LAS CIUDADES FRENTE A LA CRISIS ECOLÓGICA(INFORME)

[Informe] Las ciudades frente a la crisis ecológica. Propuestas ecosociales para la renaturalización de entornos urbanos y periurbanos.

[Informe] Las ciudades frente a la crisis ecológica

 

La humanidad se enfrenta al mayor reto de su historia: actuar frente a la emergencia ecológica con contundencia. Esta amenaza, cuyas consecuencias más visibles son las crisis climática y de pérdida de biodiversidad, está atacando gravemente la vida de este planeta, incluyendo la del ser humano. En los meses de verano que preceden a la publicación de este informe los medios de comunicación se han hecho eco de desastres medioambientales

de gran gravedad como la muerte de miles de peces y crustáceos en el Mar Menor, incendios como el de Navalacruz en Ávila o el de Sierra Bermeja en Málaga, de una gravedad sin precedentes, o récords de temperaturas máximas registradas en España, en concreto en Montoro, Córdoba, donde se han llegado a alcanzar los 47’4 grados. Si se pone el foco más allá de las fronteras españolas, son muchas más las muestras que dan visibilidad a los resultados que se obtienen cuando la respuesta a la emergencia ecológica no está a la altura. Las imágenes de las inundaciones en Alemania o los efectos de la ola de calor de Canadá en su fauna marina ilustran con claridad el problema.

A estas alturas es indudable que las causas de estos eventos inusuales están estrechamente ligadas al ser humano. Muchos científicos afirman incluso que debido a la transformación que ha sufrido el planeta como consecuencia de las acciones humanas nos encontramos en una nueva época geológica: el Antropoceno. Este término fue popularizado por Paul J. Crutzen, ganador del premio Nobel de química, tras afirmar en el año 2000 que con la llegada de la Revolución Industrial se pondría fin al Holoceno y entraríamos en una nueva época caracterizada por el profundo impacto que el desarrollo tecnológico y económico está teniendo en el planeta. Esta afirmación sigue siendo discutida y analizada por la comunidad científica, pero lo que es innegable es que si no revertimos este proceso, las consecuencias serán nefastas.

El último informe IPBES, la mayor autoridad científica internacional en el análisis y evaluación del estado de la biodiversidad global y los servicios de los ecosistemas, publicado en mayo de 2019, concluía que actualmente se encuentran en peligro de extinción 1 millón de especies, que la naturaleza se encuentra en un proceso de deterioro constante, el más rápido en la historia, y que la responsabilidad recae sobre el ser humano. Los impulsores directos de este cambio global que identifica el informe son, por orden de prioridad: el cambio de uso de la tierra y el mar, la explotación directa de los organismos, el cambio climático, la contaminación y la expansión de especies invasoras. Por tanto, la principal causa detrás de la crisis de biodiversidad es la transformación de la superficie de la tierra para su uso en beneficio de la humanidad. A este respecto, el informe IPBES dice:

«La expansión agrícola es la forma de cambio de uso del suelo más extendido: más de un tercio de la superficie terrestre se utiliza para el cultivo o la ganadería. Esta expansión, junto con la duplicación de las zonas urbanas desde 1992 y la proliferación sin precedentes de infraestructuras vinculadas al crecimiento de la población y el consumo, se ha producido principalmente a expensas de los bosques (primordialmente bosques tropicales de edad madura), los humedales y las praderas».

La sociedad debe replantearse el impacto físico de su modelo de producción, expansión y gestión del territorio si quiere reconducir su rumbo.

Actualmente políticos y sociedad civil se encuentran en una encrucijada sin precedentes: transformemos nuestro modo de vivir si queremos seguir viviendo. El presente informe pretende contribuir a este cambio poniendo el foco en los entornos urbanos y periurbanos, buscando respuestas a cómo un nuevo modelo de relación con la naturaleza puede afectar a nuestras ciudades.

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