, por tanto, pocas contaminaciones llegaron del exterior. En segundo lugar, los Consejos Populares han respondido colectivamente a los riesgos asociados al virus produciendo y distribuyendo material sanitario. También se pusieron en marcha desinfecciones colectivas. Pero hay que decir que la amenaza directa y concreta es militar, no sanitaria. La situación es, pues, muy diferente a la paranoia de seguridad de Occidente”.[xix]

Las nuevas instituciones

Pero Abdi no es sólo todo esto. Sigue siendo el militante del PKK, fiel entre los fieles a Öcalan, aplicando la nueva ideología de este último, cuando abandonó (por razones tácticas globales) un leninismo centralista (del que Abdi ha conservado las lecciones y la práctica), por la capa blanca purificadora del municipalismo del estadounidense Murray Bookchin. Al amparo de la dictadura militar de Abdi, se intenta crear instituciones de la vida económica y social (no incompatibles con lo que queda de la administración civil de los funcionarios sirios que trabajan en un ámbito completamente diferente), el “contrato social de la federación del norte de Siria”. Estas nuevas instituciones económicas y sociales no cuestionan ni la propiedad (el artículo 43 del Contrato Social especifica que “el derecho a la propiedad privada está garantizado salvo si contradice el interés general y está garantizado por la ley”; del mismo modo, el uso de la tierra por un aparcero está garantizado), la ocupación estatal o no, ni la explotación del trabajo, bases de un modo de producción capitalista.[xx]

La tan cacareada “autoadministración” sólo es efectiva para los niveles más bajos de la organización establecida bajo la “comunalización de Bookchin”, que en última instancia sólo juega un papel complementario a la dominación del FDS. En su libro La Fascinante Democracia de Rojava,[xxi] Pierre Bance se documenta abundantemente sobre estas nuevas instrucciones, vigentes o aún programadas sin ser aplicadas bajo diversos pretextos. Hace una buena distinción entre las perspectivas afirmadas y la realidad; subrayando en particular (p. 20-21): –que las instituciones existentes aún no pueden funcionar; que la situación sigue sumida en múltiples contradicciones: que el proceso parlamentario se ha roto; que las reglas de la democracia directa no son operativas en los niveles superiores de decisión política y militar.

Es difícil conocer la distancia que separa a las bases, a las que se les han concedido algunos poderes sobre la vida cotidiana, de los dirigentes. ¿Se está utilizando esta democracia de base para satisfacer algunas de las esperanzas de la población? ¿O la situación general, especialmente la militar, puede justificar el mantenimiento de una jerarquía?

Una economía de guerra

Es evidente que Rojava vive en una economía de guerra porque, aunque el Estado Islámico ya no existe, Daesh sigue vivo y coleando, sin conocer fronteras. Paralelamente a todo tipo de contingencias impuestas por Damasco, Turquía, Rusia y Estados Unidos, Daesh y las organizaciones clandestinas turcas practican la guerra de guerrillas, que se refleja no sólo en los ataques armados, sino también en la quema de campos de cereales o el sabotaje de instalaciones de procesamiento de alimentos (molinos, almazaras, cortes del suministro de agua).

Es difícil decir cuál será el impacto económico de esta guerra latente, pero puede afectar a las exportaciones agrícolas, una fuente de ingresos para el Estado. Y, como hemos señalado, también sirve de justificación para que las tan cacareadas reformas en el ámbito de la ultraizquierda queden prácticamente en papel mojado, salvo algunos elementos básicos, que encajan fácilmente en el sistema de esta dictadura militar.[xxii]

Asambleas

Es importante volver a algunos aspectos legales del contrato social de la FDS, que se supone que regula en esencia parte del presente y el futuro la vida social de Rojava. Todo el sistema social está organizado sobre una base territorial jerárquica: municipios, cantones, regiones, Estado. Esto, como ya hemos señalado, es exactamente lo mismo que había antes del conflicto en Siria: distritos (pueblos), subdistritos (cantones), gobernaciones (regiones), Estado.

Para cada una de estas divisiones, el contrato social se refiere a las asambleas, que son una especie de órgano electoral del que sólo el 60% es elegido por la población afectada, siendo el 40% restante designado por órganos superiores. Se supone que en su nivel establecen directrices sociales, cuya ejecución depende de un consejo de coordinación elegido por esta asamblea. Así, en cada una de estas unidades territoriales, nos encontramos con una situación bien conocida en Francia: una especie de consejo municipal (ya en este caso elegido en condiciones nada democráticas) enfrentado a un grupo de funcionarios, responsable de las funciones regias sobre las que el consejo no tiene ningún poder pudiendo sólo  regular los problemas de intendencia local.

