EL SUEÑO DEL CONTROL SE HACE REALIDAD: DINERO DIGITAL E IDENTIDAD DIGITAL

EL SUEÑO DEL CONTROL SE HACE REALIDAD: DINERO DIGITAL E IDENTIDAD DIGITAL

El Banco Internacional de Pagos se ha manifestado a favor de la vacunación generalizada, con el peregrino principio de que es la única manera de lograr la recuperación económica.

En su reciente informe anual de 2021, también aboga por un sistema mundial de identidad digital, es decir, de asociar a cada uno de los habitantes del mundo a un código de barras.

Finalmente, el Banco es partidario de la introducción de las monedas digitales de los bancos centrales (CBCD) que sustituirán a los dólares y otras monedas fiduciarias.

A falta de ideas originales, el Banco tira de tópicos conocidos. Las monedas digitales, como el bitcoin, sirven para el blanqueo de dinero, para financiar el terrorismo y, ¡cómo no!, son una amenaza para el medio ambiente porque consume demasiada energía.

Unas monedas digitales son malas, pero hay otras que son buenas porque se pueden controlar. Para ello, las deben emitir los bancos centrales y hay que controlar cada una de las transacciones mundiales y, en consecuencia, cada una de las personas, empresas, sociedades e instituciones que hay en el mundo.

El dinero en efectivo se tiene que acabar y la pandemia ha dado un gran salto en esa línea con la imposición de los pagos mediante tarjeta, de manera que el control se extiende hasta el último céntimo.

Cada ciudadano tendrá una cuenta abierta en su banco central, sin intermediarios, y cada transacción es un movimiento de dicha cuenta. La más mínima transacción monetaria, en cualquier parte del mundo y para cada individuo, cada negocio, cada empresa, puede ser analizada y diseccionada.

Lo más interesante es que de esa manera, además de las transacciones, se controlan a las personas, a las empresas y todo tipo de sociedades, no sólo desde el punto de vista económico, sino en todas las facetas de su vida. La identidad digital es todo en uno: un lugar de trabajo, una cuenta corriente, un pasaporte, un certificado de vacunas, un carnet de conducir, una declaración de impuestos, redes sociales…

 

Recordemos además que lo que dice el BIS va a misa. Recientemente el Banco Central Europeo organizó un panel de discusión en el Foro Virtual de Bancos Centrales (siendo el BIS el Banco Central de los Bancos Centrales). “Esta crisis sanitaria ha acelerado una serie de cambios tecnológicos ya en marcha. En general, los cambios tecnológicos están causando una aumento de la productividad. A largo plazo, los beneficios se reparten a gran escala. Sin embargo, puede que no sea así a corto plazo. Nos estamos moviendo hacia una economía diferente; una que será más dependiente del cambio tecnológico”, dijo el Presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Es una opinión que coincide con la de los expertos que anticipan que los nuevos comportamientos inducidos en gran parte del mundo, que impactarán en las relaciones personales, el ambiente de trabajo, la economía e incluso la política y el gobierno (entre otras medidas con la identidad digital como protagonista). Las nuevas herramientas son el teletrabajo, la telemedicina, la gobernanza electrónica, el voto electrónico, la realidad aumentada y la adopción de monedas virtuales.

Las empresas van a intentar imponer el teletrabajo de forma masiva. La pregunta es si este objetivo se puede alcanzar si no es vinculante, es decir, hasta qué punto tienen que mantener la ola de histeria para imponerlo, de una manera más o menos forzosa, e incluso mistificada: no sólo no es una imposición sino un “derecho” de los trabajadores.

El Ministerio de Trabajo alemán ya lo ha puesto en marcha. Desde abril los trabajadores tienen “derecho” a trabajar desde casa. El gobierno alemán ya trabaja en un proyecto de ley que se publicará en las próximas semanas. Un 88 por ciento de las empresas e instituciones animan o fuerzan a sus trabajadores a trabajar desde casa, según una encuesta.

La ola de histeria podría tener repercusiones aún más profundas, en particular en el sector financiero y, más concretamente en términos monetarios. En Estados Unidos el partido demócrata presentó en marzo un proyecto de ley de dólar digital al Congreso. El objetivo es otro misticismo: apoyar económicamente a las personas que atraviesan dificultades económicas como consecuencia del confinamiento.

La iniciativa tiene por objeto estimular la economía, que está en recesión debido a la crisis económica. Es otro catalizador para extender el acceso de la banca a las personas que hasta ahora estaban fuera de ella, que suman unos 63 millones.

El Servicio Postal les proporcionará una cuenta digital en dólares, así como cajeros automáticos para que puedan acceder a sus fondos. Se espera que el proyecto atraiga a cientos de miles de estadounidenses a un mundo de dinero virtual de miles de millones de dólares inyectados por la Reserva Federal.

El Banco de Inglaterra también ha iniciado una ronda de consultas para emitir libras digitales. El Banco Central Europeo, por su parte, se prepara para el euro virtual como complemento de los billetes fiduciarios. Por supuesto, China encabeza los planes para lanzar su propio moneda digital.

Acostúmbrense a la dictadura de lo digital.

 

 

Fuentes

https://mpr21.info

https://www.bis.org/publ/arpdf/ar2021e.pdf

 

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