VACUNACIÓN: LA ILUSORIA PROTESTA LIBERAL DEL AUTORITARISMO

Vacunación: la ilusoria protesta liberal del autoritarismo
28 des 2021
El establecimiento de una campaña de vacunación, luego la introducción del “pase de salud” dio lugar a grandes polarizaciones ideológicas, particularmente en el tema de la vacunación. Estos son indicativos de ciertas dificultades a las que se enfrenta la izquierda revolucionaria y, en particular, en lo que respecta a su relación con el poder y la libertad.
La rápida propagación de la epidemia durante el invierno de 2020 puso de relieve el efecto perjudicial del capitalismo en la salud humana, sobre todo debido a la explotación letal de los recursos naturales y la destrucción de los ecosistemas. Pero aún más esta epidemia reveló la increíble negligencia del Estado ante un riesgo tan imprevisible. En Francia, de un cambio a otro (sobre la peligrosidad y la realidad de la epidemia, sobre la utilidad de las máscaras, sobre la necesidad de una vacuna, etc.), apareció la incapacidad de los gobiernos para plantar cara a la epidemia.

De la desorganización al control policial
Es un eufemismo decir que la legitimidad del capitalismo y sus variaciones estatales sufrieron una aceleración, ya iniciada, de su declive durante esta pandemia. La idea de que el capitalismo es una amenaza para la humanidad y que los poderes fácticos son sus cómplices es ahora evidente para la gran mayoría de la gente. Y, con tanta frecuencia, el uso de la fuerza constituye el principal recurso de los poderes frente a esta pérdida de legitimidad.

La confusión radica en el hecho de que si el gobierno utiliza la vacunación con fines económicos y de vigilancia, también tiene una justificación sanitaria.

Primero en el discurso, con el recurso permanente a fórmulas marciales, escenificando la fuerza donde reside la desorganización (“estamos en guerra”), y luego en los actos, para constreñir donde hay legítima desconfianza. La implementación del pase de salud obedece así a una doble lógica: obligar a la vacunación para reactivar la economía y reafirmar el poder del Estado donde se había debilitado considerablemente.

Una medida policial al servicio de una medida sanitaria, o al revés, esto no es nuevo. Toda la historia de la salud pública está atravesada por esta articulación. Esta crítica de izquierda a las políticas de salud pública encuentra su origen en particular en las tesis desarrolladas por el filósofo Michel Foucault. Desde el XVIII° siglo, la vida y el cuerpo de las personas se convierten en objetos del poder. De hecho, el desarrollo del capitalismo industrial va de la mano del nacimiento de políticas de salud pública que, al enfocarse en la salud de las poblaciones, se orientan a sostener la productividad de los cuerpos.

Biopoder y capitalismo
Estas políticas están estrechamente ligadas a las medidas de vigilancia, pues al buscar intervenir en los cuerpos de las personas, requieren operaciones de medición, evaluación, censo, registro, etc. Es una forma de ejercicio del poder que Foucault llamó biopoder (o biopolítica): poder sobre la vida. Esto está intrínsecamente ligado al desarrollo del capitalismo y la atención prestada al cuerpo productivo. Como tal, hoy la biopolítica se ha desarrollado y renovado considerablemente, basada tanto en la acción de las instituciones estatales como en la de los individuos, con el desarrollo sin precedentes de lógicas de autocontrol (a través de herramientas tecnológicas y digitales) que reflejan la integración individual de la lógica de el cuerpo que realiza y por lo tanto productivo.

La oposición de la izquierda al pase de la salud forma parte de esta crítica al biopoder, sobre todo porque esta medida, obviamente, pretende empoderarse de las razones que justificaron su creación y constituir una medida que pueda extenderse a otros aspectos de la salud o vida. Pero detrás del rechazo al pase de salud, también hay una oposición a la vacuna que retoma esta crítica al biopoder: vacunarse sería someterse al poder.

La vacuna y sus oposiciones: un liberalismo oculto
Esta oposición es diferente de la oposición más general a la vacuna, que se debe a un declive bastante preocupante de la cultura científica dentro de la izquierda revolucionaria. Esta oposición, en nombre de la libertad de vacunarse, sugiere que, en lo que respecta al biopoder, lo que está en juego consiste en afirmar la propia libertad individual (entendida como estar libre de cualquier coacción, de cualquier norma distinta a la de la elección).

Sin embargo, la confusión radica en el hecho de que, si el gobierno utiliza la vacunación con fines económicos y de vigilancia, también tiene una justificación sanitaria. Este es el único medio actualmente reconocido para frenar la epidemia y prevenir muchas muertes y garantizar la protección colectiva frente a un peligro real. Como tal, los estallidos libertarianos[1] presentes incluso en las filas de la izquierda revolucionaria traducen una confusión política sobre la relación con el poder y la libertad. Pero esta confusión es un signo de la debilidad de los revolucionarios de hoy.

Porque si algunas personas solo encuentran la ilusión de su libertad individual para oponerse a las políticas de salud pública que lleva a cabo el Estado, es indudable que las alternativas colectivas están poco o nada plasmadas. La oposición liberal al biopoder es la expresión de un biopoder individual, una expresión en el mejor de los casos puramente ficticia, en el peor de los casos perfectamente en las uñas de la lógica del autocontrol, de la responsabilidad individual por los riesgos para la salud (que paradójicamente son las formas más contemporáneas y exitosas del biopoder estatal).

Evitando las trampas del confusionismo
En realidad, una oposición revolucionaria al poder no puede residir en la afirmación de la libertad individual; debe ser parte de la afirmación de otro poder. Esto es lo que falta hoy para evitar las trampas del confusionismo y el aventurerismo ideológico. La afirmación de un poder colectivo y popular que podría haber llevado su propia campaña de vacunación, por fuerzas sindicales, asociativas, una “biopolítica” al servicio de la población y sin caer bajo las horquillas caudinas del Estado burgués.

Tristán (UCL Toulouse)

[1]”¿Libertariano o libertario?» , Alternative libertaire , septiembre de 2021.

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