Cuando además, hoy en día sabemos que sólo se han creado los niveles de las asambleas y consejos en cuestión, de por sí muy poco democráticos, podemos hacernos una idea de lo que es esta “democracia local de Rojava” tan cacareada en ciertos círculos. Demostrando también el dominio casi totalitario de las altas esferas y el poder del clan Abdi.[xxiii]

Las cooperativas

Más allá de esta cuestión social, es mucho más esencial la situación económica. Aparte de esta plétora de funcionarios y militares, la Rojava siempre ha sido y sigue siendo un mundo de campesinos y pequeñas industrias que trabajan en la transformación de productos agrícolas (molinos, almazaras, procesamiento) o de material agrícola (desde el herrero del pueblo hasta el mecánico de máquinas agrícolas). Las refinerías casi artesanales, especialmente contaminantes, deberían considerarse por separado.

La producción y la transformación son competencia de las cooperativas. De hecho, el tan alabado movimiento cooperativo, con sus 10.000 cooperativas, sólo afecta al 1,4% de la población, ocupando una parte muy pequeña de la economía del país. En Rojava, el movimiento cooperativo sigue siendo modesto a escala del país. Salvador Zana, exmiembro del comité económico del cantón de Cirer en el 2017, estima que el número de cooperativistas es de 100 mil de los 5 a 6 millones de habitantes de la Federación y considera que “la recepción del actual modelo cooperativo ha sido un tanto moderada”. Las empresas industriales, artesanales y agrícolas también son pequeñas, pudiendo contar de 10 a 150 cooperantes. Otras fuentes afirman que las cooperativas rurales aportan una gran proporción de la producción agrícola y que el movimiento cooperativo afecta a la construcción, las fábricas, la energía, la ganadería y el pistacho. Los contratos públicos afectarían a las tres cuartas partes del total de la propiedad.

En el caos de los últimos diez años, con éxodos masivos, sequías, destrucciones y expropiaciones forzosas, es difícil hoy en día hacerse una idea de la estructura real del mundo campesino –entre los latifundios y los pequeños agricultores. Este sector ha sufrido una agitación tan grande que es difícil encontrar estadísticas precisas. Una cosa es cierta: la actividad campesina, año tras año, nunca ha cesado.

Es bien sabido que, sean cuales sean las formas de dominación política o militar, incluso en esta franja de 30 km de profundidad a lo largo de toda la frontera con Turquía, los campesinos cultivan “su” tierra según las tradiciones rurales y deben, para subsistir, vender su producción. En Francia, bajo la ocupación alemana, el campo continuó su producción habitual incluso en condiciones difíciles. La venta de la producción se realiza en el mercado, que es esencialmente capitalista, sobre todo porque parte de su producción se exporta. Sea cual sea el papel del Estado en esta comercialización, al final es el mercado capitalista internacional el que impone sus reglas, sobre todo porque, al no haber industria, todo el equipamiento debe ser importado. Pero este mercado, que pesa sobre los costes de producción, impone a los agricultores el uso intensivo de todos los insumos, una fuente importante de destrucción del suelo y de daños ecológicos. Parece que, en este sentido, la Rojava ha sido especialmente maltratada en el pasado, dejando un legado destructivo quizá tan grande como el de la guerra.

La actividad económica

Sean cuales sean las vicisitudes políticas de Rojava, su existencia y su supervivencia dependen exclusivamente de su actividad económica. ¿Cuál es la situación actual?

Las principales fuentes de ingresos del Estado de Rojava son los impuestos directos e indirectos sobre las personas o empresas de la región, pero las diferentes administraciones gestionan la fiscalidad de las distintas producciones agrícolas. Todo el sistema se aplica de esta manera:

  • ingresos de las propiedades públicas: silos de grano, molinos de aceite y petróleo
  • derechos de aduana
  • servicios de distribución, como los servicios postales
  • pagos diferidos de Turquía e Irak

La producción de petróleo y alimentos es esencial, al igual que las exportaciones. Se trata principalmente de ovejas, cereales y algodón. Utilizados para financiar las importaciones de productos alimenticios y de piezas de repuesto para los aparatos mecánicos. Este comercio es especialmente difícil porque principalmente tiene que hacerse a través de la Turquía hostil.

“Bajo el régimen sirio, los monocultivos de trigo y algodón eran la principal actividad en el norte de Siria, y aparte del textil en el cantón de Afrin, apenas había industria. Sometida al embargo de Turquía y del Gobierno Regional del Kurdistán (GRK) en Irak, dominado por el PDK de Massoud Barzani, aliado de Erdogan y hostil a la AANES, [Rojava] tiene dificultades para desarrollar su economía. Los materiales necesarios para los sectores de la energía, la alimentación y la educación no se pueden importar. Los hospitales no disponen de equipos sofisticados y los medicamentos escasean, dependiendo de la buena voluntad del régimen sirio. Las principales organizaciones internacionales dicen que no pueden apoyar a la AANES, ya que no es un Estado oficialmente reconocido. Una gran parte de la economía sigue dedicada al esfuerzo bélico. El embargo obstaculiza materialmente el desarrollo debido a la falta de materias primas y provoca un aumento de los precios, especialmente de los productos alimentarios, que la AANES intenta controlar. Favoreciendo la aparición del mercado paralelo y el enriquecimiento de empresarios y antiguos funcionarios del régimen que utilizan su red de contactos para transportar productos desde o hacia las zonas bajo control del régimen o de la oposición pro-turca, con el fin de abastecer el mercado”.[xxiv]

Los proyectos de socialización de la tierra se dejaron fácilmente de lado, tanto para evitar que se convirtiera en una dictadura territorial del gobierno, como porque muy pocos kurdos son propietarios de tierras. Al mismo tiempo que se mantiene la ideología de que la tierra, el agua y la energía son bienes públicos que pueden ser gestionados y controlados por las nuevas autoridades locales, siguen existiendo estructuras paralelas en los procesos de producción agrícola con empresas privadas que trabajan con cooperativas y asambleas. Los terratenientes utilizan los precios del mercado y las asambleas no están interesadas en expropiar estas coaliciones privadas, siendo la cuestión principal el nivel y el contenido de la colaboración. En Rojava, el 30% de los beneficios de la agricultura van a parar a las asambleas a fin de mantener los servicios públicos.[xxv]

Independientemente de los beneficios de la transformación social, que tienden a resolver la producción de productos agrícolas básicos, existen deficiencias en la capacidad general de procesamiento de estos productos que los kurdos  mayoritariamente no controlan. No hay suficientes molinos para hacer harina, ni refinerías para fabricar gasóleo a partir del crudo. El 70% de toda la producción se destina al esfuerzo bélico. Esto hace que los pocos esfuerzos realizados para ajustarse a las prescripciones de las tesis de Bookchin sean una burla y que las estructuras tradicionales en torno a la propiedad persistan.”

Cualquier régimen político no puede sobrevivir mucho tiempo si no satisface las demandas sociales de la mayoría de la población. Una dictadura militar está sujeta a esta regla, aunque sólo sea para garantizar el nivel necesario de actividad económica. Por lo tanto, Abdi y su clan deben satisfacer las demandas de casi la mitad no kurda de Rojava y las situaciones sociales.

Si la democracia básica forma parte del contrato social de la FDS, es la condición requerida por la multiplicidad de etnias y religiones (casi el 50% de la población) que poseen una buena parte de las producciones básicas.

Si la emancipación de las mujeres ocupa un lugar tan importante en este contrato social y en toda Rojava, es porque, como los hombres están en otra parte (huyendo, en el ejército o muertos), ellas tienen que asumir todo lo que antes era prerrogativa de los hombres.

Si las cooperativas encuentran un lugar y florecen en casi todas partes, es porque ante la falta de material (destrucción, falta de repuestos, dificultades de abastecimiento) esta puesta en común permite resolver en parte estos problemas.[xxvi] Por lo tanto, todo en Rojava no es sólo un problema de aplicación de una ideología; todas las medidas tan cacareadas en otros lugares no son al final más que la respuesta obligada a las innumerables cuestiones que surgen desde el momento en que este territorio se erige en Estado soberano. No hay revolución, ni avances, ni siquiera la aplicación (voluntaria o no) del municipalismo de Bookchin, sino sólo un Estado que tiene que salir de un caos persistente en un mundo capitalista del que es totalmente dependiente. Al fin y al cabo, los niveles básicos de Rojava son similares a los de los municipios y cantones de aquí, las cooperativas de todo tipo florecen aquí desde hace mucho tiempo, y Francia no está en absoluto en una revolución sino bien anclada en el capitalismo mundial. ¿Y entonces, la Rojava, una revolución? [xxvii]

H.S

Texto publicado en el boletín Échanges; nº 174, primavera 2021
http://www.echangesetmouvement.fr/2021/08/rojava-comment-un-general-autoproclame-devient-un-dictateur/

Se puede seguir la respuesta de Pierre Bance (en francés) en:
Courant Alternatif; nº 310 (mayo 2021, página 25)
https://oclibertaire.lautre.net/spip.php?article2756

Traducción de π

 

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